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El buque Sophie Siem llegará esta tarde a la zona de búsqueda del submarino ARA San Juan

La embarcación noruega comienza a dejar atrás el puerto de Comodoro Rivadavia con rumbo al área marítima patagónica.

El buque noruego Sophie Siem, con una simple y rápida ceremonia de despedida y de agradecimiento en su plataforma, cientos de comodorenses aplaudiendo y haciendo sonar las bocinas de sus autos en la playa y en el sector de El Infiernillo, zarpó ayer a las 14.15 del puerto de Comodoro Rivadavia.

En su popa, luego de un trabajo a contrarreloj de soldadores comodorenses, lleva el submarino remoto de la Armada de Estados Unidos que podría ser vital a la hora de hallar al ARA San Juan.

Luego de terminar los trabajos en su interior, que en la práctica significaron readecuar la nave para tareas de rescate, y el recorte de su popa, el Sophie Siem zarpó ayer del puerto de Comodoro Rivadavia a las 14.15, momento en que se sacó del puesto de amarre 1, la soga que aún la unía con la estación marítima comodorense.

Según el diario El Patagónico, el zarpe del buque noruego fue aplaudido por cientos de comodorenses que, desde el mismo puerto, la playa de la costanera y la Ruta 3 a la altura de El Infiernillo, se apostaron desde antes del mediodía para celebrar el fin de los trabajos de adecuación y el inicio de la travesía de rescate.

Minutos antes del zarpe, en la plataforma del Sophie Siem, el capitán de la marina estadounidense, Héctor Alejandro, y el capitán de navío de la Armada Argentina, Claudio Pérez Ortigueira, agradecieron el trabajo realizado, sobre todo el de soldadores comodorenses que, en tiempo récord y ante la adversidad climática, completaron la readecuación del buque noruego, diseñado para la actividad petrolera y reconvertido como nave de rescate.

En la breve ceremonia, ya que el tiempo apremiaba, Pérez Ortigueira se preocupó para que estuvieran presentes cada uno de los trabajadores que, desde el jueves y hasta ayer, "realizaron una tarea titánica, a la que le estaremos eternamente agradecidos", dijo el marino.

El capitán de navío, al igual que su par estadounidense, destacó que en estos días de trabajo, de descarga, traslado y carga de equipamientos, entre el aeropuerto y el puerto, "no hayamos tenido un solo inconveniente. Esto demuestra claramente, la calidad y la eficiencia que tiene la gente de esta ciudad", ponderó.

Alejandro, tan emocionado como Pérez Ortigueira, agradeció "al pueblo de Comodoro y de Argentina por dejarnos estar acá, y ayudarlos como amigos. Queremos seguir recorriendo esta vía y seguiremos trabajando para rescatar a la tripulación del San Juan", subrayó.

El Sophie Siem arribó al puerto de Comodoro Rivadavia el lunes último a las 21 y desde ese momento se comenzó a acondicionarlo, aunque los trabajos más fuertes comenzaron el jueves, cuando se tomó la decisión de cortar parte de la popa, para poder subir y colocar allí a la grúa, rieles y al submarino remoto, que será una pieza clave en el eventual hallazago del ARA San Juan, desaparecido hace 12 días con 44 tripulantes a bordo.

Una vez tomada la decisión, técnicos, ingenieros y soldadores de Comodoro Rivadavia comenzaron a realizar una tarea que, según algunos cálculos, en astilleros y con mejor equipamiento, llevaría un mínimo de 20 días.

Los trabajos solo se interrumpieron por el viento pero, en ese caso, el freno solo llegó al movimiento de grúas, ya que los soldadores y otros operarios, continuaron las tareas en el interior de la nave, donde ayer fueron felicitados y aplaudidos por los marinos estadounidenses y argentinos.