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Aníbal Lotocki, el encantador de serpientes: cómo llegó Silvina Luna a su consultorio

La modelo rosarina pasó tres veces por el quirófano del "cirujano de los famosos". Le inyectaron polimetilmetacrilato (PMMA) en una cantidad excesiva y sufrió graves problemas de salud. Según dijo, el médico le había garantizado que era algo "inofensivo" y sin riesgos.


Silvina Luna había perdido a sus padres dos años antes. Se sentía "perseguida" con su cuerpo y se venía la temporada teatral veraniega en Mar del Plata, lo que implicaba consolidar su carrera de actriz. Fue entonces que una amiga le recomendó pasar por el quirófano de Aníbal Lotocki.

Las sugerencias del medio televisivo, incluso en programas de éxito masivo como "ShowMatch", hablando maravillas del "cirujano de los famosos", le inspiraron confianza y la convencieron.

Jamás imaginó que ahí mismo empezaría una pesadilla con un trágico final, con su vida interrumpida a los 43 años después de largos meses de un dolor insoportable.

Por sus padecimientos, no pudo concretar su principal anhelo: "Mi gran sueño en la vida es ser mamá, pero mi capacidad ovárica disminuyó a cero y no pude guardar óvulos. Un doctor del Hospital Italiano me dijo que no podría llevar un embarazo, que mis riñones funcionan al 30% y un embarazo sería de alto riesgo y hasta tendría que realizarse diálisis", dijo Silvina durante el juicio.

Y puntualizó: "No puedo realizarme como mujer, madre o pareja por lo que pasó. Tengo que elegir entre calidad o cantidad de vida, la cirugía no me asegura de sacar la enfermedad de mi cuerpo, así que debo elegir disfrutar como pueda lo que queda de vida ya que la bomba de tiempo que tengo puede generarme un problema mayor en cualquier momento".

La modelo rosarina, cuyos restos fueron sepultados este miércoles en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita, se entrevistó con Lotocki en la segunda mitad de 2011. Quería rellenar sus glúteos.

Tenía miedo, pero se encontró con un "encantador de serpientes", como ella misma lo terminaría definiendo, al igual que otras pacientes, cuando comenzaron sus problemas de salud.

Lotocki, nacido en Oberá, Misiones, médico cirujano recibido en la Universidad del Noroeste, en Corrientes, le explicó que la liposucción se hacía con una jeringa en la zona de los glúteos, que era un tratamiento "inofensivo", sin contraindicaciones, que "era imposible que pasara algo".

Silvina Luna murió el jueves 31 de agosto, tras una larga internación en el Hospital Italiano.Silvina Luna murió el jueves 31 de agosto, tras una larga internación en el Hospital Italiano.

Nunca le habló de mezclar la grasa con polimetilmetacrilato (PMMA), que fue lo que le terminó colocando en dos intervenciones: la primera fue el 3 de octubre de 2011 y la segunda, el 23 de noviembre de 2011.

Ambas se realizaron en un consultorio de la Clínica Full Esthetic, en la avenida Córdoba 996, del barrio de Retiro.

Según la Justicia, el producto que rellenaba con la grasa extraída a sus pacientes contenía microesferas de PMMA y fue puesto en lugares del cuerpo (glúteos y piernas) que estaba "prohibido su uso y en cantidades superiores a las sugeridas por la ciencia médica".

"Esto le provocó alteraciones anatómicas en la región glútea y en los muslos, caracterizadas por endurecimiento de la textura muscular, no compatible con la hipertrofia, sino por alteración al tacto mucho más resistente que lo habitual", corroboraron en la investigación penal que llevó a Lotocki a su condena a cuatro años de prisión en suspenso y cinco años de inhabilitación para ejercer la medicina.

Cómo llegó Silvina Luna al doctor Lotocki

Como se acercaba la temporada de verano 2012 en Mar del Plata, adonde iba a estar en el elenco de la obra "Delicadamente inmoral", producida por Gerardo Sofovich (terminaría en un escándalo, con fracaso de taquilla y ella peleada con parte del elenco), Silvina no estaba conforme con su cola y quería hacerse un retoque.

El afiche que presentaba la obra con Silvina Luna en Mar del Plata, en el verano de 2012.El afiche que presentaba la obra con Silvina Luna en Mar del Plata, en el verano de 2012.

Según sostuvo la modelo en el juicio contra Lotocki (aunque nunca la expuso públicamente), Lorena Andrade, maquilladora y amiga suya, le comentó que Mariana Antoniale, conocida como "La Niña Loly", se había puesto "un rellenito en el glúteo y le quedó muy bien, pero era algo muy superficial".

Fue ella quien se lo dijo, pero pudo haber sido cualquiera, porque para entonces Lotocki era promocionado por los famosos y gozaba de cierto prestigio y protección mediática.

