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Asaltadas, violadas y asesinadas en 30 minutos y a miles de kilómetros de sus casas

El horror de las dos estudiantes francesas atacadas en Salta. Una pieza clave para la investigación y un juicio en camino.

Cassandre Bouvier, de 29 años y Houria Moumni, de 23, eran estudiantes universitarias francesas. Habían llegado a Sudamerica porque estaban investigando algunos fenómenos sociológicos en Latinoamerica.

En julio de 2010 decidieron tomarse unas vacaciones y eso les costó la vida. Eligieron el norte argentino y encontraron la muerte en la provincia de Salta, en el paseo turístico de la Quebrada de San Lorenzo.

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El doble crimen que ahora llega a juicio oral ocurrió el 15 de julio de aquel año.

Los investigadores creen que el ataque no duró más de media hora, pero fue un calvario: las golpearon, las humillaron, las tajearon con un machete, les cortaron y arrancaron sus ropas y fueron violadas en múltiples ocasiones, y de todas las formas posibles, por sus tres asesinos. Ambas terminaron asesinadas con disparos de una carabina calibre .22.

La cámara de fotos de una de las turistas -que uno de los imputados le regaló a su novia y fue recuperada por los investigadores-, fue clave para reconstruir el crimen.

Las fotos habían sido borradas, pero los expertos lograron recuperarlas de la tarjeta de memoria. De acuerdo a la secuencia de las 20 fotos que se pudieron recuperar, Bouvier y Moumni llegaron a la Quebrada de San Lorenzo a las 16.23. Dos horas más tarde, a las 18.28, la última imagen, algo movida, es considerada una evidencia del inicio del ataque.

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Los tres presuntos autores del crimen son Gustavo Lasi, Daniel Vilte y Santos Clemente Vera. El primero es un ex empleado público que trabajaba como guía turístico. El segundo, un albañil, y el tercero, un jardinero.

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A los golpes, encañonadas y hasta con cortes de machete, las llevaron a una zona boscosa a 50 metros del mirador donde fueron abordadas.

La confesión parcial de Lasi y las pericias ayudaron a reconstruir lo que fue un ataque de salvajes.

El jardinero Vera, con su machete, tajeó los pantalones y cortó el corpiño de Bouvier, mientras que Vilte le arrancó las prendas de Moumni con sus propias manos. Y comenzaron a violalrlas mientras Lasi, con la carabina, hacía de campana.

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Según contó Lasi en su confesión, cuando Vera terminó con Moumni, lo "invitó" para que también la ultrajara. Ahí, el guía le pasó la carabina que, siempre según su versión, luego pasó a manos de Vilte.

El albañil Daniel vilte fue quien utilizó el arma para ejecutar a la menor de las francesa de un tiro por la espalda cuando la chica logró salir corriendo en un desesperado intento de fuga que se vio frustrado por una bala calibre .22 que atravesó varios de sus órganos.

Bouvier fue testigo de la ejecución de su amiga y se quedó paralizada. Tuvo que soportar que la vuelvan a violar. Después, fue ejecutada a dos metros de distancia de un tiro en la frente. Según Lasi, el tirador, otra vez fue Vilte.

Los estudios de ADN demostraron que había semen del confeso Lasi en ambas víctimas y que hallaron el perfil genético de Vera en células epiteliales halladas en los hisopados anales realizados a Bouvier.

Los tres asesinos dejaron los cadáveres abandonados y les robaron sus pertenencias antes de irse. El celular y la cámara de las francesas se los había regalado Lasi a su novia.

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El teléfono fue clave porque Lasi cometió el error de encenderlo media hora después del crimen y fue la primera pista que condujo a los investigadores a los ahora imputados.

La carabina, marca Bataan, fue secuestrada y los peritajes dieron positivo. Otros dos hombres están procesados por encubrimiento por haber intentado ocultar el arma.

El juez de instrucción salteño Martín Pérez elevó la causa a juicio oral. El debate empieza el 17 de marzo. La carátula es gravísima: "doble homicidio calificado criminis causa, en concurso real con abuso sexual agravado y robo calificado", por lo que  Lasi, Vilte y Vega tienen destino de prisión perpetua.