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Una empleada doméstica confirmó la discusión de Silvia Saravia y Jorge Neuss antes del crimen: “Subo a buscar cosas”

La trabajadora declaró como testigo ante la fiscal María José Basiglio y confirmó la discusión de la noche anterior entre la pareja.

Luego de que la autopsia de Silvia Saravia (69) confirmara que la mujer intentó defenderse del ataque de su marido, Jorge Neuss (72), la investigación a cargo de la fiscalía de Violencia de Género de Pilar comenzó a trabajar sobre el perfil del femicida, que se suicidó tras matar a su esposa.

Con una familia que negó de plano hechos de violencia previos (e incluso trató de instalar la teoría de un pacto suicida), los testigos del entorno se volvieron clave. Y este lunes declaró una vez más ante la fiscal María José Basiglio una de las dos empleadas domésticas que estaban en la casa de Martindale el mediodía del pasado sábado 10 de octubre, cuando fue el crimen.

La mujer, que trabajaba de jueves a domingo, declaró cerca de cinco horas y aportó datos de convivencia del matrimonio que corroboraron la hipótesis de la fiscal: que se trató de un claro femicidio, último eslabón de una cadena de maltratos.

A esta trabajadora -la de mayor antigüedad en el cargo- se le preguntó sobre la secuencia inmediatamente anterior al homicidio, el momento en el que Saravia entró a la casa luego de pasar la noche en lo de su hija Lucila.

Según ella, Saravia llegó pasadas las 12 y le dijo: "Subo a buscar unas cosas". Ella no la vio más. Unos 15 minutos después, mientras limpiaba el jardín cerca de la zona de la parrilla, escuchó el primer disparo (aunque en ese momento, dijo, no supo qué era en realidad).

A los pocos minutos oyó la segunda detonación y fue entonces cuando, junto a su otra compañera, decidieron llamar a Lucila Neuss, que parecía no entender la gravedad de la situación. 

La empleada doméstica también confirmó que la noche del viernes 9 hubo una gran discusión entre Neuss y Saravia.

Fue tan grave la pelea que provocó que Silvia llamara a su hija Lucila, que vive en el mismo country y le pidiera pasar la noche en su casa. La empleada doméstica la vio salir molesta, pasadas las 22, y subirse a su auto.

La empleada ratificó en su declaración que la mujer se fue ofuscada de la propiedad y cuando regresó al día siguiente afirmó que buscaría unas cosas y se iría, probablemente con Lucila y su familia a Sierra de la Ventana.

A la mañana siguiente Neuss llamó a la trabajadora a las 10.15 para que le subiera el desayuno. Cuando lo hizo, notó que Saravia no estaba pero - declaró- pensó que se había ido más temprano a hacer algo. No imaginó que no había dormido allí.

Como la propia hija declaró la semana pasada, su madre le dijo que había discutido con su padre pero, aseguró, no le había contado el motivo. Tanto ella como sus otros tres hermanos hablaron de discusiones, aunque intentaron en todo momento enmarcarlas en la "normalidad de la pareja".

Es en este punto donde los hechos y la investigación a cargo de Basiglio no coinciden con la versión familiar de que nada hacía prever lo que terminó ocurriendo.

Jorge Neuss fusiló a su mujer en el baño de la habitación que compartían y lo hizo luego de que ella pasara toda la noche afuera, cosa que nunca antes había hecho, según admitió la propia Lucila.

El empresario la emboscó, la agarró de los pelos, inclinó su cabeza sobre el hombro izquierdo, apoyó su .357 Magnum en la sien derecha de su esposa y le disparó. Él tenía 30 armas registradas, iba de caza. Sabía perfectamente que con semejante revólver a esa distancia la muerte era segura. Luego de asesinar a su esposa se suicidó con la misma arma.

La fiscal Basiglio cree que lo ocurrido fue algo más que un "homicidio agravado por el vínculo". La causa, entonces, se enmarcaría en la figura del "femicidio" y remitiría necesariamente a un historial de violencia en el que la familia no quiere ahondar.

Tal vez las mayores pistas las den los testigos que faltan declarar y el panorama se complete con las pericias químicas y telefónicas ordenadas por la Justicia.

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