Una de las mejores amigas de Luna, Analía Reina, quien la acompañó las primeras dos intervenciones a lo de Lotocki, lo ratificó durante el juicio: "Quería modificar sus glúteos y ese doctor estaba promocionando en ShowMatch que muchas chicas se hicieron (cirugías estéticas) con él".

La misma Silvina lo confirmaría: "Me aconsejó una modelación en mis glúteos, me había explicado el tratamiento y, a mi entender, me pareció una persona de total confianza y que dicho procedimiento no tenía riesgo alguno para mi salud".

Según ella, Lotocki "garantizaba resultado con el método en mis glúteos y mejorar mi estética, todo ello sumado a sus antecedentes con otras conocidas en el ambiente artístico, brindándome tranquilidad".

La primera intervención

La primera intervención se hizo el 3 de octubre de 2011 en la clínica de la avenida Córdoba. La esteticista fue Viviana Viedman. La instrumentadora quirúrgica -y dicen también que anestesista, pese a que no había finalizado todavía su carrera-, Florencia Krzeczeck.

Luna pagó 10.000 pesos y no recibió factura alguna. El acuerdo incluía, como con los demás famosos, publicidad de la clínica: un banner en su página web.

Habían hablado solo de una intervención en los glúteos, pero el doctor le hizo una liposucción y también le retocó las piernas.

Apenas terminó, dolorida, Silvina no pudo caminar y bajó de las escaleras "en cococho", ayudada por su amiga Analía y su único hermano, Ezequiel, cinco años menor que ella.

La segunda intervención

Como Lotocki le había brindado una absoluta confianza, el 23 de noviembre de 2011 volvió a pasar por el quirófano. Además de Reina, la acompañó su novio, Manuel Desrets.

En esa oportunidad, el médico le inyectó PMMA de origen brasileño en los glúteos, pero con una dosis muy superior a la sugerida.

La tercera intervención

Como la ex Gran Hermano sufría intensos dolores corporales, sobre todo en la cintura, Lotocki le sugirió someterse a una tercera intervención. Fue la única por la que no le cobró un peso.

Silvina no recordaba mayores detalles, solo que había sido a principios de 2012.

"En ningún momento me dijo el motivo por el cual quería sacar la sustancia de mi cuerpo", declaró ella.

Silvina Luna, durante su paso por Gran Hermano, en 2001.Silvina Luna, durante su paso por Gran Hermano, en 2001.

Los granulomas que se le formaron eran como pelotitas que destrozaron su piel y tejidos. Se convirtieron en una especie de "mini tumores". Además, empezó a tener fiebre y sentía calentamiento en la zona.

"No se pudo sentar por un montón de tiempo. Se sentaba arriba de un salvavidas porque no soportaba la silla. Lotocki le recetó remedios y le prescribía cosas por WhatsApp sin verla", advirtieron durante el juicio.

También la mandaba a hacerse masajes que la inflamaban más. Se inyectaba corticoides, lo que le causaba efectos adversos: hinchazón de cara y del cuerpo, manchas en la piel, hematomas.

El cirujano plástico explicó que las pericias oficiales determinaron que las enfermedades de las denunciantes (Silvina Luna, Pamela Sosa, Gabriela Trenchi y Estefanía Xipolitakis) no tienen "nexo causal" con los procedimientos que él les realizó. Manifestó que apelará al fallo -que lo condenó a 4 años en prisión- en el Tribunal de Casación, y confirmó que esa condena no es de cumplimiento efectivo y que, por tanto, no lo inhabilitarán ni detendrán.

Después de esa intervención, Silvina se sintió abandonada, decidió no ir más a verlo y el 10 de junio de 2013 fue a una consulta con Diego Lowestein Haber, especialista en cardiología y su médico de cabecera, quien le detectó la hipercalcemia (altos niveles de calcio en sangre).

Ese doctor fue el primero de muchos, aunque ya no había solución al veneno que convivía en su cuerpo.

La versión del doctor Lotocki

Lotocki, durante el proceso en sun contra y la investigación a cargo del fiscal Sandro Abraldes, dio su versión de por qué Luna llegó a su consultorio: "Ella tenía que ir a hacer temporada de teatro en Mar del Plata, en ese momento no estaba bien psicológicamente, había comido mucho, se había desbordado".

"Iba a necesitar muchas sesiones después de la operación. Le hizo los análisis pre quirúrgicos, eran normales, no había ninguna objeción. Se operó los primeros días de octubre. Se la operó del pantalón de montar, caderas, entrepierna, se le aumentaron los glúteos y los muslos en la parte posterior. Los resultados fueron muy buenos, equilibrados", señaló.

