Tragedia en Brasil: al menos siete muertos al caer un micro en un viaducto
Un colectivo cayó a una de las principales avenidas de Río de Janeiro y causó varios muertos.
Un autobús cayó el martes desde un viaducto a una de las principales avenidas de acceso a Rio de Janeiro (sureste de Brasil), provocando la muerte de al menos siete personas e hiriendo a otras nueve, informaron los bomberos.
"Los equipos de rescate están en el lugar. Hasta el momento, están confirmados siete óbitos", informó una portavoz de los bomberos inmediatamente después del accidente.
Además, hay nueve personas heridas que fueron trasladas a hospitales, dijo en un comunicado los bomberos y la Defensa Civil.
El autobús levantó más de 20 metros de barreras de metal en el viaducto, cayó de una altura de 15 metros a la Avenida Brasil, una de las principales vías de acceso a la ciudad, y quedó completamente dado vuelta, constató un fotógrafo en el lugar.
Grandes manchas de sangre eran visibles en la avenida. Las autoridades investigan las causas del accidente.
Testigos dijeron a la TV Globo que el conductor del autobús estaba discutiendo con un pasajero que no pagó su pasaje en el momento del accidente. Numerosas ambulancias, vehículos del cuerpo de bomberos y varios helicópteros se desplazaron al lugar, cuyo tránsito, ya de por sí generalmente congestionado al final de la tarde, en hora pico, fue parcialmente bloqueado.
Cientos de habitantes que viven en las cercanías rodearon el sitio del accidente. Cerca de 50 bomberos fueron desplazados al lugar para el rescate, informó el secretario de Defensa Civil, coronel Sergio Simoes, a la TV Globo.
Algunos de los cadáveres que aún no habían sido evacuados fueron colocados en sacos negros junto al vehículo accidentado, cuya parte superior quedó casi completamente destruido. Los autobuses brasileños son conocidos por circular de forma imprudente y a altas velocidades.
Brasil es el quinto país del mundo y primero en Latinoamérica en muertes por accidentes de tránsito, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Un total de 117 personas murieron en promedio cada día de 2011 en este tipo de accidentes.
En setiembre pasado, la presidente Dilma Rousseff dijo que su gobierno intentará reducir estas alarmantes estadísticas para transformar a Brasil "en un país civilizado".
"Los equipos de rescate están en el lugar. Hasta el momento, están confirmados siete óbitos", informó una portavoz de los bomberos inmediatamente después del accidente.
Además, hay nueve personas heridas que fueron trasladas a hospitales, dijo en un comunicado los bomberos y la Defensa Civil.
El autobús levantó más de 20 metros de barreras de metal en el viaducto, cayó de una altura de 15 metros a la Avenida Brasil, una de las principales vías de acceso a la ciudad, y quedó completamente dado vuelta, constató un fotógrafo en el lugar.
Grandes manchas de sangre eran visibles en la avenida. Las autoridades investigan las causas del accidente.
Testigos dijeron a la TV Globo que el conductor del autobús estaba discutiendo con un pasajero que no pagó su pasaje en el momento del accidente. Numerosas ambulancias, vehículos del cuerpo de bomberos y varios helicópteros se desplazaron al lugar, cuyo tránsito, ya de por sí generalmente congestionado al final de la tarde, en hora pico, fue parcialmente bloqueado.
Cientos de habitantes que viven en las cercanías rodearon el sitio del accidente. Cerca de 50 bomberos fueron desplazados al lugar para el rescate, informó el secretario de Defensa Civil, coronel Sergio Simoes, a la TV Globo.
Algunos de los cadáveres que aún no habían sido evacuados fueron colocados en sacos negros junto al vehículo accidentado, cuya parte superior quedó casi completamente destruido. Los autobuses brasileños son conocidos por circular de forma imprudente y a altas velocidades.
Brasil es el quinto país del mundo y primero en Latinoamérica en muertes por accidentes de tránsito, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Un total de 117 personas murieron en promedio cada día de 2011 en este tipo de accidentes.
En setiembre pasado, la presidente Dilma Rousseff dijo que su gobierno intentará reducir estas alarmantes estadísticas para transformar a Brasil "en un país civilizado".