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En el Día del periodista, un reconocimiento necesario

Dos siglos nos separan de aquella creación que marcó el inicio del periodismo en nuestro territorio.

Hoy, 7 de junio, se conmemora en Argentina el Día del periodista, una fecha elegida en coincidencia con la aparición, hace más de 200 años, deLa Gazeta de Buenos Ayres, el primer periódico aparecido en el Río de la Plata, creado y dirigido por Mariano Moreno.

Dos siglos nos separan de aquella creación que marcó el inicio del periodismo en nuestro territorio, más de dos siglos en los que miles de profesionales de medios escritos, radiales y televisivos han logrado construir y consolidar uno de los pilares más importantes del sistema democrático. No hay democracia sin prensa libre, y no hay prensa libre allí donde no hay derecho a la libertad de expresión, uno de los derechos consagrados más importantes de nuestra Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Los periodistas, nuestra prensa, han ocupado y ocupan un lugar central de nuestra historia política y social. A través de sus opiniones e investigaciones y gracias a su poderosa incidencia en la escena pública, nuestra sociedad se ha fortalecido y a ellos les debemos gran parte de la libertad y de la vigencia de derechos de los que hoy gozamos.

El periodismo es una de las profesiones más riesgosas, porque la palabra de la prensa siempre, absolutamente siempre, acecha al poder, de allí que en nuestro pasado reciente, en especial en los años de regímenes militares, hayan sido los periodistas uno de los destinatarios privilegiados de la persecución y la censura, también del cautiverio y la muerte.

El riesgo de informar no solo se corre bajo la vigencia de sistemas autoritarios ya que también en democracia lo que ellos dicen, lo que informan, lo que narran y lo que se atreven a mostrar puede incomodar tantas veces al poder. José Luis Cabezas, su vil asesinato es, en este sentido, un triste ejemplo de la gravedad extrema de los riesgos que muchos de ellos corren.

Mientras están líneas están siendo escritas, en tantas ciudades y rincones de nuestro país, un periodista, un camarógrafo, un fotógrafo están revelando algo que alguien desea que permanezca oculto, algo que daña algún derecho nuestro y que gracias a ellos sabemos y conocemos.

Sean estas líneas un homenaje a esa maravillosa hazaña de informar encarnada en los hombres y mujeres que forman parte del universo de la prensa, sean estas líneas un reconocimiento a esa inmensa labor, tan urgente y necesaria, a la que todos, absolutamente todos los argentinos sin excepción nos adeudamos.

Por Guillermo Whpei