ENTRE LA INCERTIDUMBRE Y EL CRECIMIENTO: LEANDRO LOPEZ ANALIZA EL COMERCIO ELECTRÓNICO
E-commerce.
El comercio electrónico se ha convertido en uno de los sectores más dinámicos de la economía argentina en los últimos años. Con millones de usuarios que incorporaron las compras online a su vida cotidiana, la expansión del sector contrasta con la inestabilidad macroeconómica que atraviesa el país. En ese escenario, la experiencia de emprendedores jóvenes como Leandro López ayuda a comprender cómo adaptarse a un mercado en constante transformación.
Las cifras dan cuenta del fenómeno. Según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, en 2023 se registraron más de 400 millones de órdenes de compra en línea, lo que marcó un crecimiento sostenido incluso en un año atravesado por la inflación y la caída del poder adquisitivo. Las categorías más demandadas abarcan desde la indumentaria hasta los artículos de tecnología, y el denominador común es el uso masivo de Mercado Libre como plataforma principal.
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Sin embargo, detrás de esas cifras alentadoras aparecen desafíos estructurales que condicionan el desarrollo del sector. Los altos costos logísticos, la falta de infraestructura adecuada y los cambios frecuentes en la normativa generan incertidumbre tanto para grandes empresas como para pequeños vendedores. En ese contexto, la improvisación se convierte en un riesgo que puede frustrar proyectos prometedores. No son pocos los usuarios que ingresan al sistema atraídos por la posibilidad de obtener ingresos rápidos, pero terminan abandonando al poco tiempo por falta de planificación y de herramientas.
Es allí donde surgen iniciativas orientadas a profesionalizar el ecosistema. Evo Consultora, fundada por López tras consolidar su propia experiencia en Mercado Libre, es un ejemplo de esa búsqueda de orden. Con un enfoque en la gestión de stock, la fijación de precios, la reputación y la atención al cliente, procura trasladar criterios empresariales a un ámbito donde durante años predominó la informalidad.
La trayectoria de López ilustra el cambio de paradigma. Antes de consolidarse en Mercado Libre, pasó por marketing de afiliados, trading, arbitraje, Amazon FBA, copytrading, dropshipping y hasta un primer intento fallido en la misma plataforma. Ninguno de esos caminos le dio estabilidad, pero todos lo empujaron a reconocer que necesitaba un modelo con mayor previsibilidad y constancia. Encontró eso en Mercado Libre y decidió volcar lo aprendido en la formación de otros emprendedores. Con apenas 23 años, Evo ya reúne más de 35 casos de éxito y un equipo estable que acompaña a vendedores en su profesionalización.
Más allá de la historia personal, lo que se observa es un movimiento más amplio. La digitalización del consumo obliga a los emprendedores a repensar sus estrategias y a asumir que el mercado cambió de manera irreversible. La pandemia aceleró la transición, pero el hábito se consolidó después: miles de usuarios incorporaron las compras online como parte de su rutina, y la demanda no ha dejado de crecer. En países como Argentina, donde la incertidumbre económica es permanente, el comercio electrónico se presenta al mismo tiempo como un refugio y como un terreno lleno de dificultades.
El interés de inversionistas extranjeros añade otra capa de complejidad. Cada vez más empresarios estadounidenses y europeos miran hacia Latinoamérica como un mercado con potencial por desarrollar. El contraste entre la saturación de sus propios mercados y las oportunidades que ofrece la región despierta un interés que empieza a reflejarse en inversiones concretas. Para los emprendedores locales, esta tendencia significa competir en un escenario más exigente, donde la improvisación deja de ser una opción y la profesionalización se vuelve indispensable.
López sostiene que el futuro del sector dependerá de la capacidad de consolidar procesos. “El mercado tiene demanda, lo que falta es organización”, explica. Su mirada coincide con la de analistas que advierten que el crecimiento en volumen no asegura por sí solo la supervivencia de los negocios. La competencia creciente, los cambios en las reglas de juego y la necesidad de adaptarse a nuevas tecnologías plantean un entorno en el que solo quienes logren profesionalizarse podrán sostenerse a largo plazo.
El caso argentino condensa una paradoja: mientras la economía en general atraviesa crisis recurrentes, el comercio electrónico no deja de expandirse. El fenómeno se explica por la transformación en los hábitos de los consumidores, la masificación del acceso a internet y la consolidación de plataformas líderes. Lo que aún falta es reducir la brecha entre quienes se acercan al sector de manera espontánea y quienes logran construir negocios sostenibles.

En ese punto, experiencias como la de Evo Consultora ponen en evidencia un aspecto clave: el comercio electrónico no es un recurso pasajero, sino un componente estructural de la economía contemporánea. Si se logran superar los problemas logísticos y regulatorios, el sector puede convertirse en uno de los motores de desarrollo de los próximos años. Mientras tanto, emprendedores jóvenes, con historias marcadas por la prueba y el error, demuestran que aun en un entorno inestable es posible construir proyectos sólidos cuando se combina disciplina con conocimiento del mercado.
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