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Cristina twitea, Obama no está contento

*Por Jorge Oviedo. "Obama no está contento" es el título que usó The New Republic para la entrevista con el presidente norteamericano que publicó hace pocos días y que fue objeto de la pasión twitera de la presidenta Cristina Kirchner.

Nota extraída del diario La Nación.

"Obama no está contento" es el título que usó The New Republic para la entrevista con el presidente norteamericano que publicó hace pocos días y que fue objeto de la pasión twitera de la presidenta Cristina Kirchner.

La Primera Mandataria parece haber malinterpretado, a sabiendas o no, el contenido del reportaje, que es muy extenso, y haber mostrado más bien uno de los rasgos que Obama señala como uno de los grandes males políticos que está afectando seriamente a los Estados Unidos. Que es el sectarismo, la intransigencia, la intolerancia y el maniqueísmo al debatir. Pero eso es una opinión. Conviene comenzar por los hechos.

Es cierto que Barack Obama dijo la frase sobre Fox y el columnista. También señaló entre varios problemas del escenario político el modo en que los medios de comunicación presentan (o modelan, como tradujo la Presidenta) los debates. En cambio, y no es un dato menor, la frase que la Presidenta citó en mayúsculas (que en las redes significa gritar) no está en el texto. Es decir, en el texto publicado Obama no dice las palabras que Cristina Kirchner le atribuyó. No acusó a los medios de obstruir los debates.

La Primera Mandataria también se burló de la repercusión que, según ella, podría tener aquí una referencia como esa. Que se sepa, ni la IRS (equivalente norteamericano de la DGI) ni la Guardia Nacional (algo parecido a la Gendarmería) han lanzado operativo alguno contra Fox o contra Rush Limbaugh.

Tampoco Obama acusa a medio o periodista alguno de haberlo criticado por el huracán Sandy. En cambio, defiende al republicano gobernador del estado de New Jersey, Chris Christie: "Se vio atacado por ciertos miembros de su propio partido y algunos medios por cooperar conmigo para responder a sus votantes (en la emergencia). Eso da un índice de lo difícil que creo que el medio político se ha vuelto para mucha de esta gente".

Es verdad que habló de las maniobras obstruccionistas en el Senado por parte de las minorías. Y de los problemas que existen para que se haga lo que las mayorías ciudadanas quieren. Y mencionó entre varios factores y no el que mencionó más extensa y profundamente está la forma en que se debate en los medios.

Pero lo que la Presidenta no dice es que todo el tiempo Obama criticó el clima de confrontación y de debates irreductibles, donde, según él, en especial los republicanos, son incapaces de negociar nada. ¿Por qué? Por el modo caprichoso y ventajero en que se diseñan los distritos electorales. La vieja práctica de dibujar sobre el mapa distritos que no tienen nada que ver ni con la geografía, ni con la demografía ni con nada que no sea conectar las áreas donde hay mayorías amplias de votantes de un partido. Y dividir, para licuar, a los del otro.

¿Qué surjen de allí? Dirigentes que responden a un electorado irreductible, que dice que son mayoría muy amplia y por ello no tienen que negociar con nadie. No hace falta pensar en analogías locales.

¿Cuál es el problema, según Obama? Que algunos dirigentes son más amplios que sus propios representados. Y señala que él mismo y otros dirigentes de su partido están dispuestos a combatir a los elementos más extremistas.

No parece que sea lo que pasa aquí. Más bien parece que, en particular desde lo alto del oficialismo, se alientan las divisiones y no a la inversa.

Y con el tema de los medios que son más de izquierda, si la Presidenta cree que Obama se refirió al compromiso político mediático o le sonó a algo parecido a lo que al oficialismo gusta en llamar "periodismo militante", está equivocada.

Obama habló de "compromiso" en el sentido de la capacidad de dirigentes de distintos partidos capaces de negociar y sacar legislaciones con mutuas concesiones.

Vuelve a usar la misma palabra en el mismo sentido más adelante en un párrafo en el que no se menciona a los medios.

Sí dijo "Nadie aparece en la TV si dice: 'Acuerdo con mi colega del otro partido'. La gente sale en la TV si insulta a los demás y dice cosas tremendas".

Pero también tuvo otras frases muy interesantes que aparentemente no llamaron la atención de la Presidenta.

