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"Daniel es el pilar de nuestra familia"

Detrás de tanta serenidad, en la mirada de Karina Rabolini algo deja entrever que esta vez no está demasiado entusiasmada con cumplir 44 años.

Detrás de tanta serenidad, en la mirada de Karina Rabolini algo deja entrever que esta vez no está demasiado entusiasmada con cumplir 44 años. Felicitarla hace a la convención social, mientras que preguntarie por el desgano en su festejo tiene más que ver con indagar en el presente de la ex modelo, hoy empresaria, esposa del gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente (ella no dice presidenta) de la Fundación Banco Provincia.

-¿Cómo vivís el cumplir años? -Son cuarenta y cuatro, capicúa. Siempre me gustó festejar, pero este año vengo con mucha exigencia, tanto laboral como en varios otros temas... Así que vamos a comer en mi casa, en familia, y no va a haber un gran festejo.

-¿Cuando hablas de exigencias laborales te referís a tu trabajo en la Fundación Banco Provincia? -Sí. Llevamos adelante varios programas de ayuda y además, en todos los lugares a los que voy, recibo múltiples pedidos de parte de la gente. Todo se ingresa en sistema, con fecha de pedido, y se le da curso. Te pueden pedir desde asesoría para algún tema, como ayuda para una operación, una silla de ruedas, prótesis... Es muy variado. Entonces una vez por semana, con los miembros de la Fundación -somos quince, una estructura c h i c a - nos reunimos e intentamos dar soluciones. Porque claro que hay cosas que lamentablemente no están a nuestro alcance. O temas de justicia, en los que no podemos interceder. Pero aun así siempre respondemos.

-¿Recorres mucho la provincia? -Tenemos un programa llamado Comunidades Solidarias, con el que llevamos visitados 114 municipios de los 134 que tiene la provincia. Así repartimos desde kits escolares hasta computadoras, aparatología para los hospitales, lo que haga falta en los clubes de barrio, etcétera. Nos adaptamos a las necesidades de cada municipio. También tenemos un programa de arreglo de las salas de espera de los hospitales. Y por otro, el programa con el que estuvimos hoy, en Morón, que se llama Una Mirada para los Niños, por el que les damos lentes a los chicos que necesitan. Cuatro mil alumnos de escuelas públicas han sido revisados y más de quinientas recibieron sus anteojos. Lo bueno es que muchas empresas privadas se acercan a ayudar, porque hay una mayor conciencia social que hace algunos años. Además otorgamos microcréditos para emprendedores en condiciones de ampliar su nivel de producción o de generar un nuevo proyecto. Los canalizamos a través de distintas ONGs, agencias locales o secretarías de producción, por ejemplo.

-Estás al frente de la Fundación desde diciembre de 2007-cuando asumió Daniel-y a fin de año tu gestión estaría terminando. ¿Qué balance haces? -Fue todo un aprendizaje. Tuve la suerte de que al principio nos acompañara María del Carmen Balestrini, que ahora está pasando un momento particular (N. de R Su marido, Alberto Balestrini, se recupera del ACV que sufrió mientras se desempeñaba como vicegobernador de la provincia, hace ya más de un año). Lo cierto es que hay sectores con necesidades muy urgentes, y la Fundación tiene que colaborar con agilidad.

Además es difícil, porque a veces la realidad es más cruda de lo que uno se imagina.
-¿Qué te devuelve a nivel personal el trabajo social* .. (piensa). Con el trabajo social recibo mucho más de lo que doy. Porque podes tener la intención, pero no saber cómo hacerlo. Yo tengo la suerte de que Daniel nos haya dado la responsabilidad de la Fundación, y a través de ella la bendición de tener la posibilidad de ayudar. Y más allá de la satisfacción que representa, como mujer de un gobernador tengo la responsabilidad moral de ayudar.

-¿Qué aprendiste de Daniel? - E l modo dinámico de ejecutar. Es muy difícil que Daniel deje un tema para más adelante. Resuelve en el momento. Tiene un muy buen sistema de trabajo. No se queda sentado atrás de un escritorio.

Le ves la agenda y no entendés cómo va a hacer, en tiempo físico, para cumplir. De hecho, empieza muy temprano a la mañana y termina muy tarde a la noche. Para Daniel no existen ni sábados ni domingos. La única particularidad que para él tiene el fin de semana es que duerme dos horas de siesta.

-Es decir que casi no hay tiempo para el disfrute en pareja... ¿Hace mucho que no se toman vacaciones juntos? -En enero yo estaba pseudo de vacaciones, y por eso lo acompañaba a todos lados. Pero Daniel no descansó un solo día. No está acostumbrado a irse de vacaciones. ¡Yo no tengo ese problema! Me gusta y disfruto de viajar. Por eso, si quiero hacerlo me voy con Lorena, la hija de Daniel, que es una gran compañera de viaje y de la vida. Trabaja conmigo en la Fundación, ad honorem, y en la empresa (N. de R. Con su nombre, Karina vende ropa, accesorios, productos de belleza y anteojos desoí, entre otros).
-¿Nos querés contar cómo va la búsqueda del embarazo? -Seguimos. Lo único que no digo es la fecha exacta en la que hago el tratamiento. A pesar de que está costando, seguimos en la búsqueda y con esperanzas. En fin... Vamos a ver.

-¿Esto hizo que Daniel impulsara la ley de Reproducción Asistida? -Sí. La ley se puso en vigencia en enero y ya hay 19 matrimonios que están esperando un bebé.
Cuando me comentó que la estaba impulsando, me puse muy contenta. Porque estoy pasando por lo mismo, y sé lo costosos que son las tratamientos.
Hay matrimonios que tienen que gastarse los ahorros de una vida o que hipotecan una casa con tal de tener un hijo.

-¿Se puede ser feliz estando casada con un político? -Me hace feliz estar con Daniel, que siempre fue el mismo, desde que era deportista y empresario hasta ahora que es político. Asumió todo con amor y responsabilidad. Es un loco. Mezcla pasión con voluntad y mucho trabajo. Siempre lo acompañé en el proceso. Es muy sólido como persona.
Contenedor, familiero... Es el'pilar de la familia.

-A pesar de que no tiene tiempo para la familia y trabaja todo el día...
-Siempre está. A su manera y aunque tenga poco tiempo. Tiene una manera muy especial de acompañar. Tal vez no se siente a tomar un café, pero está y te transmite seguridad. A mí me ayudó a trabajar, a desarrollarme, y me alentó. Son muchos años juntos...