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El "jardín del horror": todas las sillitas de los chicos tenían mordazas y sogas

A la imagen escalofriante que ayer recorrió el país, donde un bebé fue amordazado para que no llore, ahora se sabe que en el jardín "La hormiguita viajera" le tiraban del pelo a los chicos y los ataban donde lloraban por horas.

En el "jardín del horror" las sillitas de bebés tenían mordazas y sogas, y las situaciones violentas eran frecuentes. Ayer la profesora de folclore, Victoria Gauna, contó que a los niños le tiraban los pelos y los ataban en las sillitas donde lloraban por horas.

"Muchas gracias por confiar en nosotros"
, dice el cartel sostenido por una hormiga negra pintada con un vestido rojo y lunares blancos en la entrada del jardín maternal "La hormiguita viajera", de Cosme Lavalle 2.646 del barrio Pueyrredón, según informa elpatagonico.net

La beba de la foto que ayer horrorizó al país tiene 8 meses y su madre radicó ayer la denuncia en la Seccional Tercera de Policía, junto a un abogado. Los directivos del lugar en ningún momento se ocultaron, sino que apenas se conoció la noticia el sábado ellos hicieron la denuncia en la Seccional Tercera e informaron que habían despedido a las tres auxiliares consideradas responsables: Diana Jones, Jimena Molina y Johana Igor.

Según los padres, en el lugar les cobraban 1.000 pesos por tres horas y 1.700 por ocho horas. La matrícula rondaba hasta el viernes en 40 chicos.

Al conocerse la situación Mabel, una de las madres que desde este fin de semana no halla consuelo, contó que se sintió "muy defraudada, me quedé helada, sin palabras. No sabía qué hacer, no caigo". En la reunión con los propietarios, los padres contaron que uno de los nenes más grandes contó que a otro compañerito que se mostraba molesto una vez lo ataron de pies y manos con una gruesa cinta.

"Antes, cuando eran chicos, los nenes lloraban mucho. Y ahora caigo y digo ‘capaz que para que no lloren mucho les hacían esto’", reflexionaba Angel, sorprendido también porque vio que "más allá de los cintos que traen las sillas, hay mordazas del tamaño del brazo de un bebé, que lo deben haber usado para atar".

También comprobaron que había mordazas de cinta de embalar ya usadas hace tiempo, sogas y piolines en las sillas de los bebés. Incluso se observó la presencia de las cintas de enmascarar en la silla con la que a la bebé de la imagen que recorrió el país le habrían encintado la boca.

"Corroboramos que están todas las sillitas con las cintas puestas" dijo Cecilia, quien lleva a su hijo hace siete meses al jardín. "Es inexplicable lo que se siente, impotencia, bronca. Y somos padres educados, sino le estaríamos destrozando el jardín"
dijo.

"Los nenes les contaban a los padres que les pegaban y los ataban de pies y manos; que les pegaban en las manos, de castigo", agregó Angel.

"Cuando yo estaba en la clase no sucedía; es la primera vez que yo lo veo, lo que sí se ha visto son golpes, maltratos, de tirarle los pelos a un nene. Eso se lo dije a los padres. Les tiraban los pelos, los sentaban en las sillas y los bebés lloraban por eternidad de horas"
, contó María Victoria Gauna, la profesora de música que se atrevió a denunciar las atrocidades.