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Ezequiel Lavezzi, el reemplazante ideal de Sergio Agüero

El jugar del PSG tiene el ida y vuelta necesario para equilibrar el mediocampo argentino.

Lejos de los flashes y de las cámaras de televisión, antes de que se convirtiera en un sex symbol (osea, la semana pasada), Ezequiel Lavezzi pensaba que nunca iba a poder tener la chance que finalmente deberá aprovechar el próximo martes, cuando sea titular ante Suiza.

El Pocho, por mérito personal y debido a la censura de Carlos Tévez, se encontró con que iba a ir a Brasil, pero como quinto o hasta sexto delantero. De repente, de manera casi imprevista, la lesión de Palacio en el Monumental y el desgarro de Agüero en el triunfo sobre Nigeria lo catapultaron como nuevo acompañante de Higuaín y Messi.

Y, sin dudas, es la pieza que falta para poder equilibrar, relativamente, un equipo que es bipolar: efectivo en ataque, inconsistente de mitad de cancha hacia atrás.

Con Lavezzi en cancha, el inamovible 4-3-3 puede ser, a la hora de defender, un 4-4-2, con un desequilibrio que no aporta, por ejemplo, Enzo Pérez, y con la ida y vuelta que no pudo demostrar en el primer tiempo ante Bosnia Maxi Rodríguez.


En lo poco que pudo jugar hasta acá, el delantero del PSG francés logró buenos rendimientos y su velocidad puede ser determinante en ataque, siempre y cuando logre entenderse con Messi y no termine cada jugada en centros intrascendentes al área.

Es complicado imaginarse a un equipo suizo ofensivo como lo fue ante Honduras. Más bien uno puede pensar que buscará asentarse en el fondo y salir de contragolpe, principalmente por los laterales, algo que hace bien con Lichsteiner y Rodríguez.

Allí deberá estar atento Lavezzi, quien tendrá que demostrar una enorme capacidad atlética para bancarse hacer la banda, como mínimo 75 u 80 minutos, hasta que pueda ingresar Enzo Pérez y ahí sí jugar con cuatro volantes en el medio.

En teoría, Argentina debería superar a Suiza, y recién ahí se cruzará con equipos de mayor fuste como Bélgica y hasta Holanda. Por lo tanto, el cruce de este martes será una prueba no sólo para el equipo sino, principalmente, para Lavezzi, que dejará en claro si está listo para los grandes retos.