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Feroz ataque a una médica de Lanús

Carmen Giampaolo, víctima de una guerra de pandillas, recibió una paliza al atender una emergencia en Villa Fiorito.

El 30 de diciembre a la madrugada, María del Carmen Giampaolo, médica de 54 años que vive en Lanús, fue a Villa Fiorito a asistir una emergencia médica y quedó en medio de una guerra entre dos bandas narcos que emboscaron la ambulancia, la bajaron a ella de los pelos para que reviviera a un muerto, y luego de decirle las peores cosas, la molieron a golpes de puño y patadas.

Un mes después, empezó a sentir un dolor en una de las mamas. Después de varios estudios, le dijeron que se le había roto una prótesis y que tenía un derrame de silicona en el tórax. Giampaolo se queja de que la aseguradora de riesgo del trabajo Provincia ART aún no autorizó la operación, y que lo que quieren es sacarle la prótesis, en lugar de reponerle la que se rompió. "Yo quiero quedar como estaba antes", demandó.

Tras la golpiza de los vecinos, en circunstancias que no fueron esclarecidas, volvió a trabajar para cubrir las guardias. Pero el dolor era tan fuerte que tuvo que pedirse vacaciones para descansar y recuperarse. Pasado el tiempo, parte de las heridas sanaron, pero sigue con la prótesis rota y pide que la ayuden para poder operarse y retomar sus tareas habituales.
Además de las heridas físicas, Carmen está emocionalmente devastada: "Siento el mismo dolor que sentí hace 15 años cuando se murió mi hija, Belén, de seis meses, por muerte súbita. Tengo una sensación de vacío terrible", relató la médica de emergencias de la Municipalidad de Lomas de Zamora.

"Cuando nos dimos cuenta de dónde nos habíamos metido, ya estábamos rodeados. Era una guerra entre dos bandas y se estaban matando, había varios muertos", relató la médica, en llanto.

"Apenas entramos, me sacaron de los pelos de la ambulancia. Querían que resucitara a un chico de 19 años que estaba muerto de un balazo. Tenía la mitad de la cabeza, y la familia ya sabía que estaba muerto", agregó. Después encontró a otro chico, de 17 años, con el fémur quebrado en un ángulo de 45 grados. Al mismo tiempo, vio que le apuntaban a su compañero en la cabeza y le exigían subir el cuerpo de un muerto a la ambulancia, "para sacárselo de encima".

Se prendió fuego un auto que estaba a lado de ella, y Carmen le gritó a Marcelo que había una persona viva y que necesitaba su ayuda. Así lo rescató de los delincuentes. "Cuando intenté acomodarle la pierna al herido para que entre en la camilla, él gritó. Ahí empezaron a pegarme y patearme".