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Con simulacros y un quirófano adaptado, el Hospital Garrahan concretó con éxito la separación de gemelas siamesas

El equipo multidisciplinario del centro pediátrico llevó adelante una de las cirugías más complejas de la medicina infantil argentina. Las bebés, unidas por el abdomen, el hígado y parte del esternón, evolucionan favorablemente.


El 7 de agosto, el Hospital Garrahan de Buenos Aires volvió a demostrar por qué es referente nacional e internacional en cirugías de alta complejidad. Allí se realizó la separación de dos gemelas siamesas de tres meses, nacidas en Rosario, que estaban unidas por el abdomen, parte del esternón y compartían parte del hígado.

La intervención, que se extendió durante ocho horas, incluyó una preparación inédita: adaptación del quirófano para atender a dos pacientes simultáneamente y un simulacro general el día anterior con todos los profesionales involucrados.

“El procedimiento consistió en seccionar el puente que las unía y separar a las bebés”, explicó Víctor Ayarzábal, jefe de Cirugía General.
El doctor Mariano Boglione, coordinador del centro quirúrgico, detalló que el ensayo previo permitió organizar el ingreso y egreso del personal, así como verificar el correcto funcionamiento del equipamiento. Participaron cirujanos generales y plásticos, neonatólogos, anestesistas, técnicos y personal de tecnología médica.

Las gemelas nacieron prematuramente a las 33 semanas con 1,9 kg cada una. Desde el embarazo fueron seguidas por el programa de diagnóstico y tratamiento fetal del Garrahan, lo que permitió definir el momento óptimo de la cirugía: a los tres meses, cuando el hígado compartido alcanzó la madurez necesaria.

El doctor Nicolás Morcillo, médico neonatólogo, informó que ambas bebés ya fueron retiradas del respirador y permanecen en terapia intensiva con buena evolución: “Vamos paso a paso, con avances progresivos y alentadores”.

En Argentina, la incidencia de nacimientos de siameses es de entre 1 cada 50.000 y 1 cada 100.000 nacidos vivos, y el Garrahan realiza apenas una o dos separaciones cada cuatro años. La baja frecuencia, sumada a la complejidad, convierte a este caso en un verdadero desafío médico.

Pese a las dificultades presupuestarias y salariales que atraviesa la institución, el personal del Garrahan mantiene su compromiso con la atención de casos críticos. “Sabemos el lugar que ocupa el hospital en la salud pediátrica del país: darle oportunidades a familias como esta, con infraestructura y recurso humano capacitado”, subrayó Morcillo.

Mientras las gemelas continúan recuperándose, la exitosa intervención reafirma el prestigio del Garrahan como epicentro de la medicina pediátrica de alta complejidad en Argentina y la región.

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