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Bebés asesinados en Córdoba: el perfil de Brenda Agüero, la enfermera acusada de matarlos y la nueva pista de un grupo de Whatsapp

La mujer de 28 años está detenida por los crímenes de cinco recién nacidos en el Hospital Materno Neonatal. Todo lo que la incrimina, por qué dice que es inocente y por qué para los investigadores se trata de una "asesina serial". 


A un año de que se conociera el enigmático caso de los cinco bebés muertos por inyecciones letales en un hospital de Córdoba, hay un hilo conductor para todos los indicios: una enfermera de reputación aparentemente intachable que, con solo 27 años, se destacaba entre sus colegas.

Hoy, los investigadores sostienen que todo apunta al perfil de una asesina serial. La evidencia, sin embargo, deja algunos cabos sueltos.

Brenda Agüero, de 28 años, está detenida con prisión preventiva en el penal de mujeres de Bower desde el 19 de agosto de 2022. Aprobó con 9 y 10 cuatro materias de un ciclo básico que le permitirá comenzar este mes el primer año de la carrera de Derecho a través de un programa de extensión universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Una de sus profesoras la describió como "la mejor estudiante" de su camada, según su abogado, Gustavo Nievas –ex fiscal condenado por cobrar coimas y el tercer defensor de Agüero en menos de un año. "Me dijo que Brenda es muy organizada, solidaria, 'una líder' y me contó que inventó un sistema para apoyar a otras internas", siguió, en diálogo con Clarín.

Todos destacan la inteligencia de Agüero. La joven estudió enfermería en el Instituto SEP San Nicolás y se recibió en 2018 "con las mejores calificaciones" y luego trabajó en el sanatorio privado Allende de Nueva Córdoba, desde 2019, de donde renunció para quedarse solamente con su puesto en el Hospital Materno Neonatal Dr. Ramón Carrillo, donde entró en diciembre de 2020.

Agüero es la principal imputada de la causa, acusada como autora material, bajo los cargos de homicidio calificado por procedimiento insidioso por el fallecimiento de cinco bebés entre el 18 de marzo y el 6 de junio de 2022 en el Neonatal.

También está imputada bajo la misma carátula pero "en grado de tentativa" por las lesiones que surgieron en otros ocho recién nacidos, que lograron sobrevivir.

Niveles de potasio letales

De los cinco bebés muertos, "dos autopsias fueron realizadas de forma inmediatamente posterior al fallecimiento y se pudo detectar la presencia de dosis de potasio compatibles con la muerte, y provenientes de un medio exógeno (externo)", aseguró a Clarín el fiscal Raúl Garzón.

En los casos de los otros tres recién nacidos fallecidos, los cuerpos fueron exhumados pero las muestras tomadas varios meses después. Eso complicó "el hallazgo de algunos elementos probatorios", dijo Garzón y aclaró que, sin embargo, "en los tres existen constancias de estudios clínicos".

La defensa de Agüero, por su parte, adelantó a Clarín que buscará desacreditar la hipótesis de la inyección de potasio o insulina, la otra sustancia encontrada en bebés sobrevivientes, al considerar que podrían haberse generado por una posible "infección hospitalaria por malas condiciones de asepsia". 

"Los informes médicos arrojan que la totalidad de los bebés tenía niveles de glóbulos blancos altísimos, lo que puede haber generado una elevación del nivel de potasio una vez fallecidos", apuntó Nievas.

Una prueba que debilita ese argumento es que las muertes se detuvieron de forma posterior a la separación de Agüero.

El abogado apuntó que "hubo más de un lote de medicamentos que fue hecho desaparecer" y aseguró que hubo "cambios en el edificio" que destruyeron pruebas clave. 

Sobre este punto, fuentes de la investigación aclararon que al iniciarse la causa, se realizaron las fotografías legales del hospital y la planimetría de cada uno de los lugares de relevancia para el caso, lo que permitiría reconstruir cualquier hecho. 

La primera en notar las descompensaciones

Hasta el momento, no se encontraron pruebas que muestren a Agüero en el momento de aplicar las inyecciones a los bebés. No hubo cámaras de seguridad que la capturaran "con las manos en la masa" ni personas que hayan declarado haberla visto hacerlo.

La principal hipótesis que sigue el fiscal Raúl Garzón es que Agüero fue la única que pudo lograr inyectar a los bebés, al estar sola, lejos de otros médicos, mientras acompañaba a las madres en la sala de recuperación. Algunos sugirieron que siempre usaba ropa de mangas largas.

Un dato clave: la mujer no estaba a cargo del cuidado de los recién nacidos, sino que se desempeñaba para el área de Obstetricia. Sin embargo, profesionales médicos, colegas de enfermería y familiares de los bebés señalaron que Agüero mostró siempre interés al descompensarse los bebés.

"Se reitera en una veintena de testimonios que siempre era la que avisaba y, en muchos casos, trataba de generar un reproche hacia los colegas por no haberlo detectado. Incluso, en al menos cinco de los trece casos, fue ella la primera persona en notar que los bebés se habían descompensado", apuntó a Clarín el abogado de cinco de las familias, Carlos Nayi.

