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Un final con muchos interrogantes

*Por Martín Dinatale. Un final reñido y con escasa transparencia en el escrutinio de Chubut sólo mostró ayer a un Peronismo Federal debilitado, que llegó con lo justo para evitar un papelón y potenció el proyecto electoral de Cristina Kirchner para pelear su permanencia en el poder.

Más allá de la ajustada derrota en Chubut, la ola cristinista se expandió anoche un paso más y puso en evidencia que la oposición no logra aún unificar fuerzas para debilitar al oficialismo.

También hubo sobradas muestras de que los comicios presidenciales de octubre serán reñidos y que hay clima de final abierto. El kirchnerismo aún no tiene todas las de ganar. Deberá transpirar y mucho si quiere ganar en la primera vuelta para eludir un ballottage.

"Sólo podemos decir que aún estamos vivos." La frase en boca de un destacado diputado del Peronismo Federal englobaba anoche el clima que se vivió en el búnker del gobernador Mario Das Neves. No había euforia y, en cambio, se olfateaba un aire de fuerte autocrítica de cara al futuro inmediato. Los rostros de los peronistas disidentes Felipe Solá, Graciela Camaño y Francisco de Narváez, que ayer acompañaron en Rawson a Das Neves, traslucían a las claras mucha sorpresa y cierto malestar. Entendible: el gobernador de Chubut les había prometido recibirlos con una cómoda victoria y amplios festejos de brote antikirchnerista en las calles que nunca llegaron.

La estrategia electoral de la Casa Rosada avanzó ayer a paso lento, aunque sus resultados no son automáticos y certeros. En menos de dos semanas el Gobierno dio dos duros golpes electorales: en Catamarca sepultó los deseos del radicalismo hegemónico del gobernador Eduardo Brizuela del Moral y ayer, en Chubut, le empañó la "noche inolvidable" al Peronismo Federal, tal como la había presagiado el propio Das Neves.

Para el radicalismo las elecciones de ayer casi no contaban. Nunca la UCR tuvo peso en Chubut y ningún candidato presidencial de ese partido se preocupó en hacer campaña allí.

El escaso margen de votos que posicionó a Martín Buzzi, el candidato de Das Neves, no podrá ser tomado como una victoria del peronismo disidente. Más bien, el resultado de las urnas sólo le dio un poco más de aire al gobernador chubutense para mantenerse en la carrera electoral y competir con Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá en una pulseada interna que definirá el candidato presidencial de ese espacio. ¿Será creíble un precandidato presidencial que llega a una interna de la mano de comicios cuestionados? Ayer, cuando el candidato de Das Neves aún no podía superar al postulante de la Casa Rosada, desde Buenos Aires Duhalde ya le había sugerido al chubutense que le guardaba la candidatura a vicepresidente. Apenas una muestra más de las mezquindades con que está edificado el Peronismo Federal. Señales similares dio Felipe Solá al distanciarse de las elecciones internas por temor a salir manchado.

La compulsa de anoche desnudó el desgaste que cosechó Das Neves luego de ocho años en el poder y fue también una muestra de que el kirchnerismo puede darse el gusto de hacer tambalear una hegemonía provincial con rebotes a nivel nacional.

Claro que todo esto no fue gratuito para la Casa Rosada. El Gobierno tuvo que poner mucho más de lo esperado en las tierras de Das Neves: no sólo giró fondos para obra pública y planes sociales a intendencias kirchneristas clave, tal como denunció el gobernador chubutense. También hubo un esfuerzo directo de la Presidenta, que hizo campaña en Chubut. ¿Valió la pena tanta exposición oficial para culminar en una polémica derrota?

Para la Presidenta, el resultado de Chubut tenía también el sabor a revancha personal: Das Neves fue el primer aliado a su esposo en 2003 y quien rompió lazos con la Casa Rosada de manera más abrupta y extraña. Néstor Kirchner nunca le perdonó al chubutense la afrenta y las denuncias en su contra.

En la Casa Rosada buscaron el camino más fácil para justificar la derrota: esgrimir duros cuestionamientos ante la falta de transparencia a la hora del escrutinio provisional. A pesar de la derrota prevista sobre el final se mostraban conformes con haber dañado a un precandidato presidencial del Peronismo Federal que se pensaba inmortal.

Como contraposición, en el kirchnerismo creen que la derrota de Chubut será compensada con una victoria en Salta el domingo 10 de abril. Pero el resultado de anoche no parece ser apto par habilitar resultados cantados.