Por ejemplo, fue muy crítico del ambiente "desagradable" de confrontación y beligerancia política. "No es un momento divertido para ser miembro del Congreso.

Y creo que si habla en privado con demócratas y republicanos, en particular los que han estado un tiempo prolongado, extrañan los tiempos en los que podían mantener relaciones sociales e introducir legislación bipartidista y sentirse productivos", dijo. Es decir, el problema son las posturas irreductibles, las ideas de que reunirse con los miembros de otro partido y negociar y flexibilizar posturas es parte de una traición. Ese es uno de los problemas institucionales que señala.

Para él en los Estados Unidos hay propuestas legislativas que fácilmente lograrían más del 50% de aprobación de la opinión pública, pero que, sin embargo, no puede hacerlas pasar por el Congreso. Claro que una gran responsabilidad la atribuye a la manipulación de los distritos electorales. "Siempre desconfié del absolutismo. Siempre desconfié de las pruebas de lealtad ideológica. No soy una persona que -mirando la historia de Estados Unidos- crea que un partido tiene el monopolio de la sabiduría", explicó.

¿Estará bien aquí armarle una campaña de ensañamiento a quien se atreva, por ejemplo, a jugar un partido amistoso de fútbol con un opositor? ¿O en esto también convendrá pensar como el presidente norteamericano? La Presidenta no lo dijo.

También fue Obama fue muy crítico con su partido. "Los demócratas tenemos muchas verrugas y algunos de los malos hábitos en Washington en lo que se refiere a lobistas y dinero y acceso, realmente corresponden al sistema política general". Pero también elogió el mérito partidario de estar dispuestos a hacer concesiones en la Casa Blanca y el Congreso. Dijo que los demócratas "se han mostrado sistemáticamente dispuestos a hacer cosas difíciles, aunque no les resulta lo más conveniente, porque es lo correcto".

Nada parecido a un mandatario que exige que le aprueben los proyectos sin cambiar una coma. Explicó cómo estuvo dispuesto a ofrecer más aumentos de ingresos que los que cree que el país necesita para lograr un acuerdo fiscal. Y también recortes de gastos que tocan "algunas vacas sagradas" de su partido. ¿Leyó eso la líder de un movimiento que no es capaz de sacrificar ni siquiera un piojo sacrílego de su ideario cada vez que quiere imponer una iniciativa?

¿Creerá la Presidenta que a Obama también le parece bien que un político cada vez que recuerda la sanción de alguna ley en la que no se negoció una coma reproche, luego de años, que la oposición le haya sugerido cambios?

Algunos detalles más de la entrevista son también interesantes.

El más obvio es que el Presidente de los Estados Unidos, a diferencia de lo que hace la propia Cristina Kirchner, da entrevistas. Otro es que cuando recibió a los dos periodistas de The New Replublic acababa de encontrarse con los familiares de las víctimas del tiroteo en la escuela de Newtown. Obama se reúne con las víctimas de catástrofes que ocurrieron durante su administración.

A los entrevistadores, cuentan ellos, les preguntó larga y detalladamente sobre el negocio periodístico. Y se quejó de que su superprotegida y supercocificada IPad presidencial no le permite leer noticias en los sitios donde se requiere registrarse.

Y, sobre todo, dicen Franklin Foer y Chris Hughes, no estaba enojado. "Su voz dio indicios de cierta impaciencia con los republicanos y los medios (y el fútbol americano universitario) que en otros tiempos solo dejaba traslucir en conversaciones privadas", escribieron. Vale la pena recordarlo, no estaba enojado.

Además debió responder si había cambiado de idea en su segundo mandato y pensaba poco menos que gobernar por decreto porque ha emitido dos (sí, dos, sólo dos) en temas graves como el de las armas y la inmigración.

E insistió en lograr acuerdos con la oposición y sancionar leyes bipartidistas en temas que requieren sentar marcos de largo plazo. ¿Tiene eso algo que ver con una Presidenta que toma una iniciativa de la oposición y en lugar de consensuar y sacarla por ley, lo hace mediante un decreto de necesidad y urgencia? Es lo que hizo Cristina Kirchner con la Asignación por Hijo.

No se sabe si Obama se enteró o no de los tweets de Cristina. Pero, en lo que se refiere a su país, con actitudes políticas como la de ella, no está para nada contento. Lo dejó muy claro.