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Una valiosa iniciativa solidaria para apoyar a escuelas del norte

Una vez más un grupo de jóvenes platenses ha decidido acudir en ayuda de escuelas alejadas, ubicadas en las provincias de Jujuy y Santiago del Estero, con el propósito solidario de entregar allí toneladas de ropa, útiles escolares, medicamentos, calzados y alimentos no perecederos previamente donadas por vecinos de nuestra zona, en un rito que el club de Leones viene repitiendo desde hace 31 años.

Según explicaron los dirigentes de esa institución, son alrededor de doscientas las personas que trabajan durante todo el año para que los elementos recolectados partan hacia el Norte en camiones que son acompañados por alumnos y docentes platenses (este año pertenecen al ex Normal 2), quienes se encargan en el lugar de realizar el reparto. En algunos casos, los integrantes de la delegación recorren hasta diez o más horas a lomo de mula y por caminos de cornisa para llegar a pequeños caseríos perdidos entre los cerros.

Las escuelas beneficiadas son seleccionadas por las autoridades educativas de las provincias del norte, quienes relevan las necesidades que tienen en cada caso. Pero además, para los alumnos y docentes que viajan para distribuir la colecta solidaria, se trata de una experiencia valiosa y singular. Conviven durante varios días con las comunidades que reciben la ayuda y se insertan, así, en una cultura y una realidad completamente distintas a las suyas. Los alumnos platenses reciben clases de los maestros jujeños, mientras que los docentes de nuestra ciudad hacen lo mismo con chicos de aquella provincia.

Correspondería señalar que, tanto estos jóvenes, como los distintos grupos de voluntarios que en nuestra región demuestran una inapreciable voluntad de ayuda al prójimo y de interés por el mejor estado de los bienes públicos no son gente ociosa, o que procura llenar las horas con alguna ocupación ya que, por el contrario, en su mayoría estudian o trabajan y, en este caso como en otros casos, priorizan su tarea desinteresada por sobre sus otras exigencias de estudio, recreativas y hasta familiares.

En tiempos en los que muchos valores se encuentran en crisis, con una sociedad ciertamente acosada por circunstancias conflictivas, resulta por cierto alentador advertir que persisten actitudes demostrativas de una vocación solidaria.

Y es importante consignar que en muchos casos estas respuestas espontáneas, tanto de los chicos como de los demás voluntarios y vecinos que colaboran, vienen a cubrir espacios en los que el Estado ha perdido fuerza o decididamente desertado.

Es por ello que debe resaltarse la actitud de tantos jóvenes, dispuestos no sólo a no bajar los brazos o limitarse a la protesta, sino a hacerse cargo de las necesidades colectivas y poner manos a la obra para dar respuestas.