Caso Ángeles Rawson: ni cómo, ni dónde, ni por qué
En lo técnico, el portero Jorge Mangeri, quedó procesado como único autor del asesinato de Ángeles Rawson.
Por Mauro Szeta
@mauroszeta
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En lo técnico, el juez Javier Ríos, lo acusó de homicidio calificado por alevosía. En lo técnico, si lo condenaran, le cabe la pena de prisión perpetua. Pero más allá de tecnicismos, hay tres preguntas esenciales que la causa aún no logra resolver. Pasado casi un mes del crimen, aún no se sabe con certeza: dónde fue, cómo fue, ni por qué fue.
Es cierto que para arribar a una condena, conocer el móvil del crimen, no es necesario. Pero también es cierto que el caso presenta todavía un rompecabezas difícil de armar. Hasta ahora, y de acuerdo con la decisión del juez, hay muchos pasos del presunto criminal que se infieren; otros pasos, ni siquiera se presumen.
El juez dice que Ángeles fue atacada por Mangeri cuando entró al edificio. No se precisa, si el ataque fue en el hall, en el sótano, o un departamento. Tampoco hay certeza de cómo fue el ataque. No se sabe si fue un ataque a piñas, un sólo golpe, o un empujón que devino en el desvanecimiento de la chica. Como el juez no puede acreditar esto, saltea pasos que no puede reconstruir. Del ataque que no describe, pasa al momento en el que Mangeri ata a Ángeles.
Tampoco explica la decisión judicial, cómo hizo el encargado para deshacerse del cuerpo. De repente, y sin precisar cómo fue posible, el juez ubica a Ángeles directamente en la compactadora de basura.
Sobre el móvil, judicialmente no hay nada, ni siquiera una aproximación. A favor del juez, hay que decir que su fallo es provisorio. Para un procesamiento no se necesita tanta certeza. Así como el juez no puede explicar los grandes misterios del caso, sí explica otras cuestiones que alcanzaron para mandar preso a Mangeri.
El ADN incrimina de forma directa a Mangeri. Su perfil genético apareció en tres uñas de Ángeles. Según el magistrado, esta prueba es indubitable, y fue obtenida de un procedimiento en el que, según lo reitera tres veces, se cumplió con la cadena de custodia. Para el juez, el crimen de Ángeles sólo se explica con Mangeri, que era amo y señor del edificio y del manejo de la basura.
Es cierto que para esta etapa del proceso hay prueba para que Mangeri esté preso. La pregunta de fondo es si con esta misma prueba y con tantas preguntas pendientes de respuesta, alcanzará para condenar. El juez deja una descripción tremenda de lo que fue el asesinato: "Mangeri actuó de forma funesta. Se encargó de atar a la víctima para dejarla sin chance de defensa, y para actuar sobre seguro". Así actuó el portero, dice el juez.
El tema es saber dónde, cómo y por qué. Tal vez nunca lo sepamos.
Es cierto que para arribar a una condena, conocer el móvil del crimen, no es necesario. Pero también es cierto que el caso presenta todavía un rompecabezas difícil de armar. Hasta ahora, y de acuerdo con la decisión del juez, hay muchos pasos del presunto criminal que se infieren; otros pasos, ni siquiera se presumen.
El juez dice que Ángeles fue atacada por Mangeri cuando entró al edificio. No se precisa, si el ataque fue en el hall, en el sótano, o un departamento. Tampoco hay certeza de cómo fue el ataque. No se sabe si fue un ataque a piñas, un sólo golpe, o un empujón que devino en el desvanecimiento de la chica. Como el juez no puede acreditar esto, saltea pasos que no puede reconstruir. Del ataque que no describe, pasa al momento en el que Mangeri ata a Ángeles.
Tampoco explica la decisión judicial, cómo hizo el encargado para deshacerse del cuerpo. De repente, y sin precisar cómo fue posible, el juez ubica a Ángeles directamente en la compactadora de basura.
Sobre el móvil, judicialmente no hay nada, ni siquiera una aproximación. A favor del juez, hay que decir que su fallo es provisorio. Para un procesamiento no se necesita tanta certeza. Así como el juez no puede explicar los grandes misterios del caso, sí explica otras cuestiones que alcanzaron para mandar preso a Mangeri.
El ADN incrimina de forma directa a Mangeri. Su perfil genético apareció en tres uñas de Ángeles. Según el magistrado, esta prueba es indubitable, y fue obtenida de un procedimiento en el que, según lo reitera tres veces, se cumplió con la cadena de custodia. Para el juez, el crimen de Ángeles sólo se explica con Mangeri, que era amo y señor del edificio y del manejo de la basura.
Es cierto que para esta etapa del proceso hay prueba para que Mangeri esté preso. La pregunta de fondo es si con esta misma prueba y con tantas preguntas pendientes de respuesta, alcanzará para condenar. El juez deja una descripción tremenda de lo que fue el asesinato: "Mangeri actuó de forma funesta. Se encargó de atar a la víctima para dejarla sin chance de defensa, y para actuar sobre seguro". Así actuó el portero, dice el juez.
El tema es saber dónde, cómo y por qué. Tal vez nunca lo sepamos.