DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

ENET Nº 1: casi como lavar la sangre

Con toda la pompa a su alcance, la Universidad Nacional de Catamarca ha celebrado el trigésimo noveno aniversario de su creación.

Casi cuatro décadas, una edad significativa si se tiene en cuenta que este momento de la vida pone, según creencia generalizada, a los hombres y a las mujeres, en el centro de procesos personales críticos de conflictiva administración y que al decir de otros, muestra la maqueta individual e institucional que en el futuro ya no hará otra cosa que terminar de colorearse;
En realidad, este cumpleaños de la UNCA no hubiera podido celebrarse sin que se notasen algunos de esos signos de crisis que, por lo que se ha dicho, no hubiese sido posible que faltasen.

El primer lunar es de tizne reciente y proviene del proceso electoral interno que, contra toda aspiración republicana, reeligió prácticamente a toda la conducción, desde el Rector a los consejeros, pasando por los decanos. Esta inmovilidad institucional pudo producir gestiones que ya suman 18 años. Reiteraciones, debe observarse, que no vienen de espontáneas insistencias de los claustros, sino de duro combate interno en que se registran las mismas miserias clientelísticas de los ámbitos de la política electoralista general y la misma astucia oficialista, que tiene de su parte la posesión de las palancas de que depende la evolución de los comicios.

Pero situación semejante deriva de un asunto más grave. Como aquellos padres que viven con absoluto olvido de hijos abandonados desde apenas nacidos, así ha transitado su existencia la casa de altos estudios de Catamarca. Mientras festejaba sus 39 años, docentes y alumnos de la ENET Nº 1, hija adoptiva solo a medias reconocida por la UNCA, hacía oír su lamento de abandónica que no puede, todavía, lograr que la Universidad le dé el sustento que por ley de creación debió darle desde que inició sus actividades y, además, su estatus universitario, como ocurrió en el caso de la vieja Escuela Normal de Maestros, que, al ser absorbida por la Universidad, pasó a llamarse Escuela Preuniversitaria "Fray Mamerto Esquiú".

La curiosidad de que por coincidencias de política partidista, el Gobierno de la Provincia le permitió a la UNCA ser compartimento de una misma vereda sectorial y esto desde que se produjo el retorno de la democracia, hizo posible que la mano provincial se alargara hasta la universitaria nacional y viceversa y posibilitara acuerdos que, de otro modo, hubiesen sido imposibles. Como éste, por ejemplo, que permitió que la ENET Nº 1 "Vicente Aguilera" perteneciera a dos ámbitos distintos: por un lado, es asistida en el control pedagógico y administrativo por la Universidad y, en lo que concierne al pago de los salarios y el mantenimiento de la escuela, por la Provincia.
La ley de creación de la Universidad establece que la ENET Nº 1 será establecimiento de responsabilidad universitaria plena. Pero en los hechos no ha ocurrido así y el conflicto entre la comunidad de la escuela técnica y el Rectorado de la UNCA tiene nuevas medidas de fuerza anticipadas con el objetivo de siempre: que la escuela esté del todo incorporada en la órbita universitaria nacional.

La drástica modificación del esquema político que comenzará el 10 de diciembre ya no será favorable para la doble dependencia escolar. Ni la UNCA podrá seguir siendo la ruta obligada para los caminantes que buscan alcanzar alguna cuota de poder en el orden provincial. Esta vía del oficialismo radical, como se sabe, produjo intendentes, gobernadores, senadores nacionales, diputados provinciales y nacionales y asesores, favoritos y favoritas de inseparable relación posterior con el poder provincial.

La protesta escolar no ceja. La UNCA ha prometido gestionar la modificación de su presupuesto de tal modo que pueda hacer efectiva la incorporación que debió haber hecho apenas nacida. Los que protestan no creen en promesas y se preparan para otras exteriorizaciones contestatarias previstas para los próximos días. El dato no podría ser más insólito: una escuela batalla por su legitimidad, por su normalidad esencial. Quiere incorporarse plenamente al seno materno al que pertenece. Una guerra por el más sensible de los derechos, el que tiene que ver con el propio linaje.

No parece quedar mucho tiempo ya para que la UNCA siga posponiendo su deber de reconocer a la ENET Nº 1 como dependencia a la que debe asistencia pedagógica, administrativa y económica plena.