Aníbal Lotocki, durante el juicio en el que fue condenado a cuatro años de prisión en suspenso, en 2022.Aníbal Lotocki, durante el juicio en el que fue condenado a cuatro años de prisión en suspenso, en 2022.

El médico contó que en octubre de 2011 Silvina volvió a la clínica, "a pedir más volumen en los glúteos" y "se le dijo que tenía que esperar".

"Sin embargo, ella insistió que también tenía que lipoaspirarse la cintura y que no tenía tiempo. Qué él no había cumplido con lo pactado. Resaltó que él a las pacientes del espectáculo no les cobra honorarios, sólo les cobra los insumos. Lo extorsionó y amenazó con salir a hablar de él en los medios. Finalmente la operó, fue todo a costa de él. No le pagó nada. Le hizo otra cirugía", fue la versión de Lotocki.

Asimismo, enfatizó que Silvina "un día fue a verlo para decirle que se iba a casar con un novio de España y que iba a dejar la carrera que tenía, y que quería reducir los glúteos".

"Era el mes de octubre de 2012, en julio de ese año se había ido a Las Leñas y se había caído y volvió con muchos hematomas y moretones. La drenaron, tenía molestias por la caída. Le dijo que le podía hacer una lipoaspiración y para sacar el producto un corte. Se hizo la lipo para glúteos y cadera, salió perfecta, se le extrajo volumen. Después de eso se fue a Ibiza. Lo llamó diciendo que estaba engripada y con fiebre", completó el médico.

Lotocki atribuyó esta cuestión a que Luna "había estado 14 horas sentada en un avión y a sólo una semana de operarse", por lo que le recetó un antibiótico y, desde allí, "no la vio más".

Lo concreto es que Silvina tenía granulomas, el nivel de calcio elevado (que derivó en una hipercalcemia) e insuficiencia renal. Avanzado su cuadro, el único camino era el trasplante.

Antes de pasar por el quirófano, su historia clínica no había tenido ningún contratiempo. Un chequeo en la Fundación Favaloro, en 2010, lo certifica. Apenas antecedentes de litiasis renal (cálculos en los riñones), que su papá también había tenido (murió de un infarto en 2009, el mismo año que su mamá, ella por un problema gástrico).

Silvina Luna: una mujer en un cuerpo de 80 años

El calvario de Silvina se agudizó cada día. Se le ponían duras las manos, no podía caminar. Dormía apenas de a ratos. Tomaba medicación fuerte (al menos siete pastillas por día), altas dosis de corticoides. Tenía los riñones llenos de calcio, cólicos renales, dolor de cabeza. Atravesaba internaciones que duraban entre 8 y 10 días.

Sufrió cambios físicos, hinchazón y se le caía el pelo. No podía tomar alcohol. Era una mujer de 40 años en un cuerpo de 80.

Además del derrotero interminable en los consultorios de distintos médicos, entre ellos el neurólogo Facundo Manes, también se sumaron psicólogos y psiquiatras. Todo era muy costoso.

Del éxito de Gran Hermano 2001, adonde fue finalista, a un cuerpo frágil, destinado a una muerte lenta y dolorosa.

Entonces probó con terapias alternativas. Se fue a Los Ángeles, California, en Estados Unidos, a ver al cirujano plástico Cristian Pérez Latorre, para que le quitara el polimetacrilato, pero todo fue en vano: la cantidad que tenía en los glúteos era desorbitante. Intentó congelar óvulos, tampoco pudo.

La denuncia penal y un fallo que no está firme

Luna, con Fernando Burlando siempre a su lado en su rol de abogado y amigo, denunció a Lotocki y lo llevó a juicio junto con Stefy Xipolitakis, Pamela Sosa (ex del médico) y Gabriela Trenchi.

Gabriela Trenchi, Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa llevaron a juicio a Aníbal Lotocki, que fue condenado.Gabriela Trenchi, Silvina Luna, Stefanía Xipolitakis y Pamela Sosa llevaron a juicio a Aníbal Lotocki, que fue condenado.

Logró una condena que todavía no está firme, por lo que el médico de 53 años sigue en su mansión de más de medio millón de dólares de Florida, en Vicente López.

Allí sufre escraches diarios con carteles que lo tildan de "asesino", con su ex asistente y actual pareja, María José Favarón (42), como solitaria -y férrea- defensora.

A Silvina le molestaba que Lotocki nunca se hiciera cargo de nada, que le echara la culpa a ella por hacer las cosas "mal", que jamás había pedido perdón. Repetía que "es un psicópata", lo mismo que las otras pacientes del cirujano.

Ya sabía, y asumía -resignada- sin vueltas: "Mi carrera se fue al carajo". Luchó con todo, hasta que pudo. Su cuerpo dijo basta el 31 de agosto. Ahora lo que queda es que se haga justicia.

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