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Caza fantasmas y anti sectas alertas: comienza a rodar la Cienciología en la Argentina

Está inscripta en el Registro de Cultos desde 2008. Compraron un fastuoso edificio en Sarmiento al 1300 y los rumores dicen que empieza a rodar el show muy pronto.

Funciona en Estados Unidos, más como una enorme agencia de marketing cuyos principales feligreses-clientes son actores de Hollywood y el staff de ricos y famosos que pagan fortunas por figurar en los medios, y obvio, encabezan la feria de las vanidades del mundo entero.

Mueven miles de millones de dólares, no es una religión -si puede llamarse así- para gente pobre. Pero tiene iglesias y dan cultos como cualquier otra doctrina inscripta legalmente. Sus cursos o sesiones que se podrían encuadrar en lo que se denomina "autoayuda" tiene apoyos y detractores. Pero las sesiones iniciales no bajan de los 100 dólares para las categorías menores, o de principiantes. Si querés saber de qué se trata, tenés que tener el billete verde y ellos te lo cuentan a cambio que jamás lo divulgues.

Se los señala como manipuladores de la mente de sus seguidores. Desde la aparición brutal del clan de Charles Manson los organismos de seguridad federales de Estados Unidos siguen los pasos de estos grupos.

Se cree que fueron infiltrados por agentes de la CIA, FBI, Agencia Nacional de Seguridad y otros grupos secretos de espionaje que actúan en el país del Norte. Pero aunque la Cienciología actúa al borde del abismo, nunca colectaron pruebas como para procesarlos, quitarles las inscripciones y echar a la cárcel a sus jefes. O sea, no se les halló delito en sus actividades. Pagan millones en impuestos y el fisco alegre con ellos.

La actriz Nicole Kidman le impidió a su entonces marido Tom Cruise estar vinculado a ellos. El actor de Top Gun y tantos otros films taquilleros, volvió al seno del culto recién después de separado de la rubia actriz.

David Miscavige -el líder máximo de la orden. Dispuso hace poco que se abrieran 70 sucursales o iglesias como ellos la denominan a lo largo y ancho del Planeta.

Quizás pronto tengamos entre nosotros para encabezar una ceremonia masiva de bendición a otra de las caras notorias de los Cienciólogos, el eterno John Travolta. Es un comentario que circula por algunos ambientes que esperan la movida para que la prensa cholula los mencione.

Aunque la farándula local es de muy corto tiro comparada con los multi millonarios actores de Hollywood, por algo se empieza.

¿Cuántas figuritas del show bussines local se hicieron prensa y difusión uniéndose a corrientes de pensamiento diferente, desde el Orientalismo hasta las iglesias evangélicas, para robar unos minutos de cámara y algunas notas en revistas de chimentos?

Ahora tienen pronto una nueva ocasión. Se vienen los Cienciólogos en la Argentina y seguro volverán a aparecer en escena los caza fantasmas y los llamados perseguidores de sectas.

Pero esta gente ya fue aceptada oficialmente en el Registro de Cultos, y a menos que cometan delitos comprobables tiene la pista libre para despegar.

Un solo detalle muestra el poder que tienen en Estados Unidos. Durante una de sus fastuosas reuniones, aparecieron en escena esos hakkers simpáticos y portadores de buenas ideas, conocidos como Anonymous. Aparecieron en persona, portando sus caretas que ya son leyenda y escrachándolos mal.

Pero la iglesia de Miscavige estaba preparada para ello. Cuando los Anonymous se retiraron, detrás de ellos fueron cuadrillas de espías contratados. Localizaron sus viviendas, sus nombres e identidades reales y los terminaron acusando en los Tribunales (la Corte, como le llaman).

Al final algunos de los Anonymous tuvieron que presentarse en público sin sus caretas y de escrachantes pasaron a ser escrachados. Se defendieron como pudieron y zafaron de la ley, pero ahí mostró el groso poder que tiene ese extraño culto que tiene un "libro de los secretos" como Biblia, aunque es un libro tan secreto que ni se sabe si realmente existe como manual de doctrina.

Ya salen al ruedo, falta poco. Tendremos con que entretenernos. Y los caza fantasmas también.