Alfredo Cahe: “La medicación psiquiátrica le exprimió el corazón” 

Germán "Pampa" Mónaco

Periodista

El médico que atendió a Diego Maradona durante décadas fue contundente sobre cómo los doctores imputados atendieron al astro del futbol mundial. “Nunca fue controlado”.

La investigación compleja sobre la muerte de Maradona llevó a los fiscales a la necesidad de conocer de primera mano la salud del “10” desde el primer episodio grave de salud allá a principios de 2000. No sólo es indagar en historias clínicas, sino también escuchar de la propia voz de los protagonistas cómo se trató y cómo se debería haber tratado al exjugador en su etapa final de vida.

El Dr. Alfredo Cahe conoce como pocos la salud de quien fuera su paciente más famoso y además estuvo presente en la Clínica Olivos cuando lo operaron a Diego. Por ese motivo los fiscales lo llamaron a testimoniar y de esa declaración, a la que INFOVELOZ accedió de manera exclusiva, se desprenden datos que complican tanto a Luque, Cosachov como a los enfermeros.

La declaración de Cahe comienza con el relato de su etapa como médico personal de Maradona: “el primer contacto con Diego Armando Maradona fue en el año 1978, atendiendolo hasta el año 2009 con interrupciones en el medio. Presencie los episodios del año 2004, 2007 y 2009” dijo el médico, quien además contó que tras una de las internaciones se mandó a biopsiar una muestra del corazón de Diego a los Estados Unidos y desde entonces se conocía que el “10” sufría una cardiopatía adictiva.

En todo su relato, Cahe hace alusión al estado del corazón de Maradona, referenciando que quien lo tratase no podía desconocer esas complicaciones. 

“Cualquier médico que trataba a Maradona lo primero que debía tratar es el tema del corazón, era de público conocimiento los problemas cardíacos de Diego. El presentaba hipertensión arterial y arritmia frecuentes”. 

¿Podía desconocer Leopoldo Luque toda esta información? ¿Al momento de medicar psiquiátricamente a su paciente, Cosachov ignoraba el cuadro cardíaco de Diego?

Cahe, después de despejar dudas sobre el estado del corazón de Maradona entra de lleno a lo que sucedió previo a la muerte del exjugador y empieza a poner en duda el accionar médico. “Yo no pude ver la historia clínica porque no me dejaron ver nada. Me hice presente en la Clínica Olivos porque Veronica Ojeda me pidió que lo vea”.

Contundente, el reconocido médico de los famosos comenta qué debieron hacer quienes cuidaban la salud de Diego y qué no hicieron: “desde el punto de vista médico Diego debía estar en terapia intensiva. Es por ello que decidí hablar con Leopoldo Luque y le consulté quien lo había operado y no me contestó. Yo lo vi una sola vez, fue un sábado. Me dejaron verlo a Diego pero todo me parecía extraño”. 

Cuando nombra a Luque, Cahe es incisivo y dice que “nunca se explayó conmigo como médico ni me dio información pese a mis pedidos, respuestas vagas cada vez que quería insistir con alguna pregunta respecto de la atención”.

El hombre que médicamente más conocía a Maradona era ninguneado por Leopoldo Luque, tal vez temiendo perder terreno en el tratamiento del ídolo.

Siempre se puede ser un tanto más necio y eso ocurrió el día posterior a la visita de Cahe a la clínica. El domingo, declaró, volvió porque quería ver despierto a Maradona pero le prohibieron la entrada. Llamó a Luque y le preguntó qué harían con él y les recomendó internarlo en un lugar que tuviera terapia intensiva, algo que por supuesto descartaron.

El 25 de noviembre de 2020 quedará en la historia como el día que el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos murió en una casa que lejos estaba de ser un lugar propicio para una internación domiciliaria.

Sobre la muerte en sí, y el lugar y las condiciones de la “internación”, Cahe fue contundente: “Luego del deceso de Diego, me enteré por los medios del lugar donde estaba residiendo al tiempo de su muerte y desde mi punto de vista era lo menos indicado, porque él debía estar en terapia intensiva con control de neurocirujanos, terapistas, con control del corazón constante y continuo”.

Ahora sí los dardos son teledirigidos. Luque y Cosachov, en la parte final de la testimonial son el blanco: “Es muy simple detectar que hubo negligencia, se le dio todo eso y nunca fue controlado. Básicamente fue en la falta de control y en la no ingesta de medicación cardiaca”.

“La medicación psiquiátrica si es la que trascendió le exprimió el corazón” sentenció. “La casa además donde fue alojado si no fuera una sala de terapia intensiva debía tener cuanto menos un desfibrilador”.

El tramo final de su declaración, por si quedaban dudas, Cahe los usa para remarcar las falencias del operativo domiciliario, tanto médico como habitacional. “Fueron disminuyendo la calidad de atención y controles pese a su delicado estado de salud. Por lo que trascendió en la autopsia la muerte fue por una insuficiencia cardiaca y renal. Ese resultado era totalmente evitable. Con un correcto seguimiento y control era evitable”. Con esas palabras, el médico que más conoció a Maradona echó sobre los fiscales un manto más de certezas sobre el accionar negligente de quienes decían cuidar la salud del “10”.

“La actitud de Leopoldo Luque no era normal, todo era muy improvisado”. sentenció el doctor.