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Dark, la lúgubre, intensa pero magnética serie de Netflix que esconde un turbio secreto

Desechos nucleares, viajes en el tiempo y niños perdidos. Con una mística única, esta es la serie que es imposible dejar de ver. La reseña no contiene spoilers o adelantos.

Por Marina Wachtel

@setoffmarie

mwachtel@diarioveloz.com

"El ayer, el hoy y el mañana no son consecutivos, están conectados en un círculo que no tiene fin". Con esta premisa comienza Dark, la primera producción original de Netflix en Alemania que ha logrado cruzar fronteras en una plataforma que expele por sí sola esas series americanas a las que nos tienen acostumbrados. Esta reseña no contiene spoilers o adelantos.

Como eje principal, la serie tiene un mensaje críptico sobre la inevitabilidad de tiempo. Aquella premisa de Albert Einstein sobre la no linealidad del mismo y nuestra errónea concepción de la simultaneidad. Puede sonar un tanto ambicioso pero te va a sorprender. El núcleo central de la trama mantiene el suspenso, es simple pero te va arrastrando hacía el final de la temporada sin dificultad.


"No quiero mirar para otro lado, y ustedes tampoco deberían. Esta ciudad está enferma, el pueblo es como una infección, y todos somos parte de esto".

Dark se sitúa en Winden, un pequeño y tranquilo pueblo alemán donde parece que no pasa nada, pero en realidad pasa de todo. Con la búsqueda de un chico de 15 años, comienzan a sucederse una serie de desapariciones donde nadie deja rastros. Parecen todos haberse esfumado en el aire y estos hechos, que suceden exactamente cada 33 años, empiezan a resquebrajar la convivencia entre cuatro familias.

La serie se sitúa en el año 2019 donde una central nuclear es el foco que alimenta un oscuro secreto dentro de una gruta que la atraviesa hacía la infinidad. Luces intermitentes en medio de la noche, bosques otoñales, húmedos y un diluvio sin fin a lo largo de los capítulos, le dan ese tono lúgubre, puro, desgarrador e intenso. La ambientación y la fotografía desprenden un mágico y cautivante misticismo.

"No conocemos siquiera la mitad de los misterios de este mundo, apenas deambulamos en la oscuridad".


Esto no es Stranger Things. Puede haber elementos similares pero ambas series despegan para lados opuestos. El viaje en el tiempo transcurre entre 1953, 1986 y 2019 por lo que esas improntas con las que Netflix nos hace revivir los 80 y los 90 en otras series, en este caso es solo una probadita aunque muy bien lograda.

Dark no está apegada a los efectos especiales y para cautivar utiliza otras armas desde la propia cabecera. Es una serie con suspenso, a veces un poco explicita pero sin culpa, que deja posibilidades a que el miedo te de cosquillas.


"Pero elegir una opción... siempre conlleva renunciar a las demás. Una vida, o la otra... ¿con cuál de ellas te quedas?"

Los personajes son fríos, distantes e incluso, a veces, tétricos. Cada uno tiene una esencia notoria. Todos están "rotos" a su manera y enmascaran una profunda tristeza. Ahí también está el encanto de la Dark.

Acá no hay nada de "Should I stay or should I go" y música de los 80. La banda sonora es de otro mundo, es diferente y atractiva para el entorno. Logra envolver al espectador en esa atmósfera que tienen delante de sus ojos. Lo visual y sonoro se complementa de manera tal que consigue remover una amalgama de sensaciones para quien la ve. Tiene muchos dejos de nostalgia pero sin ser evidente.


"Hay cosas que vale la pena saber, y otras que es más conveniente ignorar, porque de todos modos no puedes cambiarlas".

La trama es dinámica, la información está dosificada y se nota la decisión de que el espectador no quede en una nebulosa. La serie sabe gestionar lo que brinda de manera hábil aunque tiene momentos en los que hay tantos cruces que parece que se pierde el propósito o da la impresión de que hay cosas demás y que se dan al mismo tiempo. Por eso, es una serie para mirar con atención y a cambio, nos regala subtramas que ayudan a un desarrollo más rápido y complementan el eje central de la historia.


Cada capítulo nos deja con ganas de ver el siguiente. Es una serie con un nuevo desafío para el espectador que debe inmiscuirse en un idioma nuevo, en una atmosfera quizá algo diferente a lo que nos tiene acostumbrados la televisión, nombres "raros" pero que en definitiva permite conocer un poco más allá de las tradiciones e ir tirando del hilo hasta el final. Es una novedad interesante, que vale la pena y no está demás. En Dark, la pregunta no es donde, la pregunta no es quien, la pregunta no es como sino cuando.

"Si lees esto, es porque ya me he ido... como niño y como hombre. Espero que puedas perdonarme. Todo está conectado. Atte. Mikkel / Michael".