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El trágico final de una mujer que fue abatida a balazos tras encontrar a los asesinos de su hija

En 2014, Miriam Rodríguez encontró los restos de su hija desaparecida dos años antes en una fosa común.

Miriam Rodríguez encontró la muerte en la fecha en que se celebra el Día de la Madre en México. La mujer, que logró por sus propios medios hallar los restos de su hija en una fosa común y que encarcelaran a sus asesinos, fue abatida a balazos en su casa en la noche del 10 de mayo, en la ciudad de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, al noreste de México.

Su hija Karen Alejandra había sido secuestrada en 2012 y sus restos aparecieron dos años después. Pese a lograr dar con los asesinos de su hija, Rodríguez no abandonó la causa que había asumido.

Se convirtió en activista e impulsó una red nacional de familiares que buscan a las decenas de miles de mexicanos desaparecidos en la última década por el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción que azota a las instituciones de ese país.


Por eso sabía que su vida corría peligro y las amenazas que recibía regularmente impedían que se le olvidara. Mucho más después de que, en marzo de este año, uno de los presos acusados por la muerte de Karen Alejandra se fugó de prisión.

Pese a que ella pidió protección una y otra vez, su vida terminó en el mismo día en que millones de madres en todo México eran agasajadas. Una fecha que, desde la desaparición de Karen Alejandra, era una celebración triste para ella.

Incompleta

Graciela Pérez, compañera de causa de Rodríguez, describe a la activista asesinada como alguien "con carácter muy fuerte, solidaria y alegre". Por eso explica que la mujer no dejó de participar en las organizaciones de familiares de desaparecidos después de que logró hacer justicia para Karen Alejandra.

La información que Rodríguez proporcionó a la policía había dado como resultado que miembros de la pandilla que secuestraron a su hija fueran encarcelados. "Nos decía que estaba incompleta, que aunque había encontrado a su hija nunca nada volvería a la normalidad para ella", señaló Pérez a BBC Mundo.

Pérez es parte del grupo Familias, Colectivos y Organizaciones Civiles Unidos por una Causa, un grupo del que Rodríguez también era parte.

"No vamos a dejar que esto (la muerte de Rodríguez) quede impune. Estamos todos consternados después de lo que sucedió, pero vamos a seguir. Nos arriesgamos a lo que sea por nuestros desaparecidos", señaló Pérez, quien hace tres años no sabe nada de una de sus hijas, su hermano y tres de sus sobrinos.

En México se estima que son alrededor de 30.000 las personas desaparecidas y Tamaulipas, en el noreste del país, es el estado donde oficialmente se han registrado más casos, más de 5.500.

Muchos de los casos en la zona están relacionados con las pugnas entre bandas rivales como los Zetas y el Cártel del Golfo.

El corresponsal de BBC Mundo en México Juan Paullier señala que como los esfuerzos de búsqueda de los desaparecidos de parte de las autoridades son limitados han surgido organizaciones de víctimas que salen a buscar a sus familiares.

Muchos de ellos, convertidos en activistas como Rodríguez, terminan siendo blanco de ataques por su labor, señaló el periodista.

"Nadie hizo nada"

El asesinato de Rodríguez provocó indignación en México y el reclamo de organismos internacionales de derechos humanos.

La muerte de la mujer, señaló la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), "confirma el incumplimiento de las autoridades para proveer seguridad y prevenir violaciones a los derechos humanos de quienes luchan por su defensa".

El organismo solicitó medidas cautelares en favor de su familia y de los integrantes del colectivo que Rodríguez representaba.

En un comunicado, el colectivo de familiares al que pertenecía Rodríguez denuncia que la mujer pidió protección a diferentes instancias en Tamaulipas como la Procuraduría (fiscalía), la Secretaría de Seguridad Pública y la Gobernación estatal.

"Ella hizo las denuncias, les dejó en claro que estaba en peligro a las autoridades correspondientes. Pidió protección, pero nadie hizo nada", afirma Pérez. Ante los reclamos, el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, dijo en una conferencia de prensa que el gobierno estatal había atendido las demandas de protección de Rodríguez.

Afirmó que policías realizaban rondas tres veces al día por su casa. En sus últimos años, Rodríguez cerró los pequeños negocios que tenía por seguridad y se dedicó a trabajar en el centro de salud de San Fernando.

Indignación y reclamos de justicia

La misión de las Naciones Unidas en México condenó "enérgicamente" el asesinato de Rodríguez.

"La ONU realiza un enérgico llamado a las autoridades para que brinden las adecuadas medidas de protección a la familia de la señora Rodríguez, así como a las otras familias de personas desaparecidas en Tamaulipas, particularmente considerando que dicho Estado encabeza las cifras, según fuentes oficiales, de personas desaparecidas en México", señaló la entidad.

Por su parte, Amnistía Internacional exigió que el asesinato de Rodríguez sea investigado de manera independiente, imparcial y exhaustiva, y señaló que el crimen muestra el peligro al que están expuestos todos los días quienes buscan a sus seres queridos por su cuenta debido a la negligencia de las autoridades.

El colectivo de familiares de desaparecidos solicitó, después de la muerte de Rodríguez, que organismos internacionales tengan una participación más activa en Tamaulipas.

"Ante la poca capacidad e interés del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y del gobernador de Tamaulipas, Fernando García Cabeza de Vaca, por atender a las víctimas y pacificar la entidad, lanzamos un llamado de auxilio a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)", señala el comunicado hecho público este 11 de mayo.

El grupo denuncia, además, que el caso de Rodríguez no es el único. "Cinco compañeras que han solicitado protección y no se las dieron", indica el colectivo.

"La muerte de la señora Miriam tiene que servir de algo. Tanto dolor nos tiene que llevar a algún lado", reflexiona por su parte Graciela Pérez, aunque después le invade la desesperanza. "No sabemos quién de nosotros sigue".

(Fuente BBC)