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El encanto de etiquetar a Maradona: las elecciones de vida y el triste destino

La muerte del más grande ídolo de todos los tiempos pone a la opinión pública en la vereda de enfrente y nunca falta a quienes lo juzgan sin haberlo conocido. 

Diego Armando Maradona muri+o el 25 de noviembre de un año más que extraño. Era un ídolo popular. Quien formó parte de los únicos dos Campeonatos Mundiales que ganó Argentina, un país extremadamente futbolero. 

Que era esto o aquello. Críticas sobre su múltiple paternidad. Su adicción a las drogas. He escuchado cosas como "Se murió por falopero" o "¡Y también con la vida que llevó!", cómo si siempre "la vida que uno lleva" marcase el destino y cómo será el final del dueño de esa vida.

Es cierto que las elecciones nos conducen hacia un camino posible, pero no funcionan como una ciencia exacta. Sin esto fuera así la vida dependería tal vez de sólo una elección y nada podría ser cambiado luego. 

Eso de condicionar Y JUZGAR al muerto. A quien no puede defenderse ni contar parte de su historia, es tan típico como decir "La violaron porque llevaba la pollera corta".  Es revictimizar a la víctima. Volver a matar al muerto. 

Eso de juzgar por su estilo de vida. A los fanáticos de la música no debería gustarnos el rock -por ejemplo-  porque si vamos a juzgar es sabido que las bandas clásicas tuvieron experiencias infinitas con las drogas. ¿Entonces? 

Es como decir que Ayrton Senna murió precozmente por "manejar muy rápido". Porque en varias ocasiones se escucha decir "Y, también con la velocidad a la que manejan..."

Al respecto, InfoVeloz consultó al psicoanalista y psicólogo deportivo Ricardo Antonowicz quien aseguró que "nadie habla de la singularidad de Maradona". Cuestionó que "se llenan páginas de diarios sobre el ídolo y surgen miles de calificativos pero Maradona fue un desconocido. Quizás él mismo nunca logró darse a conocer". 

"Ese vacío fue llenado por el entorno que siempre impidió que Maradona pueda decir su palabra. No muchos pudieron escuchar la palabra del 10", añadió. 

"Los psicoanalistas trabajamos escuchando lo que el paciente no nos dice y, en este caso, la identidad del verdadero Maradona estaba en aquellas palabras que no dijo", continuó. 

La cosa es -que a pesar de estar distanciados- sus hijos lo lloraron con todo el dolor y definitivamente, son los únicos que realmente conocieron quién y cómo era su papá.

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