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Crimen de Blas Correas: una policía se quebró y confesó que le plantaron un arma

Se trata de Wanda Esquivel. La agente expuso la cadena de responsabilidades en el encubrimiento del asesinato del adolescente.

Una de los 13 policías imputados en la causa que investiga el crimen de Valentino Blas Correas, el joven asesinado en un control policial el 6 de agosto cuando volvía con sus amigos en auto de un bar en la ciudad de Córdoba, confirmó en su indagatoria que se “plantó” un arma con la intención de justificar el supuesto “tiroteo” en el que, según la versión oficial, murió la víctima.

Se trata de Wanda Esquivel, quien ante el fiscal José Mana declaró que cuando se trasladaban en un patrullero, el oficial Javier Alarcón sacó un arma de su chaleco y le pidió que la tirara por la ventana, en una zona cercana al lugar donde presuntamente los chicos evadieron un control policial.

Su relato fue confirmado a Télam por la defensa de Alarcón, el abogado Hugo Luna, aunque aclaró que lo que dijo Esquivel “no se ajusta a la realidad” y que va a “ofrecer elementos de prueba para demostrarlo”.

La agente en cuestión está detenida con prisión preventiva desde el 7 de agosto pasado y es una de los cuatro policías que estaban en el puesto de control de avenida Vélez Sarsfield en la madrugada del asesinato de Blas como consecuencia de los disparos con armas oficiales. Sin embargo, es la única de los 13 imputados que, hasta el momento, reveló detalles sobre la secuencia del crimen.

Esquivel está imputada por los delitos de encubrimiento agravado y omisión de los deberes de funcionario público. Ahora, además, es una testigo clave para el avance de la investigación ya que en su declaración describió la forma en la que “plantaron” el arma para ensuciar a los jóvenes y quiénes fueron los jefes policiales que estaban al tanto de la maniobra de encubrimiento.

En la causa ya fueron indagados los 13 efectivos policiales imputados y los tres empleados del sanatorio que se negaron a atender a Blas cuando llegó, presuntamente con vida todavía, después de recibir el balazo que ingresó por la luneta de su auto e impactó en su omóplato.

Los policías Alarcón y Lucas Gómez son los dos principales imputados como los autores de los disparos que mataron al adolescente, a quienes se les adjudica el delito de “homicidio calificado agravado por el uso de arma de fuego y por la condición de policías” y también en grado de “tentativa” por el riesgo de vida que significaron esos disparos para el resto de los chicos que iban en el auto.

El hecho ocurrió el 6 de agosto pasado cuando Correas se movilizaba en un auto con cinco amigos y habrían evadido un control policial en la zona sur de la ciudad de Córdoba, por lo que los policías dispararon varios tiros, uno de los cuales ingresó por la luneta y se incrustó en el omóplato del adolescente.

El joven iba en la parte de atrás y murió a causa de la herida, mientras que otro joven recibió heridas menores por el impacto de otro proyectil.

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