El Ministerio de Seguridad activó la alerta máxima en las fronteras ante los hechos de violencia en Brasil
Patricia Bullrich dispuso una revisión intensiva de los controles migratorios, pero descartó el envío de nuevas fuerzas a la Triple Frontera.
El Ministerio de Seguridad de la Nación declaró la alerta máxima en las fronteras luego de los graves episodios de violencia registrados en Río de Janeiro. La medida busca reforzar los controles migratorios y de seguridad para impedir el ingreso de personas vinculadas al grupo narcocriminal Comando Vermelho.
La ministra Patricia Bullrich encabezó una reunión con sus equipos técnicos para evaluar la situación y coordinar acciones con otros organismos del Estado. Aclaró que la decisión “no implica el envío de más fuerzas federales” a la Triple Frontera, sino una revisión más exhaustiva de los perfiles de los ciudadanos brasileños que ingresen al país.
El operativo contempla una articulación entre el Ministerio de Seguridad, la Dirección Nacional de Migraciones y el sistema de inteligencia de la SIDE, con el objetivo de detectar posibles amenazas y prevenir movimientos sospechosos. Desde el Gobierno remarcan que la Triple Frontera es uno de los puntos estratégicos más sensibles en materia de seguridad nacional.
A comienzos de año, la Casa Rosada ya había dispuesto el envío de 300 agentes federales a esa zona y acordó una cooperación con Paraguay para fortalecer la vigilancia. Pese a esas medidas, las autoridades reconocen que persisten filtraciones y que en los últimos meses hubo enfrentamientos con bandas delictivas.
Mientras tanto, en Brasil, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva analiza la posibilidad de militarizar Río de Janeiro tras el operativo policial más violento en la historia de la ciudad, que dejó más de 120 muertos y decenas de detenidos. La medida, contemplada en la Constitución brasileña, permitiría desplegar a las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública en casos excepcionales.
El operativo, realizado por unos 2.500 policías en los complejos de favelas Penha y Alemão, tenía como objetivo capturar a los líderes del Comando Vermelho y frenar su expansión territorial. La Policía Civil informó que se secuestraron 93 fusiles de asalto y grandes cantidades de drogas.
Según las investigaciones, el complejo de la Penha se transformó en una base clave para el tráfico de armas y estupefacientes, debido a su ubicación cercana a importantes autopistas, lo que lo convierte en un punto estratégico para la organización criminal.
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