“Transmitieron su muerte en vivo”: la escalofriante tortura de la jubilada asesinada por “La Banda del Millón”
María Susana Rodríguez Iturriaga tenía 81 años y fue asesinada en su casa en San Isidro, en el marco de un robo
El ataque de la denominada “La Banda del Millón” cruzó un límite jamás visto: transmitieron por videollamada las torturas y el robo a María Susana Rodríguez Iturriaga, la jubilada de 81 años encontrada asesinada en su casa de Barrancas de San Isidro.
El hallazgo fue realizado por su sobrina, luego de que la víctima no respondiera los mensajes. Al ingresar a la vivienda de la calle Urquiza 1139, se encontró con su tía atada de manos, tendida en el suelo y en estado de descomposición. Algunos accesos estaban forzados y los ambientes revueltos, confirmando que se trató de un robo.
La mujer ya había sido víctima de un violento asalto el 7 de noviembre de 2024, cuando un grupo de jóvenes ingresó a su casa, la golpeó y le robó joyas y alhajas. Los autores de aquel hecho fueron identificados y detenidos, formando parte de la “La Banda del Millón”, conformada por más de 20 personas, en su mayoría menores de edad, cuyo modus operandi es atacar domicilios de la zona norte del conurbano bonaerense.
Por el homicidio de Rodríguez Iturriaga fueron detenidos Ramiro Emiliano Julio (20) y Miguel Ángel Viera (42), quienes participaron directamente del hecho. La investigación estuvo a cargo del fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, y del comisario general Lucas Borge, jefe de la Superintendencia de Seguridad Región AMBA Norte I de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Rodríguez Iturriaga es la segunda víctima mortal de la banda, después del asesinato del empresario y proteccionista de animales Jorge de Marco, ocurrido en marzo de 2024 en su casa del barrio Las Lomas de San Isidro. Por ese crimen fue detenido Thiago David Sandoval (18), alias “Polli”, quien recibió una condena de 10 años porque era menor de edad al momento del asesinato.
La investigación reveló que las torturas sufridas por Rodríguez Iturriaga fueron transmitidas por videollamada, con Sandoval dando instrucciones desde la cárcel. Junto a él estaba Hugo Isaías Castillo San Martín (18), conocido como “Castillito”, alojado en la Unidad 9 de La Plata. El fiscal Ferrari ordenó el secuestro de sus celulares y el allanamiento de sus calabozos, descubriendo la logística completa de la banda.
Sandoval coordinaba cada paso: buscaba domicilios con Google Maps, recababa información sobre quiénes vivían en cada casa y enviaba adolescentes, muchas veces menores de 15 años, simulando ser repartidores para estudiar los movimientos de las víctimas.
En el caso de la jubilada, Sandoval envió un video a Julio con instrucciones precisas: “Mira el video hasta lo último que se ven los ventanales. Para mí que tenés que llevar criquet”.
Cinco minutos antes de las 20 del sábado 25 de octubre, Julio ya estaba en la vivienda; tres horas más tarde, envió un mensaje escalofriante: “La vieja capaz murió. No se movía. La quedó”.
La autopsia confirmó que Rodríguez Iturriaga presentaba múltiples golpes en la cara y otras partes del cuerpo. Con estas pruebas, Sandoval y Castillo fueron imputados como partícipes necesarios, y al ser mayores de edad podrían enfrentar prisión perpetua.
Viera y Julio fueron indagados por el fiscal. Viera se negó a declarar, mientras que Julio reconoció parcialmente su responsabilidad, admitiendo que ingresó al domicilio pero no ejecutó los golpes que llevaron a la muerte de la jubilada. La información que brindó fue clave para reconstruir la planificación y ejecución del crimen, mostrando cómo Sandoval controlaba todo desde la cárcel mediante llamadas grupales con los autores materiales.
“La Banda del Millón” no actúa al azar. Su organización, táctica y control logístico recuerdan al triple crimen de Florencio Varela, donde transmitieron en vivo las muertes de Lara Gutiérrez (15), Morena Verdi (20) y Brenda del Castillo (20) como un mensaje interno de poder dentro de la organización narco.
En cada robo, Sandoval y Castillo planifican minuciosamente los movimientos, utilizando tecnología y jóvenes reclutados para ejecutar los ataques. El asesinato de Rodríguez Iturriaga confirma que la banda sigue operando con métodos sofisticados y extrema violencia en la zona norte del conurbano bonaerense.
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