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11 años sin Romina Yan: el enigma de su muerte

La querida actriz murió en 2010 tras una descompensación en el gimnasio en el que se encontraba entrenando. El fantasma que la atormentó desde muy chica: la anorexia.


La muerte de Romina Yan, el 28 de septiembre de 2010, con 36 años recién cumplidos, conmocionó a la Argentina y sobre todo a una generación que se crió con "Chiquititas" y "Jugate Conmigo", programa conducido por su mamá Cris Morena, y que la hizo conocida. 

Aquel día, Romina se descompensó en un gimnasio en el que entrenaba, en zona norte del Gran Buenos Aires, fue llevada de urgencia a la guardia del Hospital Central de San Isidro, donde intentaron reanimarla por 50 minutos hasta declararla clínicamente muerta.

Varias fueron las versiones que circularon sobre su fallecimiento en los días siguientes. La primera autopsia presentada por los médicos forenses aseguraba que la actriz había sufrido un paro cardíaco no traumático. Los medios de comunicación también adjudicaron al caso una aneurisma y muerte súbita en otros casos. 

Cuatro días más tarde una segunda parte de la autopsia fue revelada por el diario Perfil. En la misma pudo conocerse que su corazón no padecía ninguna patología y se sumó el dato de que la joven sufría desde hace años anorexia. Este trastorno de origen neurótico sumado al ejercicio extenuante y el consumo de diuréticos pudo ser lo que le causó su muerte. 

La anorexia en la vida de  fue algo con lo que debió enfrentarse desde muy joven. durante 10 años realizó terapia para sentirse mejor con su aspecto físico, incluso en muchas entrevistas de la época se animaba a explicar esta enfermedad que la atormentaba. 

“Sentía que no podía encontrar un equilibrio, o estaba muy flaca o estaba muy gorda, no podía frenarme. Y de ahí empezaron a surgir un montón de conflictos, que somatizaba a través de la comida. Ahora entreno tres veces por semana, pero no por el físico, sino por una cuestión de la cabeza”, dijo al diario Clarín en el año 2003. 

También la perspectiva que tenía sobre ella misma era muy diferente al resto y se consideraba portadora de una “belleza interesante”. “Sé que tengo unos ojos expresivos, tengo una nariz grande, no tengo el mejor cuerpo, no tengo la altura…”, expresaba la ex integrante de Chiquititas incómoda con su persona. 

Pero a pesar de su sufrimiento siempre se sintió apoyada por sus fanáticos quien continuamente le recordaban su belleza única, “A mí la gente me acepta como soy, gorda, flaca... Eso es increíble”. 

Según los últimos datos presentados por la Sociedad Argentina de Pediatría cada vez son más las mujeres que sufren de anorexia en el país y la pandemia ha “recrudecido” la patología debido a la falta de socialización y contacto. 

Específicamente una de cada tres mujeres jóvenes en Argentina presentan algún grado de disconfort en su imagen corporal que impacta en sus conductas referidas a la alimentación".

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