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Apuntes sobre la Reforma del Estado

El autor de la nota propone encarar el debate sobre la reforma del Estado a partir de una pregunta que intenta responder aquí: ¿cómo acercar las partes a la mesa de negociación?

Muchos planes se han formulado, millones de palabras se han pronunciado (y de dólares se han malgastado) alrededor de este tema crucial, que constituye una remanida "asignatura pendiente" de numerosas administraciones, no sólo en nuestro terruño sino también en América Latina y muchos países del mundo.

Al parecer, hoy los ciudadanos priorizan una buena gestión sobre las ideologías (quizás el caso Fayad sea emblemático en ese sentido) preocupándose mucho más por el funcionamiento del centro de salud próximo, que del nivel de reservas del Banco Central .

Se vive, sin duda, una suerte de "parroquialización" de la política.

Son múltiples y variables las causas de ésta falta de resultados que afrontan los gobernantes de turno para lograr el pretendido "Estado Eficiente", quienes necesitan comprender que este objetivo debe dejar de ser una mera buena intención para convertirse en un imperativo ético.

En este punto debemos reconocer que la reciente legislación sobre ingresos por concurso al sector público en nuestro medio, es un avance significativo, si es cumplido tanto por el Estado como por las organizaciones sindicales priorizando, como corresponde, méritos sobre "relaciones".

En nuestra opinión, una de las principales barreras que impiden el logro de este objetivo es la falta de habilidad para acercar a todos los "stakeholders" (interesados) a la mesa de una negociación general. Esto revela, en nuestros dirigentes, una notoria falta de capacidad para concertar que se traduce en la gran dificultad para lograr acordar "políticas de Estado".

Esto se debe a:

* Dificultades para identificar todos los sectores involucrados, directos e indirectos, y luego determinar sus verdaderos intereses, en especial los subyacentes.

* Sobrevaloración del poder de cada uno (principalmente el poder político por un lado y los dirigentes gremiales por el otro).

* Poseer conceptos erróneos sobre la real naturaleza de la negociación, término que se asocia a debilidad, "perder", "ceder" y "conflicto".

* Ignorancia de las herramientas de negociación, incluso las más elementales que les permitan separar las posiciones de los intereses.

* Renuencia a entender la política como el "arte de manejar permanentemente conversaciones conflictivas, todas legítimas" (Spinosa, Flores, y Dreyfus, 1997).

* La falta de profesionalismo en la conducción de la cosa pública ( tan reclamada a las organizaciones de gestión privada).

* Escasa convicción para recurrir al apoyo de los especialistas en el tema que pueden ser aportados por las universidades locales.

* Y sobre todo, ¿quieren realmente hacerla?

Desde nuestro punto de vista, los cursos de acción que el el gobierno debería implementar para superar esta situación deben contemplar:

* Determinar cuáles son los interesados directos e indirectos del proceso de reforma.

* Difundir el concepto de negociación como un procedimiento para solucionar problemas y agregar valor.

* Capacitar a todos los interesados en la utilización de las herramientas de gestión.

* Trabajar sobre el concepto, en el ámbito social, de que la negociación debe ser considerada como un valor que debe insertarse en la sociedad, equivalente al de democracia, calidad o respeto por el medio ambiente.

* Determinar un sector : IPV. DGR, etc y tomarlo como prueba piloto.

* Reunirse y hablar.

Es necesario, entonces que el poder político entienda que el proceso comienza tratando de lograr, en primer lugar, una relación positiva con los interesados y una comunicación efectiva entre todos ellos.

Naturalmente, esto requiere una previa identificación de los "interesados", punto en el que generalmente los gobiernos se equivocan, sobre todo -como en el caso local- cuando en varios intentos dejaron de lado a las asociaciones gremiales que, progresistas o no, son interlocutores válidos y necesarios .

Pero son también las asociaciones vecinales y otras Organizaciones no Gubernativas las que deben participar en el logro de una acción concertada . Muchas de ellas tienen mayor representatividad que los mismos legisladores, de los ciudadanos-usuarios (que al fin y al cabo son los que los pagan con sus impuestos) los servicios que el Estado debe prestar.

Usar la Negociación

"Nunca se ha visto a dos perros negociar por un hueso". Esta afirmación del profesor escocés Gavin Kennedy( Una nueva forma de Negociar. 1998) nos permite remarcar el hecho de que los procedimientos de negociación deben ser propios de personas civilizadas que entienden que la búsqueda del consenso genera soluciones mas justas y duraderas.

Existen asimismo, sofisticadas herramientas de negociación tales como los modelos de simulación basados en la teoría de los juegos. que permiten identificar y predecir el comportamiento de los interesados en lograr acuerdos multipartes.

Una de ellas, por ejemplo, que contempla la intervención, de numerosos actores, es la desarrollada por los expertos Tara Allis y Nikos Georgiades.

Estos especialistas de la consultora internacional Mc Kingsly, sostienen que, sin importar el número de partes o interesados, un negociador puede utilizar información sobre tres aspectos de los mismos para predecir, comparándolos, su conducta en cada tema a tratarse: Posición, Importancia y Poder.

Pero más allá de los procedimientos, una reforma del Estado, constantemente proclamada pero nunca concretada, exige como todo cambio la visión y sobre todo la voluntad política de la conducción para llevarla a cabo amén de tiempo, mucho tiempo ...

Estos procesos son prolongados, porque no solo involucran personas y cambios de procedimientos, sino que requieren también una transformación significativa de la cultura organizaciónal del Estado.

Los que gestionan la cosa pública deberían comprender esto y si están dispuestos al planear un programa de estas características -un unánime reclamo de la sociedad- no deben olvidar que lo que tiene que lograrse no es un mero eficientismo administrativo sino un Estado que priorice el Bien Común, que al fin y al cabo, es la razón de su existencia.

¿Estará en los planes de los postulantes a gobernar este tema acuciante?

Esperemos que sí.