Sociedad
Cómo buscar trabajo hoy y por qué un buen currículum no alcanza
Durante décadas, la búsqueda laboral se resumía en un verbo: conseguir. Enviar un currículum, esperar una respuesta y apostar por la estabilidad eran los pasos clásicos de un proceso que hoy parece obsoleto. Pero el mundo cambió. La digitalización, la inteligencia artificial y una nueva conciencia sobre el trabajo y la vida personal transformaron por completo la manera de vincularnos con el empleo.
“El mayor cambio en la búsqueda laboral es que ya no se trata de buscar trabajo, sino de buscar un lugar donde trabajar y prosperar”, asegura Alejo Javier Rodríguez, fundador de Prosperity Model y autor del libro Donde las personas prosperan, los negocios crecen. “Un trabajo que te permita conectar no sólo con tu propósito, sino que te ofrezca una mejor calidad de vida. Antes el objetivo era conseguir un empleo; hoy, el desafío es encontrar un lugar donde uno pueda prosperar, tanto individualmente como junto a su núcleo familiar. Las empresas y los candidatos se eligen mutuamente por valores, cultura y propósito, no solo por salario o estabilidad. El modelo tradicional está acabado, y quien no lo entienda, se queda fuera”.

El fin del currículum como carta de presentación
Rodríguez es contundente al hablar de lo que él considera una de las causas más frecuentes de frustración laboral: seguir usando estrategias del pasado. “Lo que falla no es el talento, sino el enfoque. La mayoría sigue buscando trabajo con una lógica del siglo pasado: envío masivo de CVs, sin estrategia ni diferenciación. Hoy los algoritmos filtran, las empresas observan tu marca personal y tu coherencia, no tu currículum únicamente. No se trata de cantidad de envíos, sino de relevancia y autenticidad en cómo te presentás”.
Un buen currículum, dice, ya no garantiza nada. “Porque un currículum muestra lo que hiciste, pero no quién sos ni qué podés aportar mañana. Es una herramienta del siglo pasado. Hoy tu marca personal, tus redes, tus videos, les dan a los empleadores información mucho más valiosa que lo que vos decís que hiciste por escrito. La empleabilidad depende más de la adaptabilidad, de tu agilidad y de tus valores, que de la experiencia pasada”.
Lo que las empresas realmente buscan
Para el especialista, la ecuación cambió: “Definitivamente hoy, y hace ya unos años, pesa más la actitud que el título. Las empresas líderes ya no contratan por lo que sabés, sino por tu capacidad de aprender, colaborar y liderar con empatía. Las habilidades técnicas te abren la puerta, pero las blandas —comunicación, resiliencia, pensamiento crítico— te mantienen dentro”.
La inteligencia artificial, dice Rodríguez, también tiene un papel importante —aunque no siempre positivo— en este nuevo escenario. “La IA es una herramienta poderosa, pero peligrosa si se usa sin criterio. Los filtros automáticos pueden eliminar talento por palabras clave y dejan fuera perfiles valiosos. La selección debe combinar tecnología y sensibilidad humana. Creo que con el tiempo se irá afinando para ser más efectiva”.
El liderazgo y la búsqueda de propósito
En su libro, Rodríguez plantea un cambio profundo en la manera de entender el liderazgo, y esa transformación también impacta en cómo se busca empleo. “Un líder que genera prosperidad no busca empleados que se adapten al sistema, sino que impulsen su evolución. De la misma forma, quien busca empleo debe pensar: ¿dónde puedo crecer, aportar y prosperar? Esa mentalidad cambia completamente la manera de buscar trabajo”.
Esa búsqueda, asegura, debe partir de una estrategia clara. “El punto de partida es dejar de buscar trabajo y empezar a diseñar una estrategia profesional. No se trata de tener un CV, sino un plan. Como le llamo yo, un RoadMap profesional, un mapa del recorrido que precisás activar para pasar del punto A al punto B. Hoy cada profesional es su propia marca y debe aprender a gestionarla. Eso no es sencillo, y requiere acompañamiento, cosa que ofrecemos y mucho desde Prosperity, la consultora que lidero”.
La nueva visibilidad: ser o no ser digital
Rodríguez es tajante: “La marca personal ya no es opcional. Es tu carta de presentación permanente. Si no comunicás quién sos, nadie lo hará por vos. El ‘silencio digital’, o la ausencia de tu presencia en redes, hoy es casi sinónimo de invisibilidad. Y ser invisible no está bueno cuando lo que buscás es un nuevo ámbito laboral para prosperar”.
Conectar antes que impresionar
Sobre las entrevistas laborales, el experto propone un cambio de paradigma. “Conectar desde lo emocional es fundamental. La autenticidad genera conexión, y eso no lo reemplaza ningún algoritmo. Las entrevistas deben dejar de ser exámenes y pasar a ser conversaciones de empatía. Mostrar vulnerabilidad, entusiasmo y claridad emocional no te resta profesionalismo, te vuelve recordable”.
Y agrega: “El error más común es ir a una entrevista a responder en lugar de conversar. La gente se concentra en impresionar, no en conectar. Prepararse implica entender la cultura de la empresa y tener preguntas inteligentes. La entrevista es un diálogo de igual a igual entre dos partes que se evalúan mutuamente”.
De los 50 a los 20: dos generaciones, un mismo desafío
Respecto de las personas mayores de 45 o 50 años, Rodríguez rompe con los prejuicios: “No quedaron fuera, quedaron mal etiquetadas. La experiencia no es obsolescencia, es sabiduría aplicada. Lo importante es traducir ese valor al lenguaje actual: tecnología, aprendizaje, liderazgo colaborativo. Quien demuestra que sigue aprendiendo, no envejece en el mercado”.
Y sobre los más jóvenes, observa un fenómeno inverso: “Entran al mundo laboral buscando propósito, pero muchas empresas aún ofrecen estructuras rígidas. Necesitan líderes que los escuchen y los guíen, no que los restrinjan. Si no encuentran sentido, simplemente se van. No renuncian al trabajo, renuncian a la incoherencia”.

Reinventarse sin miedo
A quienes perdieron su empleo, Rodríguez les ofrece una mirada esperanzadora: “Cambiaron las reglas del juego. No busques volver a lo que era, esa puerta ya no se abre. Debes ahora diseñar un camino para lo que viene. Reinventarse no es empezar de cero, es empezar mejor, con todo lo que ya tenés”.
Y cierra con una frase que condensa toda su filosofía:
“Ser empleable hoy es tener curiosidad, propósito y energía. Ser ágil, adaptable, y destacarte en tus habilidades humanas. En definitiva, ser empleable es ser alguien con quien otros quieran trabajar”.
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