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El narco "El loco César" tenía en su celda nueve celulares y chips

Durante una requisa a la celda encontraron en poder de César Morán de la Cruz, conocido narco, gran cantidad de celulares y chips para teléfonos y cargadores, que había ocultado.

"El Loco César", un capo narco peruano de la Villa 31 que purga condena a 25 años de prisión en la cárcel porteña de Villa Devoto, ocultaba en su celda nueve teléfonos celulares activos, con los cuales habría dirigido hechos delictivos.

Así lo informó hoy la Policía Bonaerense y puntualizó que el hallazgo fue concretado por efectivos de esa fuerza de seguridad al allanar la celda que ocupa César Morán de la Cruz.

El operativo realizado en la Unidad 2 del Servicio Penitenciario Federal tuvo lugar en el pabellón número 5 de la planta baja, celda número 10, donde "se secuestraron 9 celulares, gran cantidad de tarjetas SIM de diferentes empresas telefónicas, cargadores y auriculares" en el doble fondo de un armario.

"Se presume que algunas de ellas se utilizaron para efectuar los llamados organizativos para 'encargar' el homicidio" de María Belén Peralta, asesinada por error, el 6 de julio último a tiros en su casa, ubicada en Alta Gracia al 3400 de La Reja, partido de Moreno, por tres sicarios a quienes Morán de la Cruz había contratado para que mataran a otra mujer", se indicó.

El comunicado puntualizó que, desde Devoto, "El Loco César" mandó a matar a la mujer porque le habría presentado un hombre a su pareja, pero como ambas mujeres se llamaban María los sicarios se confundieron de vivienda y asesinaron de cuatro disparos a Peralta e hirieron a su novio.

El 22 de agosto pasado, efectivos de la Policía Bonaerense capturaron a los tres presuntos sicarios, sujetos conocidos por los apodos de "Bebe", "Pichi" y "Kimbo", en varios allanamientos llevados a cabo en la localidad de La Reja, partido bonaerense de Moreno.

Además, siempre según el comunicado, uno de aquellos tres sicarios sería el autor del crimen de un 'dealer' que comercializaba droga para "El Loco César", por haberse quedado con dinero de la venta, luego de torturarlo durante cuatro días en el interior de la villa 31, del barrio porteño de Retiro.
La UFI 2 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez interviene en la causa penal.