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Un viaje a dos escenas siniestras del crimen: el sótano de Puccio y la cárcel de Sierra Chica

Cómo está hoy el pabellón del horror y el sótano del clan más siniestro de la Argentina.

Por Rodolfo Palacios (extraído de Infobae.com)

De 1982 a 1985, el sótano de la casa de San Isidro de la familia Puccio fue una prisión siniestra. Por allí desfilaron las víctimas del clan que secuestró y mató con impunidad.

En la Semana Santa de 1996, la inexpugnable cárcel de Sierra Chica fue escenario del botín más sanguinario: mataron a ocho presos y cocinaron empanadas con los restos.

En esta nota, Infobae muestra los videos de dos de los emblemas más oscuros de la historia del crimen argentino. En el primero se ve el sótano de la muerte, una imagen que hasta hoy Epifanía Puccio, la mujer del clan, quiso ocultar. En el otro video puede observarse cómo se vive en el pabellón de máxima peligrosidad de la cárcel donde se aloja el asesino Carlos Eduardo Robledo Puch.

"Ahí sólo guardaba botellas de vino y herramientas", dijo Arquímedes Puccio, el líder de la banda, aunque en agosto de 1985 la Policía encontró en el sótano, encadenada y en estado deplorable, a la empresaria Nélida Bollini de Prado. La mujer estuvo 33 días en ese sótano. Según puede verse en el video, el sótano no cambió en comparación con los sangrientos años del clan. Incluso quedaron las marcas de las cadenas con las que tenían presos a las víctimas.

El 23 de agosto de 1985, Arquímedes fue detenido con sus cómplices, entre ellos sus hijos Daniel "Maguila" y Alejandro, talentoso wing tres cuartos del CASI, un tradicional equipo de rugby de San Isidro, y ex jugador de Los Pumas.

Como ocurre con las llamadas "casas del horror" (aquellas en las que se cometieron crímenes), la casa de los Puccio fue alquilada a un precio menor que el del mercado. Es más, según La Nación, el caserón suele alquilarse para fiestas o eventos. "La idea es darle otra onda, cambiar la mala energía".

Con ese lema, el 8 de julio de 2016, según ese diario, se organizó una fiesta a través del estudio de diseño Werkplatz. Sin embargo, desde esa empresa lo desmintieron: "No organizamos fiestas. Tenemos una casa de diseño. Sólo se hizo un festejo, pero en el ámbito privado. Jamás lucraríamos con algo así", dicen desde Werkplatz.

Una de las condiciones que había puesto Epifanía -la viuda de Puccio- para alquilarla era que no dejaran entrar a la prensa ni fuera alquilada a las producciones de la película El Clan y la serie Historia de un Clan, que contaron desde la ficción la historia de esa familia para nada normal.

En su momento, los vecinos creían que la familia era inocente. No podía ser que el señor Puccio, que los domingos iba a misa vestido de traje, hubiera arrastrado a los suyos al delito. Sintieron horror cuando se comprobó que entre 1982 y 1985, los Puccio habían secuestrado y matado a los empresarios Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet y Emilio Naum.

El infierno en la tierra

  

"Es un tour por el infierno", dice el preso que graba el video. Se ve el pasillo del pabellón 9, el de máxima peligrosidad, y el deplorable estado de las celdas. De repente aparece el sector de duchas. Podría ser una escena de la serie El Marginal, pero fue registrado por el celular de un detenido en la Unidad Penal Número 2 de Sierra Chica, donde el interno Jorge Monzón Maidana murió asesinado por otro preso.

Así parecieran vivir los más de 1.500 detenidos en la siniestra cárcel donde hace poco más de 20 años, hubo un sangriento motín en el que una banda mató a ocho presos, comió empanadas rellenas con carne humana y jugaron a la pelota con la cabeza de uno de los muertos.

El preso más conocido del penal es Carlos Eduardo Robledo Puch, preso por matar -en 1972- a once personas. El "ángel negro" está alojado en el pabellón 10 de Sierra Chica.

"Acá es un desastre. Hay corrupción. Hay guardias que venden falopa y hasta por unos mangos permiten a los presos tener sexo con la visita en la capilla del penal y te dan la grasa y ellos se quedan con la carne para vender", llegó a decir el temible asesino.

Hace tres años, un informe de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) calificó a la cárcel de Sierra Chica como una de las peores de la provincia de Buenos Aires. "En Sierra Chica, las ratas viven mejor que los presos. Al menos tienen la posibilidad de escapar o andar por donde se les antoje. Los detenidos que purgan condena en esa cárcel viven en una representación del infierno: comida podrida, baños peor que chiqueros, sin agua, a veces sin luz, conexiones eléctricas precarias y pabellones que se inundan cada vez que llueve", decía uno de los asistentes sociales que participó de la inspección. Según la CPM, la situación en ese penal mejoró considerablemente.

El penal es un panóptico, sistema creado por el filósofo Jeremy Bentham en 1791: un solo guardia puede observar a los prisioneros sin que ellos lo vean, el objetivo es que crean que son observados todo el tiempo. Los doce largos pabellones están distribuidos en forma circular. Los guardiacárceles armados con fusiles vigilan desde lo alto de los muros.

El 30 de marzo de 1996 en la cárcel, una verdadera fortaleza construida en 1881, hubo un sangriento motín encabezado por Los Doce Apóstoles, liderados por Marcelo Brandán Juárez, quienes tomaron como rehenes a trece guardias de la cárcel y a la jueza de Azul María Mercedes Malere. Más de mil presos se plegaron al motín.

En la revuelta, que duró ocho días, los apóstoles mataron a ocho presos, los incineraron en los hornos del penal y cocinaron empanadas con algunos de ellos. El 14 de abril de 2000, Los Doce Apóstoles fueron condenados a prisión perpetua en un juicio televisado. Ellos estuvieron adentro de una jaula. Como animales salvajes de un zoológico.