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El ruego de uno de los autores de los crímenes del diputado Héctor Olivares y su asesor: “Soy bueno y cariñoso”

Juan Jesús Fernández fue sentenciado junto a su primo Juan José Navarro Cádiz por matar al diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón en mayo de 2019.

Tanto Juan José Navarro Cádiz (27) como su primo, Juan Jesús Fernández (44) tenían muy claro que era su última oportunidad de decir algo para tratar de torcer la dura condena que ya flotaba en el aire de la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal N° 9, en el Palacio de Tribunales.

"Nunca quise lastimar ni menos matar a alguien. Les pido por favor que me perdonen", dijo Navarro Cádiz. "Soy bueno, cariñoso, servicial, amable", se describió a su vez Fernández en el momento de las "últimas palabras". Todo fue transmitido por YouTube y visto por unas 45 personas que, vía internet, se sumaron como público.

Pero ni sus disculpas ni su versión de que todo fue un lamentable accidente pesaron en la convicción de los jueces Ana Dieta, Fernando Ramirez y Luis Salas que este lunes al mediodía les impusieron penas durísimas por el crimen del diputado nacional por La Rioja Héctor Olivares (61) y su asesor Miguel Yadón (58) ocurrido la mañana del 9 de mayo de 2019.

El tribunal usó la misma calificación y monto de pena que el fiscal Ariel Yapur había pedido en su alegato: Sentenció a Navarro Cádiz a 45 años de prisión por ser la persona que disparó con una pistola Bersa Thunder calibre .40 contra las victimas mientras estas hacían footing alrededor de la Plaza de los dos Congresos. En cuanto a Fernández- que el día del doble crimen estaba sentado junto a su primo en su Volkswagen Vento - le dieron "prision perpetua" como partícipe necesario.

"Se hizo Justicia. El tribunal no consideró el agravante de homicidio cometido por placer pero sí el de alevosía. Las penas fueron como las pedimos en la querella", le dijo a Clarín Ricardo Gil Lavedra, que representó a la familia del diputado Olivares.

"La familia siguió muy de cerca las audiencias y espera los fundamentos. Todo esto les trae recuerdos muy dolorosos de estas muertes tan insólitas e inútiles", agregó el abogado. 

Distintas posturas

El fallo, cuyos fundamentos se conocerán recién el 4 de octubre, caminó por el medio de dos posturas enfrentadas a lo largo del caso.

Por un lado la visión de los abogados defensores que sostuvieron que Navarro Cádiz quería hacer blanco en un árbol de la plaza y no vio que dos hombres- Olivares y Yadón- entraban en su línea de tiro. En esta composición de lugar, Fernández (más allá de escaparse con su primo), no participó en la acción.

La versión del "lamentable accidente" fue en la que se basaron los defensores para pedir la absolución de Fernández y la condena a Navarro Cádiz por "homicidio culposo" o, como máximo, "homicidio con dolo eventual".

Nadie nunca discutió la autoría: Navarro Cádiz llegó al juicio confeso. Y, antes que eso, fue escrachado por decenas de cámaras de seguridad de la zona.

Enfrentada la version del accidente se puso en juego la postura del juez Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades que investigaron el caso y lo elevaron a juicio. Ellos se mostraron convencidos de que el episodio "fue una práctica de tiro sobre dos blancos móviles indefensos, derivada del placer por desahogar el instinto de matar sin otro motivo que el de probar el arma".

En este punto fueron acompañados por los querellantes, tanto en la etapa de Instrucción como en la de juicio oral.

Pero para el fiscal de juicio, Ariel Yapur, el "placer" no existió aunque sí el agravante de haber atacado a dos personas completamente indefensas. Por eso en su alegato sostuvo que se estaba frente a un "homicidio agravado por alevosía cometido en forma reiterada en dos ocasiones en concurso ideal con portación de arma de guerra".

Los jueces compartieron con él esta calificación. El monto de la pena fue distinto entre los dos acusados por una cuestion formal: Para poder extraditarlo de Uruguay (donde Navarro Cádiz se había refugiado) Argentina tuvo que comprometerse a no imponerle una pena de prisión perpetua, prohibida en la legislación uruguaya. Por eso el fiscal Yapur buscó la pena más alta admitida en el Código Penal de Uruguay y pidió 45 años, que fue lo que finalmente se le impuso.

En el veredicto de este lunes también se resolvió la situación de otras siete personas acusadas de delitos conexos pero menores.

María Rosa Cádiz Vargas (48, madre de Navarro Cádiz) llegó al juicio acusada de esconder el arma homicida y fue absuelta. En la misma condición quedaron María Argentina Cádiz Vargas ( 52, tía del principal acusado), Juan Jesús Fernández Cano (22, hijo de Fernández), Rocío Michel Montoya ( 22, esposa de Navarro Cádiz) y el armero Felipe Quevedo (50).

Luis Cano (66) -amigo de los acusados- recibió una pena de dos años de prisión en suspenso porque se le secuestró un arma que tenía ilegalmente y a Miguel Navarro Fernández (57, padre del autor material) se lo condenó a dos años y ocho meses por lo mismo: tenencia ilegal de armas.

Tal vez lo más sorprendente del veredicto de este lunes fue el punto en el que se hizo lugar a un pedido del fiscal para investigar a Navarro Cádiz por abuso sexual. La razón: según las cuentas del fiscal Adrian Yapur su mujer quedó embarazada cuando tenía apenas 12 años.

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