526 por ciento más caro: los servicios que estrangulan el gasto familiar
Aunque según el INDEC, bajó la pobreza, el consumo no repunta. Cada día más familias gastan menos y viven peor. Cómo impacta la fuerte devaluación al inicio del gobierno de Javier Milei.
El gasto en servicios públicos en el Área Metropolitana de Buenos Aires se disparó un 526% en menos de dos años, pasando de representar el 5% del salario promedio en marzo de 2024 al 11,1% en septiembre de 2025. Este aumento, registrado entre diciembre de 2023 y septiembre de 2025, superó ampliamente a la inflación general, que alcanzó 164% en el mismo período, según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA.
El transporte fue el rubro que más impacto tuvo en el bolsillo de los hogares, absorbiendo más del 40% del gasto total en servicios, seguido por el gas natural, el agua y la electricidad. Un hogar promedio del AMBA destinó $173.625 en septiembre para cubrir transporte, energía eléctrica, gas y agua potable, un 26% más que en el mismo mes de 2024.
Los economistas Alejandro Einstoss y Julián Rojo explicaron que el alza de tarifas responde a la recomposición de los cuadros tarifarios, que redujo subsidios estatales, y a la devaluación al inicio de la gestión Milei, que impactó en los costos dolarizados de los servicios. Aunque el aumento de tarifas en el último año fue más alineado con la inflación, la mayor parte del ajuste se concentró en el primer año de gobierno.
Esta fuerte suba de los servicios públicos coincide con una recuperación de la pobreza, que según el INDEC bajó al 31,6% en el primer semestre de 2025. Sin embargo, los expertos advierten que el consumo no repunta porque gran parte del ingreso disponible se destina a cubrir servicios esenciales, mientras que el crédito permanece limitado y los ahorros se usan para gastos básicos.
El economista Guillermo Oliveto señaló que incluso con la caída de la pobreza, la clase media baja y la clase baja no pobre enfrentan dificultades para mantener su consumo cotidiano: “Hasta que estos sectores no aumenten su capacidad de gasto, las ventas no despegan”, explicó. Además, debilidades metodológicas en la medición oficial pueden sobrerrepresentar la mejora en los indicadores sociales, mientras que el gasto real de los hogares sigue siendo alto.
En conclusión, aunque los ingresos y la pobreza muestran señales de recuperación, el fuerte aumento de las tarifas públicas actúa como freno al consumo, afectando especialmente a los sectores de ingresos medios y bajos que destinan gran parte de su salario a servicios esenciales.
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