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Tragedia crucero: "El capitán era un típico chanta"

A minutos de haber regresado al país, dos de las víctimas argentinas del hundimiento del crucero Costa Concordia, contaron cómo vivieron la traumática evacuación.

María Inés Lona (72), la jueza que debió nadar hasta la costa para salvar su vida, y sus dos hijas María Silvina (41) y María Valeria (36) Ávalos, iban en el crucero que naufragó en Italia. Las hijas, una de ellas, discapacitada, lograron subir a un bote de rescate, per la madre, no.

Aunque vivieron la evacuación de distintas maneras, todos los sobrevivientes coinciden en la desorganización y falta de profesionalismo del capitán del crucero y sus oficiales.

"Yo no vi oficiales en la evacuación, lo único que yo veía era la tripulación, gente de origen filipino, de La India, que ni siquiera hablaban en inglés", contó María Silvina Ávalos quien está obligada a caminar con un andador o sentada en la silla de ruedas a raíz de un accidente de tránsito.

En esa línea su hermana mayor, María Valeria Ávalos destacó la actitud de la tripulación: "Un filipino muy flaquito bajó a mi hermana que pesa 50 y pico, y después se sacó el salvavidas que tenía puesto y se lo dio a mamá, la tripulación que estaba ahí era solidaria".

Sin embargo, en cuanto al máximo jefe del crucero, el capitán, las hermanas aseguraron, que según habían escuchando "estaba enfiestado".

"Nosotras habíamos subido al crucero el mismo día, no vimos el capitán pero ahí nos contactamos con unos argentinos que habían subido en Barcelona hacía varios días atrás, y según ellos el capitán tenia más actitud festiva que otra cosa, que tenía una novia, decían que era un típico chanta", dijo María Valeria.

Y añadió: "Fue la negligencia del capitán. Primero nos dieron un mensaje que nos quedáramos tranquilos y yo confié, pero había gente que desconfiaba porque veía a otros con salvavidas y corriendo. Yo me estaba haciendo un té, se me caían las tazas, se caía todo, ahí me di cuenta que algo pasaba, me cambié y salí afuera, el barco se estaba hundiendo".

En el momento de la evacuación de la hija menor de la jueza que está discapacitada pudo subir a un bote salvavidas junto a su hermana que la acompañaba, pero la madre de ambas debió quedarse en el crucero a la espera de un nuevo bote, que nunca llegó.

"Yo confiaba en la agilidad de mi mamá porque ya ha tenido otros inconvenientes y ha salido airosa, confiaba en su agilidad y destreza", agregó su hija mayor.

En cuanto a cómo seguirán el tema legalmente, la mujer opinó: "Costa inmediatamente no nos asistió, a mi mamá la llevaron a un asilo de unas monjitas donde le cambiaron la ropa, a nosotras no nos atendió nadie, Costa después nos llevó a un hotel, pero inmediatamente al accidente nadie dio la cara. Todos somos abogados, lo menos que uno quiere es tener un litigio propio, pero si no se resuelve, algo tendremos que hacer".