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Tragedia en Brasil: "Es una película que protagonicé", dijo un padre de Cromañón

Por Nieves Otero. José Iglesias, padre de una de las víctimas de Cromañón habló sobre la tragedia de Brasil.

Por Nieves Otero

@nieves_otero

notero@diarioeveloz.com

La tragedia ocurrida en Brasil, en la que al menos murieron 245 jóvenes, hizo que todos los argentinos revivan la tragedia de Cromañón. DiarioVeloz.com se comunicó con José Iglesias, padre de una de las víctimas  del incendio en el local de Once.

"Siento conmoción por ver una película de la que fui protagonista, cada cosa que veo de Brasil es espejo de lo que paso en cromañón", dijo Iglesias.

"Aún no está toda la información, pero uno puede conjeturar que si había dos mil personas y una puerta sola hubo cosas mal hechas, irregularidades en las habilitaciones, a lo que se agrega falta de control y corrupción, y como siempre los empresarios de la noche que les impartía un bledo los jóvenes que le ponen sustancias combustibles en el techo, en un local que sólo por eso tenía que estar cerrado el local", agregó haciendo una analogía con lo ocurrido en Buenos Aires en el 2004.

Lo que más apena es que a pesar de los antecedentes, las cosas no cambian: "Es muy triste, estamos globalizados para la economía pero no para esto, cuando fue Cromañón hacia 6 meses que había habido otro incendio. Lo que creo es que tenemos que empezar los ciudadanos porque los empresarios de la noche son miserables y los funcionarios corruptos".

"Tenemos que reaccionar los ciudadanos colocando en las demandas de seguridad, la seguridad sobre la vida en primer lugar, que no sólo se rompe con un asalto, también se puede quebrar cuando alguien va a divertirse, va a un cine, al teatro, prestemos atención a estas cosas, sino estamos condenados a repetirlas como en Buenos Aires hemos repetido Cromañón en Beara, en el gimnasio, en el derrumbe, en la tragedia de Once. Lo único que hacemos es sumar jóvenes muertos. Son reflexiones que no quisiera estar haciendo", continuó.

La falta de controles y la reiteración de los errores, es sentida como una falta de respeto a las víctimas de Cromañón: "Es una ofensa a la vida de nuestros hijos, porque murieron en vano. Si 194 no sirvieron para cambiar lo de acá, lo de Brasil, en Chile, Uruguay y en el mundo entero porque esto lo leemos en los diarios, hoy vemos lo que pasó en Brasil" y continuó: "Este mundo perverso regido por el lucro, la explotación y el desprecio por los jóvenes, bueno... lo importante es recaudar".

Sobre el futuro, Iglesias dijo: "Seguramente nos comuniquemos con familiares de las víctimas de Brasil, pero no en este momento. No se cómo está la situación allá, ahora hay que contener a los familiares, darles asistencia, lo mismo con los heridos, porque las muertes no se terminan la noche del hecho, sino que siguen y eso es lo más grave".

Inmediatamente después de ocurrido el incendio en Porto Alegre, la presidente de Brasil, Dilma Rousseff se hizo presente: "Lo de Dilmna es una gran diferencia con Cromañón. Néstor Kirchner cuando ocurrió lo de Cromañón estaba en Calafate y se quedó una semana, luego vino a San Miguel de Tucumán a contestarnos a decir que en cualquier lugar donde estaba el presidente era el centro del país. Cuando ocurre Once, Cristina estaba en Calafate y el lugar donde hay que estar es en donde ocurren las cosas".

"Porque son ciudadanos que se mueren, pero a veces al estar presentes es un riesgo porque hay algo de complicidad en las estructuras de poder con estos hechos. Por que la noche es caja", continuó  Iglesias.

Luego, apeló a la ciudadanía: "Esto pasa porque la única seguridad que reclamamos es por las salideras y los robos a las propiedades privadas y este es el riesgo. Yo propongo que mas que nada cuando se habla de la opinión de la gente y se habla de seguridad no se hable solo de delincuencia y la propiedad sino de la integridad, subtes trenes, shoppings, teatros, cines. Hay que prestar atención a eso, yo no le pido al ciudadano que se convierta en ingeniero en seguridad. Pero en la medida en que esto no este en la demanda de los ciudadanos nadie le va a prestar atención".

"No cambió nada, el ejemplo es en el 2010 el local Beara, que fue un pequeño Cromañón, que demostró que la actividad nocturna cuando está controlada se traslada, se eluden los controles y se hacen recitales en lugares donde no se debería porque no están habilitados para eso", concluyó.