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Festejaron límite de Cristina a Moyano en cumbre empresaria

*Por Sergio Dattilo. Ayer hubo champán para cerrar el encuentro de los directivos empresarios del Grupo de los Seis, y el motivo del brindis fue el «fallecimiento» de la denominada «ley Recalde» adelantado la semana pasada por la Presidente a la Unión Industrial Argentina (UIA) y confirmado ayer por la propia Cristina frente a la CAME.

Por eso -y también por su natural locuacidad- fue ayer José Ignacio de Mendiguren quien llevó la voz cantante en el habitual almuerzo mensual del grupo: el flamante titular de la UIA explicó a sus pares lo que había hablado y escuchado la semana última en Casa Rosada respecto de uno de los temas que más desvela a los empresarios.

De hecho, la cuestión no fue incluida en el comunicado que se distribuyó tras el almuerzo. Uno de los participantes le dijo a este diario que «no tenía sentido ni mencionarlo: la Presidente fue clarísima y el tema ya tenía sentencia».

Ayer, el anfitrión fue Carlos Enrique Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, y compartieron la mesa Carlos de la Vega (Cámara de Comercio), Adelmo Gabbi (Bolsa porteña) y Jorge Brito (ADEBA). Hugo Luis Biolcati (Sociedad Rural) registró su segunda ausencia consecutiva, en este caso por haber tenido que viajar a la cordobesa San Francisco para la inauguración de la exposición Mercoláctea.

El hombre de la UIA hizo una extensa explicación de cómo la Presidente había desactivado la posibilidad de que el proyecto del diputado por la CGT Héctor Recalde fuera votado en el Congreso.

También relató la dureza con que la mandataria había hablado de la creciente conflictividad en los reclamos salariales, y lo negativo que era para la economía.

Sin embargo, pese a la euforia, uno de los presentes inquirió si los dichos oficiales eran verosímiles o se trataba de meros gestos con vistas a capturar el voto de los sectores más refractarios a los «aprietes» sindicales. De Mendiguren, en plena luna de miel con el Gobierno, dijo que la Presidente «había sido clarísima en sus intenciones».

Adelantó también que ya había hablado con el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, para reunirse la semana próxima y comenzar a trabajar en un proyecto común («no una ley, un mecanismo que se discuta empresa por empresa», enfatizó) para satisfacer el pedido presidencial de que sean los trabajadores y los empresarios quienes definan cómo recompensar a los empleados, sin intervención oficial ni travesía por el Congreso.

El jefe de la UIA también confirmó ante sus pares que el Gobierno enviaría al Parlamento en pocos días un proyecto de ley de accidentes de trabajo, que vendría a llenar el vacío legal creado por el fallo de la Corte Suprema, que habilitó la «doble vía» (cobro de indemnización de la ART y posibilidad de reclamar ante la Justicia un monto mayor).

Tanto Wagner como De Mendiguren hablaron de la avalancha de juicios por accidentes laborales. «Nosotros tenemos muy pocos, sólo los llamados in itinere (los que se producen yendo a o regresando del lugar de trabajo)», admitió De la Vega, acompañado en su afirmación por Gabbi y Brito. Sin embargo, agregó el de Comercio que la industria del juicio también les pega a ellos y a los banqueros: «Los autodespidos, gente que un día deja de ir a trabajar y manda una carta documento, los estudios que acaparan juicios previsionales contra la ANSES... Es un momento muy difícil en ese campo», enfatizó De la Vega.

El dirigente industrial agregó que -por lo que trascendió de esferas oficiales- el proyecto de ley de ART estaría en manos del secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini, y tomaría elementos de sendas iniciativas elaboradas por Daniel Funes de Rioja (UIA) y el propio Recalde.

También se habló extensamente del tema de los trabajadores «tercerizados»; ésta sí es una preocupación común a todos los presentes. De nuevo, fue De Mendiguren quien habló de lo conversado con la Presidente, y dijo que la mandataria diferenciaba «tercerizados legales» (los que no se desempeñan en áreas clave de las empresas) y «truchos» (los que las empresas disfrazan de «proveedores» para no hacer aportes ni darles cobertura médica, pero que trabajan a la par de sus empleados en blanco). En esa línea se enmarcaría la futura ley que reglamentará la actividad de los «tercerizados», para evitar abusos de ambas partes.

El final fue con otro tema caro a De Mendiguren: cómo mejorar la productividad y la competividad de las empresas argentinas. Será el tema central del próximo almuerzo, esta vez en la sede de la Cámara de Comercio.