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Alfonsín y Duhalde y una cuesta arriba

Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde retomaron la campaña electoral para los comicios presidenciales del próximo 23 de octubre, con poca claridad respecto de sus estrategias para descontar los votos que obtuvo el gobierno nacional en las Primarias, pero también con grietas internas.

Duhalde reinició su campaña con una fuerte denuncia acerca de la supuesta manipulación "informática" del escrutinio, aunque la denuncia no fue plasmada en la Justicia Electoral y se perdió entre las manifestaciones mediáticas.

No obstante, el limitado efecto de la denuncia tuvo su correlato en un planteo interno: su compañero de fórmula, Mario Das Neves, reclamó un cambio de estrategia electoral y se opuso al perfil "denunciante" de la campaña del Frente Popular. Según el chubutense, queda pendiente un diálogo con Duhalde para las próximas horas, para analizar cómo sigue la campaña.

Alfonsín, en tanto, también arrancó esta semana el último tramo hacia el 23 de octubre. Lo hizo con una clara postura de salir a discutir los votos con el socialista y ex aliado Hermes Binner. En el radicalismo saben que Binner viene avanzando en las últimas semanas y se perfila como el rival a vencer en la oposición. Esa rivalidad fue "in crescendo" luego de las declaraciones inoportunas del actual gobernador de Santa Fe, al manifestar que el protagonista del frente que gobierna esa provincia es el Socialismo y no el resto de los partidos, como la UCR.

Pero puertas adentro, el candidato radical debió aceptar, aunque no lo esperaba, que su partido habilitará una suerte de "libertad de acción" en aquéllos lugares donde Alfonsín no tracciona votos sino que por el contrario, resta. Así, mientras que en Mendoza el radicalismo avaló que hicieran campaña por el corte de boleta en favor del candidato a gobernador Roberto Iglesias y permitiera que se elija a cualquier postulante presidencial, en la provincia de Buenos Aires incentivaron en las últimas horas las conversaciones de Francisco de Narváez con otro presidenciable, Alberto Rodríguez Saá.

Pero ese enredo, también afectó al gobernador de San Luis, quien a raíz de esas "conversaciones" con De Narváez, no pudo obtener la preciada foto con el titular de la CGT, Hugo Moyano. La discrepancia de Moyano con De Narváez, tiene que ver en particular, con que Graciela Ocaña –quien denunció en reiteradas ocasiones al camionero- es una de las candidatas a diputada nacional por ese espacio.

En el marco de ese panorama, en el PRO comienzan desde temprano a alimentar el proyecto presidencial de Mauricio Macri, con bastante anticipación.
En el gobierno porteño sostienen que si Hermes Binner es el mejor posicionado de la oposición en octubre, eso terminará con los sueños presidenciales de Duhalde y Alfonsín. Es decir, dos rivales de peso menos que, sumados eventualmente a Elisa Carrió, dejarían el "terreno allanado" para que Macri lance en lo inmediato su candidatura.

Está claro que pensar en el 2015 sin haber votado todavía para las elecciones del 2011 carece de certeza. Pero la política se construye desde la fantasía y los anhelos, y en las menos de las oportunidades, consiguen plasmarse.