DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

El misterio de una familia completa desaparecida hace 12 años

José, su mujer Norma, y sus cuatro hijitos de entre 4 y 12 años, llevan 12 desaparecidos, y el caso parece no importarle a nadie.

Una sola persona de la que no se tiene noticias durante más de un día, debiera ser parte de la crónica periodística policial. 

Seis personas, todas integrantes de una misma familia, que están desaparecidas hace 12 años, debieran ser, sin dudas, parte repetida de la crónica policial, pero no lo son. 

Peor aún, cuando se trata de una familia del interior de la Argentina. 

Ese misterio despreciado e imposible de entender, es el misterio de la familia Gil. 

José, su mujer Norma, y sus cuatro hijitos de entre 4 y 12 años, llevan 12 desaparecidos, y el caso parece no importarle a nadie.

Hubo una mínima campaña provincial para buscarlos en Entre Ríos y en el resto del país, pero todo quedó en la nada. 

Los Gil vivían en un campo que cuidaban. Eran una típica familia de peones rurales, en Crucecitas Séptima, Entre Ríos. Nunca se supo nada de ellos. Sólo se supo que la noche previa a su desaparición -el 13 de enero de 2002- fueron a un velatorio en Viale. 

Nunca más se los volvió a ver. En la casa precaria que habitaban en el campo del alemán Alfonso Goette, quedaron casi todas sus pertenencias intactas. Misterio total. 

La policía y la justicia hicieron rastrillajes en el enorme campo y no encontraron absolutamente nada. 

Se llegó a sospechar de una hipótesis criminal temeraria. Según esa especie, Goette había asesinado a toda la familia y había tirado los cuerpos a los chanchos, algo que jamás se pudo probar.

borrada
Es más, hoy, el dueño del establecimiento La Candelaria, no está imputado de nada en el proceso.

El juez de la causa, José Gallino creyó siempre en una hipótesis de muertes violentas pero tampoco las pudo probar. 

Otros, descreídos de una teoría criminal, siguen insistiendo con la hipótesis de una desaparición voluntaria. 

Si fuera así, María y Osvaldo, los hijos mayores de la familia Gil, ya tendrían que haber votado, y su paso por alguna sede electoral, hubiese servido para acreditar que estaban vivos. Esto nunca pasó. 

borrada
Los familiares de los Gil denuncian poca actividad policial y judicial y dicen que el caso es tratado como un caso de segunda. 

Lo único que se intentó para ubicar a la familia, fue la elaboración de fotos proyectadas de cómo serían hoy, cada uno de ellos, los adultos y los chicos. 

"Es increíble, no se los pudo haber tragado la tierra", dijo uno de los investigadores, pero sinceró: "el pasó del tiempo no alienta un buen final. Claro que no. Doce años, y nada. Poco interés en la búsqueda. Un caso perdido en el tiempo.