Caso Ángeles: ADN, ¿una prueba infalible?
Como pasó siempre en el caso Ángeles, todo depende del ojo con que se lo mire. Ahora fue el turno del perito genetista, Daniel Corach.
Fue el profesional que hizo la pericia genética que concluyó que había ADN de Jorge Mangeri en tres uñas de Ángeles Rawson.
Es decir, su prueba es crucial para mantener detenido al portero. Desde siempre, la defensa cuestionó justamente el procedimiento por el cual se hizo el cotejo genético. Plantearon que pudo haber un error de forma grave al analizar la sangre extraída a Mangeri, con el hisopeado de las uñas de la víctima en la misma máquina y al mismo tiempo.
Plantearon que con el estudio hecho de esta forma, la contaminación era posible, y de ahí se explicaba el ADN positivo de Mangeri en las uñas de Ángeles. A Corach lo entrevistaron ocho horas en calidad de testigo. Respondió cada una de las preguntas que le hizo tanto el juez, como la fiscal, como la querella, como la defensa.
Y la conclusión fue la siguiente. El perito negó cualquier clase de contaminación posible, pero admitió que hizo el cotejo genético con la técnica cuestionada por la defensa. Corach fue más allá y dijo que lleva en su carrera 13.000 estudios de ADN hechos de la misma forma, y que es la primera vez que recibe un cuestionamiento.
Así quedaron las cosas. El juez y la fiscal se fueron de la audiencia con la idea de que no hubo contaminación y que el ADN es válido. La defensa se fue con la esperanza de que en un juicio futuro un tribunal diga, que la forma en la que se hizo el cotejo es inválida, para declarar así nulo cualquier resultado posible. Como siempre pasa en el caso, hay dos miradas para una misma prueba. El juicio será la palabra final.
Es decir, su prueba es crucial para mantener detenido al portero. Desde siempre, la defensa cuestionó justamente el procedimiento por el cual se hizo el cotejo genético. Plantearon que pudo haber un error de forma grave al analizar la sangre extraída a Mangeri, con el hisopeado de las uñas de la víctima en la misma máquina y al mismo tiempo.
Plantearon que con el estudio hecho de esta forma, la contaminación era posible, y de ahí se explicaba el ADN positivo de Mangeri en las uñas de Ángeles. A Corach lo entrevistaron ocho horas en calidad de testigo. Respondió cada una de las preguntas que le hizo tanto el juez, como la fiscal, como la querella, como la defensa.
Y la conclusión fue la siguiente. El perito negó cualquier clase de contaminación posible, pero admitió que hizo el cotejo genético con la técnica cuestionada por la defensa. Corach fue más allá y dijo que lleva en su carrera 13.000 estudios de ADN hechos de la misma forma, y que es la primera vez que recibe un cuestionamiento.
Así quedaron las cosas. El juez y la fiscal se fueron de la audiencia con la idea de que no hubo contaminación y que el ADN es válido. La defensa se fue con la esperanza de que en un juicio futuro un tribunal diga, que la forma en la que se hizo el cotejo es inválida, para declarar así nulo cualquier resultado posible. Como siempre pasa en el caso, hay dos miradas para una misma prueba. El juicio será la palabra final.