Asalto en un super chino: obligaron a diez personas a arrodillarse en el piso
Dos delincuentes protagonizaron un dramático asalto en un supermercado chino de La Plata, donde obligaron a los empleados y a los clientes a arrojarse al piso, mientras vaciaban las cajas registradoras.
Dos delincuentes protagonizaron un dramático asalto en un supermercado chino de esta ciudad, donde obligaron a los empleados y a los clientes a arrojarse al piso, mientras vaciaban las cajas registradoras.
Tras varios momentos de tensión, los asaltantes escaparon del comercio llevándose un botín de alrededor de 1.500 pesos, y hasta el momento permanecían prófugos. El local está ubicado en la calle 14 entre 35 y 36 de esta ciudad, donde en un mes sufrieron dos ataques delictivos.
El último hecho ocurrió ayer al mediodía, alrededor de las 12:30, cuando un ladrón se acercó hasta la puerta del local para verificar que podía concretar el asalto.
"Vino hasta la entrada, miró hacia ambos lados durante unos instantes y de inmediato se mandó hacia adentro, decidido para robar", dijo Cristian López, de 24 años, uno de los empleados que presenció lo ocurrido.
De esa manera, el primer delincuente, un hombre de unos 40 años, entró al supermercado apuntando a sus víctimas con un arma, aparentemente calibre 9 milímetros.
Casi a continuación ingresó el segundo ladrón, más joven y sin armas. "Tendría 25 años. Al entrar, fue directamente hacia una de las cajas registradoras", contó Cristian. Según lo señalado, el momento de mayor tensión llegó cuando este último ladrón obligó a las víctimas a arrodillarse en el piso, para que no intentaran ningún tipo de resistencia.
"Pensé que podían matar a alguien", afirmó el empleado y testigo del robo. Durante el robo, entre trabajadores del lugar y clientes, habían unas 10 personas, de acuerdo con lo señalado.
"A los ladrones no les importó nada amenazarnos y apuntarnos al lado de las personas que estaban comprando y, desde luego, no iban a resistirse viendo que tenían un arma", agregó el joven empleado. Otro de los dueños del local, que estaba en la vereda, alcanzó a ingresar detrás de los ladrones y a encerrarse en una garita desde donde pidió auxilio.
"Por suerte él alcanzó a ponerse a resguardo ahí. Si no, no sé si no se hubieran ensañado con él porque venía de afuera y podía salir a pedir ayuda", sostuvo el empleado.
Lo que llamó la atención de los damnificados es que el más joven de los delincuentes -y que ingresó en segundo lugar- fue directamente a abrir con llave una de las cajas registradoras.
"La verdad no sabemos si tendrían un dato sobre eso. Pero es raro, porque sabía cómo hacer para sacar todos los billetes que había ahí en unos pocos segundos", indicó Cristian. De esa forma, en un minuto y medio consiguieron llevarse del supermercado unos 1.500 pesos.
"Al menos, no le robaron ningún objeto personal a los clientes y empleados. Tampoco golpearon ni lastimaron a nadie", expresó el joven.
Luego de este asalto, que se suma a dos hechos recientes ocurridos en el local, uno de los dueños del supermercado opinó: "Ya no sabemos cómo hacer para seguir trabajando así".
"Nosotros nos encargamos de pagar los impuestos para que nos den seguridad, pero no vemos eso. Es difícil continuar de esta forma", agregó el hombre. Hace un mes, el mismo comercio había sido el escenario de un robo muy parecido.
Esa vez, también habían actuaron dos "motochorros" armados, de más de 20 años, quienes encañonaron al empleado de seguridad –que trabaja desarmado- ni bien llegaron al negocio.
Fue durante ese robo que los ladrones decidieron directamente arrancar una de las cajas registradoras, porque no pudieron abrirla.
Tras varios momentos de tensión, los asaltantes escaparon del comercio llevándose un botín de alrededor de 1.500 pesos, y hasta el momento permanecían prófugos. El local está ubicado en la calle 14 entre 35 y 36 de esta ciudad, donde en un mes sufrieron dos ataques delictivos.
El último hecho ocurrió ayer al mediodía, alrededor de las 12:30, cuando un ladrón se acercó hasta la puerta del local para verificar que podía concretar el asalto.
"Vino hasta la entrada, miró hacia ambos lados durante unos instantes y de inmediato se mandó hacia adentro, decidido para robar", dijo Cristian López, de 24 años, uno de los empleados que presenció lo ocurrido.
De esa manera, el primer delincuente, un hombre de unos 40 años, entró al supermercado apuntando a sus víctimas con un arma, aparentemente calibre 9 milímetros.
Casi a continuación ingresó el segundo ladrón, más joven y sin armas. "Tendría 25 años. Al entrar, fue directamente hacia una de las cajas registradoras", contó Cristian. Según lo señalado, el momento de mayor tensión llegó cuando este último ladrón obligó a las víctimas a arrodillarse en el piso, para que no intentaran ningún tipo de resistencia.
"Pensé que podían matar a alguien", afirmó el empleado y testigo del robo. Durante el robo, entre trabajadores del lugar y clientes, habían unas 10 personas, de acuerdo con lo señalado.
"A los ladrones no les importó nada amenazarnos y apuntarnos al lado de las personas que estaban comprando y, desde luego, no iban a resistirse viendo que tenían un arma", agregó el joven empleado. Otro de los dueños del local, que estaba en la vereda, alcanzó a ingresar detrás de los ladrones y a encerrarse en una garita desde donde pidió auxilio.
"Por suerte él alcanzó a ponerse a resguardo ahí. Si no, no sé si no se hubieran ensañado con él porque venía de afuera y podía salir a pedir ayuda", sostuvo el empleado.
Lo que llamó la atención de los damnificados es que el más joven de los delincuentes -y que ingresó en segundo lugar- fue directamente a abrir con llave una de las cajas registradoras.
"La verdad no sabemos si tendrían un dato sobre eso. Pero es raro, porque sabía cómo hacer para sacar todos los billetes que había ahí en unos pocos segundos", indicó Cristian. De esa forma, en un minuto y medio consiguieron llevarse del supermercado unos 1.500 pesos.
"Al menos, no le robaron ningún objeto personal a los clientes y empleados. Tampoco golpearon ni lastimaron a nadie", expresó el joven.
Luego de este asalto, que se suma a dos hechos recientes ocurridos en el local, uno de los dueños del supermercado opinó: "Ya no sabemos cómo hacer para seguir trabajando así".
"Nosotros nos encargamos de pagar los impuestos para que nos den seguridad, pero no vemos eso. Es difícil continuar de esta forma", agregó el hombre. Hace un mes, el mismo comercio había sido el escenario de un robo muy parecido.
Esa vez, también habían actuaron dos "motochorros" armados, de más de 20 años, quienes encañonaron al empleado de seguridad –que trabaja desarmado- ni bien llegaron al negocio.
Fue durante ese robo que los ladrones decidieron directamente arrancar una de las cajas registradoras, porque no pudieron abrirla.