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El accidente de Carlos Menem Jr y los posteriores "crímenes" de su padre (I Parte)

Voy a romper una confidencialidad que tiene más de 20 años y nombrar personas que en su momento me hablaron "off the record".

Por Jorge D. Boimvaser

@boimvaser

La hoja de ruta de aquel día fatal empezó en Don Torcuato. El helicóptero se preparaba para salir rumbo a Rosario. Carlos Menem (h) tenía el comando de una nave doble comando. Silvio Oltra no tenía brevet para conducirlo, aunque a veces se pasaban la palanca uno a otro.

Una tercera pasajera era la modelo y conductora de autos de carrera Delfina Frers.  El viaje tenía como escala previa un campo en la Provincia de Buenos Aires (la leyenda dice que era propiedad del traficante de armas Monsser Al Kassar, hoy preso de por vida).

Frers era la tercera pasajera, obvio, no una terrorista anónima como se quiso hacer ver en algún momento.

En ese campo descendió y emprendió el camino a Rosario en auto acompañada por Carina Fernández Balbis.

Unos kilómetros más adelante pincharon un neumático y le avisaron por celular a Carlitos del contratiempo.

El hijo del Presidente decidió bajar a ayudarlas y ahí empezó la tragedia. Desde arriba el tendido de cables es casi invisible. El helicóptero tenía un corta cables pero la mala suerte hizo lo suyo y el aparato no pudo accionarse.

La caída fue estrepitosa. Una de las mujeres se acercó al lugar del siniestro y desesperada corrió, de ahí salió la leyenda que el tercer pasajero -que ya no lo había- huyó de la escena del desastre.

Atentado no hubo. A Zulema Yoma -una madre desesperada por la pérdida de su hijo- se le acercaron la carroña de siempre para tratar de hacer dinero vendiéndola una historia falsa, precisamente la del atentado.

Yo empecé a escribir la historia, o reconstruirla mejor dicho, hasta que en un momento un allegado a Carlos Menem me dijo que me harían llegar los peritajes de varios organismos extranjeros dedicados a la investigación de accidentes aéreos.

Fue el abogado de Menem, o uno de ellos, Ricardo Klass, quien me acercó carpetas enormes en donde todos coincidían en resaltar que fue una desgracia y no había evidencia alguna de intervención de terceros en la caída

Como nadie conservó la escena del lugar, los depredadores se fueron llevando desde el reloj del hijo del Presidente hasta parte del fuselaje. Una pieza fue encontrada después en un taller mecánico de Ramallo. A esa pieza le metieron algunos balazos para hacer creer que el helicóptero sufrió una balacera desde tierra.  

Quien le dijo a Zulema lo de los balazos fue Roberto Locles, quien no se despegó de Zulema durante un par de años. Locles es el mismo perito procesado por falsificar informes en el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra. El hombre tiene experiencia en falsedades, aunque por estar junto a Zulema y hacer una especie de actuación doble comando, desde alguna caja reservada del Estado le llegaron a pasar hasta medio millón de dólares.

"Roma no paga traidores" es la frase de una historia que data de 200 años antes de Cristo. Pero Menem si lo pagaba para tener información.

Para no atosigar con nombres e historias dejamos el relato por hoy.

En la próxima entrega sabremos otras circunstanciad de esta historia, por caso los más de 12 muertos bajo la modalidad "que parezca un accidente" de personas que intentaron extorsionar a Zulema Yoma con la hipótesis falsa de llevarle pruebas de un atentado que nunca fue.

¿Qué a Carlitos lo mató el narco-terrorismo o que Guido Di Tella -ya muerto- le dijo  Menem que la muerte de su hijo fue un atentado?

Eso es un delirio que no tiene sentido.  Pronto seguimos.