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Buscan que empresas pasen sus depósitos a plazo fijo

*Por Pablo Wende. Para intentar cumplir con las metas del Programa Monetario (PM), el Banco Central echará mano a un esquema ya explorado en otras oportunidades por la institución: incentivar el traspaso de fondos de empresas de cajas de ahorro a plazo fijo antes de fin de año.

De esta forma, la entidad que preside Mercedes Marcó del Pont busca disminuir el monto de dinero en circulación, pero sin enfriar la actividad económica.

Cuando faltan apenas tres semanas para que termine 2010, la entidad aún está lejos de encuadrarse dentro del cambio que la propia conducción se autoimpuso en agosto, cuando se cambió el PM original. Allí se estableció que el dinero en circulación más las cuentas a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro), también conocido como M2, podían crecer hasta un 29,4% en términos interanuales, diez puntos más que en la proyección que había realizado Martín Redrado cuando presidía la institución a fines de 2009. Por otra parte, el denominado M2 privado podía crecer hasta un 29,9%.

Sin embargo, la fuerte emisión de pesos de los últimos meses sobrepasó largamente estas proyecciones, por lo que el M2 privado presenta un aumento de casi un 33% en términos interanuales.

No se trata de una cuestión meramente técnica. En realidad, la evolución de los agregados monetarios puede condicionar no sólo el ritmo de la expansión de la economía, sino también -y primordialmente- de la inflación. Si la cantidad de pesos en circulación crece por encima de la demanda de dinero del público, lo más probable es que esto genere un recalentamiento de los precios.

La intención de traspasar dinero de cajas de ahorro a plazo fijo ayudaría para cerrar el PM a fin de diciembre, aunque por supuesto no es la solución definitiva del problema ni mucho menos. Desde el BCRA parten de un dato contundente: un 40% de las cajas de ahorro tiene más de $ 20.000.

«Este dinero no es transaccional, sino que tiene todas las características de una colocación a plazo. No tiene sentido que las empresas que mantienen estos fondos allí no busquen un mayor rendimiento en un plazo fijo», explican.

Esta tendencia no es nueva en la Argentina. Pero se acentuó hasta niveles insospechados tras el estallido de la convertibilidad. Por precaución, las compañías prefieren mantener el dinero a la vista sin percibir intereses que dejarlo en un plazo fijo. Pero por lo sucedido en los últimos años, esta conducta no es fácil de explicar.

A los bancos, por otra parte, les resulta funcional. Sucede que el dinero de las cajas de ahorro les llega gratis, mientras que por un plazo fijo mayorista están pagando alrededor del 11% anual. Y encima la experiencia argentina demuestra que hay menos volatilidad en los fondos depositados en una caja de ahorro que en un depósito a plazo.

De todas formas, en los últimos días el BCRA aumentó su esfuerzo por absorber parte de la liquidez excedente. En la última licitación de Lebac, por ejemplo, esterilizó u$s 2.400 millones. Pero aún no resulta suficiente.

Desde el BCRA aseguran que no están dispuestos a llevar adelante una política de absorción de pesos mucho más agresiva. Las consecuencias, explican, sería dejar caer el tipo de cambio, ya que la principal fuente de emisión de pesos es la compra de dólares. Al mismo tiempo, si se avanza en una disminución de la cantidad de dinero, automáticamente se afectaría el crecimiento del crédito, que viene subiendo a tasas superiores al 4% anual. En el Central destacan que están aumentando más las líneas comerciales, como descuentos de cheques, que las relacionadas con el crédito al consumo (que también presenta una suba significativa). En definitiva, aflojar ahora el ritmo de expansión de la cantidad de dinero enfriaría a la economía.

Pero la tarea del Central para tratar de encuadrarse dentro de los límites autoimpuestos en el PM no termina a fin de año ni mucho menos. Las proyecciones para 2011 también muestran un fuerte excedente comercial, que no bajaría de los 10.000 millones de dólares, en especial si se mantienen los actuales precios de los productos primarios que exporta el país. Por lo tanto, también se avecina una fuerte expansión monetaria el año próximo.

Resta saber, en todo caso, qué sucederá con la fuga de capitales, considerando que se trata de un año electoral. El nivel de salida de dólares cayó a su mínima expresión en octubre (apenas u$s 500 millones) y continúa en baja. Pero no se puede descartar que a medida que se acercan las elecciones, más argentinos decidan sacar divisas del circuito financiero formal, al menos hasta que pase la incertidumbre.

La compra de dólares, si bien es clave para aumentar el nivel de reservas, también plantea desafíos adicionales por la cantidad de pesos que deben emitirse, presionando más sobre la inflación.

Los agregados monetarios están creciendo a un ritmo del 33% y acompañan la suba del gasto público, que ya tocó en octubre el 39% y se habría mantenido también en estos niveles en noviembre.