Sociedad
Carlo Acutis, será canonizado este domingo por el papa León XIV y se convertirá en el primer santo millennial
La ceremonia se pospuso por la muerte de Francisco. La Iglesia Católica proclama un nuevo modelo de santidad para la juventud actual.
Este domingo, en la Plaza de San Pedro, se celebrará la canonización de Carlo Acutis, un joven italiano fallecido de leucemia en 2006 a los 15 años. En una ceremonia presidida por el Papa León XIV, será declarado santo, convirtiéndose en el primero de su generación gracias a su capacidad de difundir la fe a través de las nuevas tecnologías.
La canonización estaba prevista inicialmente para el 27 de abril, en el marco del Jubileo de los Adolescentes, pero se pospuso tras la muerte del Papa Francisco, lo que obligó al Vaticano a reorganizar su calendario de celebraciones litúrgicas.
Carlo Acutis, considerado “el influencer de Dios”, utilizó Internet y las redes digitales para evangelizar. Su compromiso espiritual no se limitaba a la contemplación: buscaba transmitir que existe una vida más allá de lo terrenal. Ese mensaje lo convirtió en un referente cercano para los jóvenes, capaz de tender puentes entre lo trascendental y lo cotidiano.
Su decisión de ser enterrado en Asís, la ciudad vinculada a San Francisco, reforzó esa conexión con la tradición espiritual. En su tumba, donde descansa vestido con chándal, vaqueros y zapatillas, miles de personas peregrinan a diario, lo que transformó ese lugar en un símbolo de fe contemporánea.
Con su canonización, Acutis se situará al mismo nivel que figuras históricas como la Madre Teresa o Francisco de Asís, aunque con un matiz que lo distingue: representa la santidad del siglo XXI, una espiritualidad que abraza la tecnología sin perder su esencia humana y religiosa.
Durante su pontificado, el Papa León XIV ha buscado acercar la Iglesia a los jóvenes. En julio convocó a influencers católicos en el Jubileo de los Jóvenes, un gesto que subraya la intención del Vaticano de ofrecer modelos de fe actuales y cercanos. La canonización de Carlo Acutis, el primer santo millennial, es el paso más fuerte en esa dirección.
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