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Una pisada y un par de zapatillas terminaron delatando al asesino serial de Junín

Un pisada en la escena del crimen, y el hallazgo de un par de zapatillas Toper Ultra Tech talle 42, son parte de la prueba que complica al asesino serial de Junín.

Las zapatillas de Rubén Rodolfo Recalde, el mecánico acusado de ser el asesino serial de Junín, terminaron incriminándolo casi como su ADN.

Es que el día del asesinato de Paola Tomé, los investigadores detectaron una pisada muy particular en el baño del local donde la mataron.

La fiscal Vanina Lizazo y los investigadores de la DDI mandaron a analizar esa pisada, con una especie de archivo que conserva la policía de Tierra del Fuego.

En ese lugar los peritos hicieron un diagnóstico del calzado que usó el asesino y con lo secuestrado en el allanamiento a la casa del mecánico descubrieron lo que podría ser la clave principal para resolver el caso.

La pisada que lo vincula directamente a un crimen sumado a la pericia de ADN son ahora las principales pruebas contra el mecánico por los dos crímenes, aunque siguen investigando más muertes.

El pedido de la pericia surgió porque en Tierra del Fuego la mayoría de los delincuentes cubre sus manos con guantes por el frío y es difícil que deje sus huellas dactilares en las escenas de los crímenes.

En cambio, dejan las pisadas más de una vez, lo que motivó que se hiciera un registro de pisadas, zapatillas, marcas y talles. Ese archivo y experiencia hizo que allí analizaran la muestra de la escena del crimen con lo secuestrado en la casa de recalde.

Entonces, se mandó a analizar la pisada que había dejado el asesino de Tomé y se comprobó que era una Toper Ultra Tech, talle 42.

En el allanamiento a la casa del mecánico Recalde, encontraron el par de zapatillas que había usado el día del crimen y lo terminó delatando.