Una de las mamás de uno de los bebés fallecidos, Yoselín Rojas (28), recuerda el momento en el que Agüero, sin explicar por qué y sin que nadie hubiera advertido nada extraño, tomó a su hija en brazos, y se la llevó. “Me pareció raro, había algo raro en la enfermera. Me miraba no sé si con pena o qué", contó a Clarín. 

La prueba del celular

Otro de los indicios que complican a la enfermera es un conjunto de nueve archivos que se encontraron en su celular, donde había información específica sobre dosificaciones de potasio e insulina. Esto sería un indicio para los investigadores de que Agüero sabía como utilizar las sustancias, explican desde Clarín. 

La defensa de la enfermera respondió que los archivos no fueron buscados por ella, como se dijo. Ahora, por pedido de la defensa de la imputada, este 7 de agosto comenzará un nuevo peritaje informático sobre el teléfono, que podría quitarle peso a la prueba.

Según Nievas, una enfermera del Sanatorio Allende, donde antes trabajaba Agüero, hizo un curso en el Hospital Garrahan, donde le compartieron información sobre dosificación de medicamentos. "Ella los consideró importantes y luego los envió a un grupo de WhatsApp integrado por más de 100 personas", explicó.

El nuevo peritaje, siguió el abogado, determinará que los nueve archivos estarían en la carpeta de "descargas de WhatsApp", por lo que no habrían sido buscados por la enfermera imputada, sino que solo los habría recibido. Según el abogado, en el teléfono había un total de 925 PDF con información médica. 

El perfil de una "asesina serial"

Hasta ahora, el peritaje psicológico interdisciplinario sobre Agüero determinó que es imputable, al tener capacidad de comprender sus acciones y descartó indicadores psicopatológicos, aunque sí encontró que ciertas trabas para "poder registrar las propias emociones provoca dificultades para poder registrar emociones ajenas".

En las próximas semanas el fiscal espera que se concluya el perfil criminológico que está desarrollando la Policía Judicial cordobesa para determinar de forma científica cómo se produjo cada caso y qué características tendría el autor de los hechos.

Para Nievas, la prueba estará sesgada al no haberse realizado una nueva toma de declaraciones solicitada por la defensa, entre otras medidas que darían información relevante.

Fuentes de la investigación explicaron a Clarín que en "hechos seriales como este siempre lo más difícil es entender el costado de la motivación".

Para Nayi, uno de los abogados querellantes, durante la investigación se demostró en Agüero "una necesidad permanente de posicionarse en la faena que llevaba a cabo, de sobresalir sobre el resto de los profesionales y del grupo de enfermeros".

"Nadie tomaba esta búsqueda de llamar la atención como algo significativo. Pero a la luz de los episodios, y de conocerse que se trató de muertes intencionales, pudieron ver en retrospectiva, y todos los comentarios apuntaban al comportamiento totalmente anormal", dijo el abogado.

Y aseguraron que el caso guarda cierta semblanza con la serie danesa "La Enfermera" (Netflix, 2023), basada en la historia real de Christina Aistrup Hansen, donde se narra la historia de una joven profesional que inyecta medicamentos a los pacientes para provocarles una arritmia y lucirse en las maniobras de resucitación ante sus pares.  

Agüero pasó los primeros meses aislada del resto de la población del penal. Ahora comparte el pabellón con otro grupo de presas y, según su abogado, solo toma pastillas para poder dormir, como muchas de las internas de la cárcel. Como desde el primer día, sostiene que es inocente. Hasta ahora, dio unas pocas entrevistas, en las que sembró dudas respecto a otra colega de enfermería, aunque esa línea no prosperó en la investigación.

Los otros imputados

La causa por los bebés del Neonatal tiene como imputadas a otras ocho personas, entre ellas el ex ministro de Salud Diego Cardozo, a quien el caso le valió su cargo al frente de la cartera sanitaria.

Además de Agüero, recibió prisión preventiva la directora del centro de salud, Liliana Asís, imputada primero por omisión de deberes de funcionaria pública y luego también por encubrimiento agravado y falsedad ideológico. Por razones de salud le dieron el beneficio de la domiciliaria.

Se la acusa de que tras haber conocido que las muertes no eran accidentales, errores ni mala praxis, dejó de denunciar en a Justicia los hechos, lo que permitió que ocurrieran más muertes, y por falsificar información en los certificados de defunción.

Los otros imputados por omisión de deberes de funcionario público son el ex ministro Cardozo, la vicedirectora del hospital, Claudia Ringelheim; la jefa de Enfermeras, Alicia Beatriz Ariza; el secretario de Salud, Pablo Miguel Carbajal, y el funcionario encargado de la Calidad y Seguridad del hospital, Julio Alejandro Tomás Escudero Salama.

A la jefa del departamento de Neonatología, Marta Elena Gómez Flores, y a la encargada de la Unidad de Cuidados Intensivos, Adriana Luisa Morales, se les imputa tanto omisión de deberes como falsedad ideológica.

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