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Confesiones de Cacho Castaña: "Debuté a los 13 con dos mujeres de 30"

Además habló de la vez que estuvo con Susana Giménez: "Cuando llegó Monzón tuve que salir de la casa en el baúl de un auto porque me quería matar", reveló.

El ciclo "Secretos Verdaderos" ofreció una entrevista con Cacho Castaña, quien realizó polémicas declaraciones. "Empecé a tocar el piano primero. La viola llegó después cuando descubrí que podía ganar minas. Laburar no me gustó nunca", relató.

Por supuesto, no obvió el tema del sexo. "Debuté sexualmente a los 13 años con dos señoritas de 30 años. Estuve como un año con las pibas. De chiquito era encarador, todo me daba lo mismo. Todas las mujeres son distintas, las minas son las que te ganan, vos no ganás a nadie".

Asimismo, se refirió a su amor más famoso, Susana Giménez. "Duró lo que una botella de champagne con Susana, fueron solo siete meses. Lo nuestro empezó cuando estábamos haciendo teatro juntos, en una obra con Perciavalle. Ella se había separado de Monzón, estaban en un 'impasse'", relató. Y agregó: "El primer beso fue entre bambalinas, ella salía de hacer un número, la atraqué y le di un beso. La primera vez fue muy romántica, en Los Troncos, en la casa que ella vivía. Cuando llegó Monzón para su cumpleaños el 29 de enero, tuve que salir de la casa en el baúl de un auto porque me quería matar. Lo mío con Susana fue para vivir un gran amor, pero terminó cuando volvió con Carlos", recordó.

El autor, además, se refirió a la complicada relación con Silvia Peyrou, quien le hizo creer que había quedado embarazada de él, aunque más tarde en la Justicia se comprobó que esto no era cierto, por lo que le sacó el apellido al chico, de nombre Santino.

"Descubrí por cartas que le llegaban a ella del verdadero padre, igual yo ya venía sospechando. Es duro pero más duro es que te digan que es tuyo y no es. Ella no quería hacerse el ADN y fuimos a una fiscalía y se descubrió que no era mío. El padre se hizo cargo y todo. Después de eso nunca más hablamos, yo había fantaseado mucho con ser padre, pero cuando nació yo lo acaricié y no sentí un carajo. Fue algo raro", explicó.