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El inicio del nuevo mandato

Por Rosendo Fraga. Cristina inicia su segundo mandato más fortalecida políticamente que en 2007, pero con un cuadro económico más complejo. Ha obtenido 9 puntos más que en la elección realizada cuatro años atrás y tiene una oposición más desarticulada aún que entonces. Dentro de la coalición oficialista hoy sólo el sindicalismo liderado por Moyano emerge como un límite a su poder.

El empresariado en líneas generales está alineado con el gobierno y el resultado obtenido muestra que los medios de comunicación críticos tienen un poder limitado para desgastar a oficialismo. Pero es en el campo económico y social donde la situación es más compleja que entonces. La crisis global surge como una amenaza al igual que en el resto del mundo. La caída del PBI que sufrió Argentina en 2009 es la evidencia de que el país no es ajeno a este tipo de situación. A ello agrega la desconfianza interna evidenciada en la fuga de capitales, aunque esta se haya desacelerado en las últimas semanas por la efectividad del método Moreno. El control del incremento del gasto y la inflación aparecen como problemas concretos a resolver en mayor medida que cuatro años atrás. La actualización de las tarifas, que puede generar reclamos sociales, y la inflación, en un contexto de tensión y conflicto con los sindicatos, emergen como cuestiones al finalizar 2011.

El sindicalismo queda así, al asumir Cristina, como la oposición más relevante y el límite a su poder más concreto. Con diferentes matices, los distintos sectores de la dirigencia sindical se han ido acercando al titular de la CGT y aun sus enemigos más encarnizados hoy sostienen la conveniencia de que permanezca al frente de la central obrera hasta que termine su mandato a mediados de 2012. A su vez Moyano ha definido un programa de acción simple para unir al sindicalismo que contempla las paritarias sin piso ni techo, la entrega del dinero adeudado a las obras sociales, la elevación del mínimo para el pago del impuesto a las ganancias y la participación obrera en las ganancias de las empresas. El 15 de diciembre Camioneros realizará una demostración de fuerza, reuniendo decenas de miles de afiliados en una acto en un estadio de fútbol. La mayoría de los dirigentes sindicales enfrenta causas judiciales de diverso tipo y ve en ellas una amenaza política que puede ser manipulada por el gobierno. Pero la Presidente está dispuesta a redoblar la apuesta. No aceptó el acuerdo salarial firmado por el gremio rural con la Comisión de Enlace, planteando el antecedente para hacer del caso una política general, y al incluir a las obras sociales en el Decreto de Necesidad y Urgencia que reglamenta la medicina privada avanzó sobre el corazón del financiamiento del sistema sindical argentino.

Políticamente, los límites impuestos a Scioli y a Boudou confirman un estilo de ejercer el poder que no tolera disidencias ni matices. El gobernador bonaerense, pese a su actual alineamiento político con el Gobierno nacional, perdió el control de la legislatura provincial. El vicepresidente de la Cámara de Diputados es de La Cámpora y Mariotto preside el Senado, con un vicepresidente cristinista y la mujer de Carlos Kunkel presidiendo el bloque de senadores provinciales. También ha perdido el control de la policía provincial, ya que el nuevo jefe (Matzkin) parece responder al ex ministro de Seguridad bonaerense León Arslanián y los nuevos jefes policiales tienen lealtades con diferentes dirigentes políticos y jueces que no están con el gobernador. Scioli ha perdido así el poder, aunque ha logrado mantener cierta imagen de autonomía en su gabinete. El vicepresidente electo (Boudou) es blanco político no sólo del cristinismo, sino de la misma Presidente en sus declaraciones públicas. El hijo de la Presidente (Máximo) ha comenzado a influir políticamente, como lo evidencia por un lado el retroceso del ahora ex ministro de Economía y por el otro el apoyo de la Presidente a los militantes de La Cámpora que gestionan Aerolíneas. En un contexto de ciertas diferencias con el vicepresidente como han comenzado a plantearse -y las que han tenido lugar con Cobos hasta último momento-, y la designación de la esposa de gobernador Alperovich (Rotjés) como presidente provisional del Senado y tercera en la sucesión presidencial parecen privilegiar el valor de la lealtad.

Por último, la política exterior muestra una continuidad, con la Presidente acercándose a Obama, pero sin recomponer efectivamente la relación bilateral, la simpatía política con Chávez puesta en evidencia en la reciente cumbre de Celac y la coordinación con Brasil en el ámbito del Mercosur.

En conclusión: Cristina inicia su segundo mandato más fortalecida políticamente que cuatro años atrás, pero con un cuadro económico más complejo; el sindicalismo liderado por Moyano queda como la oposición más relevante y el límite más concreto al poder; por último, los límites puestos a Scioli y Boudou muestran un poder que no tolera disidencias ni matices políticos, mientras se mantiene el mismo rumbo en política exterior.