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Caso Maldonado: ahora la investigación apunta directamente hacia Gendarmería

Es el foco que tiene la pesquisa, sobre la base de videos, fotos y testigos. Pese a ello, aún no hay imputaciones concretas.

A 40 días de iniciada la búsqueda de Santiago Maldonado, los investigadores encargados de determinar su paradero han redireccionado la pesquisa para indagar de lleno sobre la presunta responsabilidad de efectivos de la Gendarmería en su desaparición.

Ésa es la firme sospecha que manejan, luego de analizar videos, examinar los horarios de innumerables registros fotográficos durante el procedimiento dentro del Pu Lof y de escuchar a los nueve testigos, entre mapuches y allegados a esa comunidad, que declararon esta semana en el Juzgado Federal de Esquel.

Sin indicios consistentes que vinculen a la comunidad mapuche en su desaparición, y desestimada la hipótesis de que Maldonado se oculte en Chile o que su ausencia obedezca a un oscuro armado político para desacreditar al gobierno de Cambiemos, las dudas se posan ahora sobre el accionar de esa fuerza, según aseguraron a La Nación fuentes de la investigación.

Por eso, a partir del martes pasarán por los tribunales al menos 40 gendarmes. Los efectivos serán interrogados, uno por uno, en calidad de testigos. Lo harán en el marco de la causa de habeas corpus que instruye el juez Guido Otranto, y ante la fiscal Silvina Ávila, defensores y partes querellantes. Sus dichos, si no se autoincriminan, podrían servir para futuros pedidos a indagatoria en el expediente de desaparición forzada.

Dada la ausencia de elementos probatorios, hasta ahora no existen imputaciones concretas.

Los gendarmes deberán informar cada una de sus posiciones durante el ingreso de la fuerza al Lof y precisar quiénes avanzaron hasta la vera del río, el sitio exacto donde, según los investigadores, se pierde el rastro de Maldonado y donde por estas horas se busca el posible cuerpo del joven tatuador.

Las numerosas contradicciones entre declarantes clave y las inconsistencias en varios de esos relatos perfilaron nuevos indicios en la pesquisa. Las fuentes consultadas por La Nación dedujeron que recién cuando se retiró la Gendarmería del predio el 1° de agosto, cerca de las 18 horas, los miembros de la comunidad mapuche se anoticiaron de que faltaba un "cumpa", como le decían a Maldonado. Lo buscaron exhaustivamente por el territorio y al no hallarlo, infirieron que había sido detenido por esa fuerza.

Con la convicción de que había sido apresado, reconstruyeron las fuentes, los mapuches cimentaron después un relato vidrioso y contradictorio sobre cómo habría sido capturado el joven. Los hechos relatados en el juzgado -afirmaron-, las divergencias espaciales, el tipo de vehículos presuntamente involucrados, las circunstancias temporales sobre cuándo advirtieron su ausencia y los rastrillajes que ellos mismos emprendieron después hacen presumir que difícilmente alguien haya visto qué pasó verdaderamente con el joven.

Pero las contradicciones en sus afirmaciones guiaron a los investigadores, paradójicamente, hacia una certeza y también a una incógnita: Maldonado participó encapuchado del corte de la ruta 40, arrojó piedras, quizás hasta llegó a herir a algún gendarme que se adelantó y huyó hacia el río.

La incógnita que se intenta dilucidar es qué pasó allí con él. Es ahí donde la pesquisa se abre a todas las hipótesis, pero en ellas el rol de la fuerza está bajo sospecha. ¿Algún gendarme lo golpeó? ¿Uno o varios lo enfrentaron cuerpo a cuerpo y lo abandonaron a la vera del río? ¿Pudieron herirlo sin que la escena pudiera ser observada por el resto de la dotación?

Las fuentes concluyeron que el relato del mapuche Matías Santana, que incriminó a la fuerza, no es creíble. También son dudosas las circunstancias de tiempo y lugar brindadas por la testigo mapuche Claudina Pilquiman, quien permaneció en el predio cuando se sucedieron los hechos.

En sede judicial, ella afirmó que vio salir a un camión Eurocargo a alta velocidad, estacionado en la entrada al Lof y que en el cruce de la ruta 40 también observó una hilera de gendarmes que movían a alguien o algo de un vehículo a otro. Antes Santana había aportado una versión similar, pero con otro vehículo, un Unimog, y sumado el detalle de que Maldonado había sido llevado al arrastre y a empujones cuesta arriba desde la hondonada donde se halla el río Chubut.

Al describir las inconsistencias detectadas en sede judicial, los investigadores dijeron que fueron demasiadas "para una razonable verosimilitud de los hechos". "El relato general no cierra por ningún lado -dijeron-. Nuestra impresión es que se montó una situación ficticia ante un hecho concreto que es la real desaparición de Maldonado. Pero si seguimos escuchando a los mapuches difícilmente podremos saber lo que pasó."

De todas formas, restan los resultados de los cotejos genéticos. "Si alguno de ellos da positivo, inmediatamente se procederá a la detención de todos los efectivos que participaron del procedimiento", adelantaron las fuentes. No se necesitan mayores evidencias que ésas para imputar al grupo, señalaron.

Un testigo clave para la pesquisa será el gendarme de El Bolsón, el subalférez Emmanuel Echazu, gravemente herido en un pómulo por una pedrada. "Hasta donde sabemos, él es quien más cerca del río llegó. Y por eso podrá ser uno de los primeros en ser convocados", expresaron las fuentes que, al cierre de esta edición, elaboraban la lista entre quienes serán citados.

Otra de las declarantes podría ser la gendarme, cuya identidad no trascendió, encargada de grabar los primeros videos. Según las fuentes, las filmaciones cesaron ante la lluvia de pedradas y ante la necesidad de la mujer de asistir al cabo 1° Ernesto Yáñez, que sufrió un gravísimo traumatismo craneano y permaneció en terapia intensiva con riesgo de vida.

La hipótesis de que Maldonado haya sido herido o golpeado y abandonado en el río desdibuja la calificación de desaparición forzada, la hipótesis principal que maneja el otro expediente. "Ya no se trataría de una detención ilegal seguida de ocultamiento por parte de una fuerza de seguridad, sino de un posible homicidio y abandono de persona. Todo dependerá de qué es lo que haya sucedido", explicaron las fuentes.

Consultadas fuentes del Ministerio de Seguridad, que hasta ayer continuaban interrogando a gendarmes de forma aleatoria, bajo el estricto protocolo que utiliza la división de violencia institucional, dijeron que la nueva hipótesis judicial no es descabellada. "Nos parece bien que declaren todos los gendarmes que la Justicia requiera y que si alguno o varios son responsables les caiga todo el peso de la ley", dijeron a La Nación. "Lo que para nosotros es poco probable, por las investigaciones internas que venimos realizando, es que haya habido encubrimiento en una cadena amplia de miembros de la fuerza."

(Fuente La Nación)