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En Malvinas se celebró el "Día de la Liberación"

Lo hicieron la mayoría de los habitantes ayer para recordar a quienes pelearon en la guerra de 1982, y a sus caídos.

Los isleños participaron de un servicio religioso en la Catedral y del desfile militar con el que se recuerdan a los 255 combatientes británicos que murieron en la guerra.

"Desde el mar la libertad". Con esa frase, calada en dos bancos de plaza frente a la Bahía de Stanley –ese es su nombre- los isleños de Malvinas recuerdan cada día la llegada de la flota británica en 1982. Los combatientes que los "liberaron". Para ellos, cada 14 de junio es el Día de la Liberación.

Como todos los años, y a pesar del frío invierno y la nieve, gran parte de las más de 3.000 personas que viven en Malvinas se reunieron alrededor del Monumento de la Liberación, sobre la calle principal de la capital para recordar a quienes pelearon en la guerra de 1982 y a los caídos: 255 soldados británicos perdieron la vida en el conflicto.

La conmemoración incluyó el ya tradicional servicio religioso anglicano en la Iglesia de Cristo, la Catedral de las islas a la que asistieron cientos de personas, desde bebés hasta ancianos. El lugar estaba tan lleno que muchos tuvieron que permanecer en el jardín y bajo el frío imposible de Malvinas y la nieve.

El momento más emotivo fue el desfile militar con los regimientos de la Marina, Paracaidistas y la Real Fuerza Aérea, los mismos que se enfrentaron a los combatientes argentinos.

Los veteranos de guerra británicos viajaron a Malvinas especialmente para la ocasión. No faltaron los "Para 2", como se conoce a ese batallón de paracaidistas que tuvo una importante actuación durante el conflicto. Los soldados, que vistieron sus uniformes de gala, fueron acompañados por los voluntarios de la Fuerza de Defensa de Malvinas, en su mayoría jóvenes de unos 30 años, los mismos que han pasado desde la rendición argentina del 14 de junio de 1982.

En el Monumento de la Liberación, donde están grabados los nombres de los 255 caídos británicos y de los tres civiles que murieron en la guerra por metralla inglesa o "fuego amigo" como se dice, distintos representantes de la comunidad dejaron coronas rojas de amapolas, una tradición con la que los ingleses honran a sus muertos caídos en combate, mientras los isleños hacían flamear la bandera de las islas.

El secretario para América latina de la Cancillería británica, Jeremy Browne, viajó especialmente esta semana a las islas para estar presente como máximo representante del Gobierno del Reino Unido en Malvinas en esta fecha especial.

"Es un honor estar aquí para recordar a los miembros de las Fuerzas Armadas del Reino Unido que lucharon, y los muchos que murieron en el conflicto de las Falklands (sic). Su sacrificio no será olvidado. Es la razón por la que el pueblo de las Islas es capaz de elegir su propio futuro hoy", dijo Browne.

Esa guerra, en la que murieron además 649 argentinos, "está aún muy viva en la memoria colectiva" de los isleños, dijo Browne al inicio de las celebraciones en la capital de Malvinas. El funcionario recordó que el Reino Unido se enfrentó con Argentina para que los isleños "pudieran decidir su destino". También estuvo presente el gobernador de Malvinas, Nigel Haywood.

Fue una jornada de mucha emoción para los veteranos ingleses que recorrerán los campos de batalla donde muchos de sus amigos y compañeros dieron sus vidas. En lo que resta de la semana, los ex combatientes serán recibidos en diferentes casas de los isleños para agasajarlos. Hoy también hubo un banquete como parte de los festejos.

Para los nacidos en Malvinas, este jueves fue un día para volver a expresar la gratitud que sienten por los hombres y mujeres británicos que atravesaron más de 8.000 millas para pelear por ellos.

Las conmemoraciones en Malvinas tuvieron su eco en el Reino Unido, donde los británicos pudieron seguir las ceremonias por televisión y Downing Street -residencia del primer ministro, David Cameron- alzó una bandera de las Falklands para reafirmar el compromiso británico con los habitantes del archipiélago.

Antes de la guerra, los isleños se sentían abandonados por el Reino Unido. El conflicto armado con Argentina los puso de nuevo en el mapa y en la órbita británica. Se propusieron que el lugar creciera y prosperar para honrar así la sangre derramada por ellos.