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Armando el rompecabezas

*Por Gabriel Profiti. Mario Vargas Llosa, destacado visitante de la edición 2011 de la Feria del Libro, tiene algo en común con Cristina Kirchner: antes de las elecciones de Perú en 1990, llevaba una considerable ventaja sobre los otros candidatos y se encaminaba a ser el presidente de ese país hasta 1995.

La historia política de Perú es conocida, el ingeniero Alberto Fujimori, un hombre surgido del ámbito académico que formó un partido -Cambio 90- apenas un año antes de los comicios, forzó una segunda vuelta y el 10 de junio se impuso con el 56,53 por ciento de los votos contra el 33,92 alcanzado por el premio Nobel de Literatura.

Fujimori arañaba el 4,5 por ciento de los votos el 16 de marzo, menos de un mes antes de la primera vuelta del 8 de abril, contra el 43 por ciento del escritor, pero se favoreció por una caída del candidato oficialista y se erigió como el rival más competitivo para el favorito Vargas Llosa.

A seis meses de las elecciones del 23 de octubre en la Argentina los sondeos son similares a aquellos pero no parece probable la irrupción de un Fujimori.

Si bien la experiencia peruana indicaría que hay tiempo para que surja algún rival de peso para la Presidenta, lo cierto es que la reforma política no da mucho margen para su aparición.

CARRERA CONTRARRELOJ

El 15 de junio vence el período de presentación de alianzas y confederaciones y el 25 de junio debería estar la grilla de precandidatos que competirán, por cada uno de esos frentes, en las elecciones primarias del 14 de agosto.

Lo cierto es que en las últimas semanas el escenario político nacional se ha ido depurando. De la decena de presidenciables de la oposición, hoy sólo parecen encaminados a aglutinar el voto antikirchnerista el radical Ricardo Alfonsín y Mauricio Macri.

Ya no corren Julio Cobos, Carlos Reutemann, ni Mario Das Neves, mientras que por distintos pasos en falso, reveses o sugerencias aparecen relegados Ernesto Sanz, Eduardo Duhalde, Alberto Rodríguez Saá, Felipe Solá y Elisa Carrió.

Fernando "Pino" Solanas madura su presentación como candidato a la Jefatura de Gobierno porteño -lo formalizaría el 2 de mayo- y quiere a Hermes Binner como candidato a presidente, pero el gobernador de Santa Fe no parece dispuesto a encabezar un frente de izquierda sin el radicalismo, requisito impuesto por el cineasta.

Esta definición saldrá después del 22 de mayo, ya que Binner ató su futuro a la suerte de su delfín y ministro de Gobierno, Antonio Bonfatti, en las primarias santafesinas. Pero hoy por hoy, su lugar parece ser el de coequiper de Alfonsín.

Por eso, la expectativa de prácticamente todo el abanico opositor está puesta en lo que hará Mauricio Macri. Esa definición arrastrará un dominó en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia.

"La campaña nacional está suspendida. Todo está sujeto a lo que decida Mauricio", asumió un hombre que viene trabajando en el armado federal del PRO, quien tiempo atrás descartaba de plano la posibilidad de que Macri busque su reelección porteña.

En la última reunión de la Mesa Nacional ampliada del PRO, Macri pidió un tiempo más para decidir. Se estima que la cuenta regresiva comienza a correr esta semana, porque el 10 de mayo se presentan las alianzas en capital federal y el 20 -fecha tope para la disyuntiva- deberán inscribirse las candidaturas.

Por lo pronto, avanza en su intento de unificar a la oposición, lides en las que también anda Duhalde. El jefe de Gobierno invitó ya por carta a través de su "think tank", la Fundación Pensar, a todos las figuras nacionales a acordar una serie de políticas públicas.

Pero paralelamente encomendó a tres de sus hombres a negociar con el alfonsinismo. Francisco Cabrera, Federico Pinedo y Humberto Schiavoni tantearán el escenario de acercamiento con la fuerza que, en principio, se presenta como su principal rival para polarizar con el oficialismo.

¿Negociará en función de su decisión o decidirá según el resultado de esas tratativas?

"Si Macri se baja se alinearían los planetas", confió un hombre cercano a Alfonsín, quien después de encolumnar a Cobos decidió bajar el perfil a la espera de que aclare el panorama en medio de cruces con sus potenciales aliados.

Por un lado, la decisión del líder del PRO mantiene en suspenso la interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti para la sucesión, pero por el otro también tiene en ascuas a Francisco De Narváez.

EN LA ESPERA

El titular de Unión Celeste y Blanco desde hace varias semanas le pide una definición para ver si será o no el candidato a presidente que acompañe con su boleta.

El diputado bonaerense ha dejado trascender que podría ir finalmente como aspirante a gobernador sin llevar a ningún postulante presidencial, pero también abrió canales de negociación con la UCR para ser el único candidato bonaerense de un frente opositor.

En ese marco, el titular de la UCR Angel Rozas, habló de aprovechar el sistema de colectoras -listas de adhesión- para que De Narváez y Margarita Stolbizer (GEN) vayan como candidatos a gobernador y lleven a Alfonsín como opción presidencial.

Lo cierto es que De Narváez no quiere ir como colectora y cualquier acercamiento con él provocaría una ruptura de la UCR con Stolbizer, quien es la candidata natural del Frente Progresista para el principal distrito electoral del país.