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El "Padre" Julio Grassi, preso: gracias a Dios

¿Los curas pedófilos solo están en Estados Unidos? El titular de "Felices los niños" demostró lo contrario.

Si la Justicia de la Provincia de Buenos Aires fuera analizada como un ejercicio patrimonial, su pasivo, o mejor dicho su mayor deuda consolidada fue mantener libre al "Padre" Julio César Grassi pese a tener varios fallos en contra, que consideraron que el cura abusó de dos menores, más allá de las denuncias que, por aprietes, tampoco llegaron a aumentar sus ya merecidos 15 años de condena.

Si hay un crimen aberrante ante los ojos de Dios y de absoluta gravedad legal ante las normas de los hombres es la pedofilia. Y si además quien ejerce su sometimiento de menores aprovechando su condición, tanto por ser un familiar directo o una persona de contención hacia el menor, por ejemplo un maestro o incluso un sacerdote, la gravedad se acrecienta.

Julio César Grassi seguía disfrutando de su libertad física, porque la culpabilidad seguro lo carcomía, mientras "Gabriel", el joven que fue abusado por el sacerdote, comentó que estaba "preso en vida", y que, con treinta años, hacía changas en el sector de la construcción porque no conseguía trabajo.

Después de 11 años de impunidad, aunque diez jueces creyeron que Grassi era culpable, finalmente el Tribunal Oral 1 de Morón hizo justicia y el sacerdote dejará la comodidad de su quinta en Hurlingham y purgará su merecida pena en la Unidad Penal 39 de Ituzaingó.

 

El "Padre" Julio César Grassi va preso... Gracias a Dios.